Jesús Resucitado
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JESÚS RESUCITADOHechos 2:24
Al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.
Pedro está dando una contundente verdad, La resurrección de Jesús fue una verdadera y total derrota de la muerte. El Santo Hijo de Dios, venció a la muerte una vez y para siempre y que no podía ser dominado por ella.
Amadas hermanas, gracia y paz, contenta de poder compartir hoy nuevamente con ustedes y expresarles una maravillosa noticia: ¡Jesús vive, si el vive!
Aunque las escrituras señala que algunos dudaron de su resurrección, lo veremos más adelante.
En el mensaje anterior dije que:
La pascua significa para miles de nosotras la resurrección de Jesús, que es la piedra angular de la Fe, que nos libera de la esclavitud del pecado y abre el camino a la vida eterna y tiene una relación con la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto.
Nuestro Señor Jesucristo dio su vida voluntariamente y así se convirtió en el Cordero pascual, el Pan sin levadura y la primicia de la resurrección.
En toda la biblia se habla de Jesús, de su nacimiento, muerte y resurrección. Específicamente en el Salmo 24 vemos claramente la figura de Jesús resucitado en su entrada triunfal al cielo, los ángeles puestos de pie lo recibieron, su trono lo esperaba, leamos:
Salmo 24:7-10
Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla. Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria.
Ahora vayamos al momento dónde nuestro Señor venció a la muerte, al aguijón de la carne y clavó todo decreto que nos condenaba exhibiéndola allí en esa cruz.
El evangelista Mateo nos dice que en el primer día de la semana muy temprano, las mujeres van hacia el sepulcro donde yacía Jesús para honrar su cuerpo y llevar a cabo los rituales de sepultura con perfumes aromáticos, sin embargo, en vez de encontrar el cuerpo, se encontraron con un ángel, quien les dio el mensaje contradictorio a lo que ellas esperaban.
Mateo 28:5-6
Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.
Este versículo es una prueba contundente de que la resurrección de Jesús fue un suceso real y sobrenatural, que no puede explicarse de ninguna otra manera.
Sabiendo esto de la resurrección podemos enfrentar el futuro con confianza con respecto al futuro eterno junto a Jesús.
Cuando las mujeres llegaron a la tumba encontraron que la enorme piedra que había sido colocada para bloquear el acceso, había sido movida. Jesús había resucitado. Ya no estaba allí. Ellas vieron por sí mismas que la tumba estaba vacía.
Es significativo que los primeros testigos de la resurrección, según registran todos los Evangelios, fueran mujeres.
A ellas se le confió el mensaje de la resurrección. Esto es algo digno de reseñar porque en aquella época las mujeres no eran consideradas testigos válidos ante los tribunales.
Pero al aparecerse primero ante ellas, Jesús afirmó la importancia y el papel de las mujeres en su tiempo.
Este testimonio ocular de las mujeres demuestra credibilidad a la historia. La iglesia primitiva nunca hubiera inventado una historia diciendo que los testigos eran mujeres.
Hermanas dice luego la biblia que ellas corrieron alegres a contarles a los discípulos, leamos:
Mateo 28:8-9
Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.
Amadas, ellas experimentaron su presencia, le abrazaron los pies y lo adoraron como Dios.
¿No es maravilloso esto?
Jesús al resucitar su primer deseo fue el de ver a sus amados a sus hermanos, y él le hace un pedido a ellas:
Mateo 28:10
Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.
Cuando las mujeres se lo cuentan a los discípulos no les creyeron, Aun así, podemos imaginarnos la emoción que sintió Pedro quien salió corriendo al sepulcro.
También él vio que el cuerpo de Jesús había desaparecido. La tumba no estaba vacía, sino que el cuerpo de Jesús estaba ausente.
En aquel momento, Pedro tuvo que empezar a darse cuenta de que Jesús había ganado una gran victoria. Jesús había muerto, pero la muerte no era el final. La muerte no ha sido anulada pero ha sido conquistada definitivamente.
El mismo Jesús estaba presente
Jesús mismo fue visto. No se trató de simplemente una presencia espiritual. Su cuerpo físico, resucitado y transformado se hizo presente ante sus discípulos.
Hermanas ahora veamos que el evangelista Lucas añade un detalle que Mateo no.
Lucas dice que a diferencia de las mujeres los discípulos estaban desanimados y asustados cuando caminaban a una aldea llamada Emaús.
Solo el milagro de la resurrección les pudo haber transformado y, a pesar de todas las pruebas que evidenciaban los hechos, no todos creyeron.
Ellos no esperaban que Jesús resucitara de entre los muertos.
Cuando Jesús murió en la cruz, todo parecía ir lo peor que podían ir las cosas. Parecía que era el final para él y para sus seguidores.
Pero no era el final, Dios no había terminado sino que resucitó a Jesús.
Estando reunidos los apóstoles en la aldea, dos de ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido a Jesús al partir el pan.
En ese momento Jesús se aparece a sus discípulos con Paz, aunque me imagino el asombro de ellos o quizás asustados llenos de dudas, él les da pruebas sólidas de que verdaderamente está vivo.
Lucas 24:39
Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.
Cuando los discípulos se dan cuenta de que Jesús está vivo, les embarga la alegría.
Su temor había desaparecido, su maestro estaba vivo, sus vidas fueron transformadas. Pasaron del miedo a la fe, de la quietud a la acción y de la desesperanza a la esperanza.
Después de comer un pedazo de pescado, Jesús les recuerda que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito acerca de él en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
Vemos acá que Jesús nos dejó un ejemplo a seguir: Siempre tenemos que tratar de leer las Escrituras del Antiguo Testamento a través de los lentes de Jesús.
Aquel día el mundo cambió para siempre. Jesús resucitó el primer día de la semana. Desde entonces, el primer día que es el domingo, se convertiría en el día de glorificar a Dios por la victoria de Jesús, como dice el:
Salmos 118:24
Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él.
Ahora bien la resurrección de Jesús es un hecho histórico que verdaderamente sucedió.
He descubierto que no hay nada más grande en la vida que experimentar el sentimiento de la presencia de Jesús resucitado.
Hermanas, Jesús fue el único líder religioso que predijo su propia muerte y resurrección:
Mateo 16:21
Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Nadie más que Jesús se levantó de la muerte para no morir nunca más.
Otros que resucitaron finalmente murieron en una segunda ocasión, como el hijo de la viuda de Sarepta, el hijo de la Sunamita, la hija de Jairo y Lázaro.
Cristo venció a la muerte porque estaba libre de pecado. La maldición sobre la humanidad en el Jardín del Edén, causada por el pecado, recibió una sentencia de muerte.
Desde entonces, hemos visto la verdad que nos dice Pablo en
Romanos 6:23
Porque la paga del pecado es la muerte.
Pero como dijo también Pedro en su carta: Jesús fue sin pecado, ni se halló engaño en su boca. Por lo tanto, la muerte no tenía poder sobre Él. La muerte de Jesús fue un sacrificio voluntario por nuestro pecado, y, dada Su perfección sin pecado, siguió lógicamente Su resurrección. Cómo lo dijo Jesús en:
Juan 10:17
Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.
Amadas el día más grande e importante de la historia, Es a través de este día que las palabras y las promesas de Dios son selladas de una vez y para siempre. La muerte fue aplastada y a Jesús se le entrego el nombre más alto. Y ahora esta sentado a la derecha del Padre. Gloria y honor a nuestro redentor y al Cordero de Dios por todos los siglos. El que estaba muerto ahora está vivo.
Apocalipsis 1:18
Y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
Amadas "Jesús venció a la muerte", estas tres palabras definen la diferencia más importante entre el cristianismo y todas las demás religiones. Evidentemente, la afirmación de que Cristo ha vencido a la muerte se refiere a Su resurrección.
Ahora bien, las llaves son un símbolo de autoridad. Jesús es soberano sobre la muerte. Su conquista sobre la muerte fue permanente y eterna.
Sin la resurrección, no hay evangelio; en realidad, no hay ninguna esperanza para nosotras como dice: 1 Corintios 15:17
Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.
No obstante, Cristo ha resucitado y, somos vencedores con él, hemos pasado de muerte a vida. El hecho de que Cristo haya vencido a la muerte significa que a nosotras, también se nos ha concedido la victoria sobre ella.
Somos más que vencedoras por medio de aquel que nos amó y nada nos separa de él, ni la muerte, ni la vida. Hay una promesa que nos ayuda a mantenernos firmes:
Juan 11:25-26 dice:
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Amadas otro detalle que demos de saber: cuando el Señor resucitó se presento a sus discípulos con pruebas indubitables, él tenía un cuerpo glorificado.
Hechos 1:3
A quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.
Jesús había cumplido totalmente con parte de la misión, que había sido predicha en el Antiguo Testamento. Pero aun así, la agenda de Jesús estaba aún inconclusa.
Después de haber estado con ellos 40 días como dice Hechos, más Jesús tenía que volver a lado de su Padre cumpliendo toda la agenda que tenía:
Lucas 24:50-51
Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo.
Es interesante notar que después de haber sido llevado al cielo y de dejar de estar físicamente presente, los discípulos comenzaron a adorarlo, sabiendo que seguía con ellos. Después, regresaron a Jerusalén con gran alegría.
El final del tiempo de Jesús entre ellos fue también un emocionante comienzo.
En el día de Pentecostés recibieron lo que Jesús había prometido. Fueron llenos del Espíritu Santo y empezaron la tarea de realizar aquella nueva agenda de Jesús. Hoy en día, por todo el mundo, la agenda de Jesús es llevada a cabo por sus discípulos.
Tú y yo tenemos un papel que desempeñar completando la agenda inconclusa de Jesús que no se ha acabado aún. Un día se terminará y entonces Jesús regresará.
Jesús está con su Padre ahora y nosotras esperamos ávidamente su regreso, solo nos acompaña el recuerdo de su obra santa relatada en las escrituras y cada primer día de la semana es nuestra esperanza.
Amiga tú que me oyes y que aun no disfrutas de los beneficios de ser parte del reino de Jesús y disfrutar de su obra redentora, te invito a que de la misma manera que la gente de aquel tiempo experimentó al Jesús resucitado, también tu puedas experimentar hoy su presencia si lo acoges en tu corazón en arrepiento de tus pecados. Ven a él.
Amadas oremos:
Gracias Padre por haber aceptado nuestro arrepentimiento, por regalarnos la salvación a través de tu Hijo santo y su obra redentora, gracias por la resurrección de tu Hijo y porque podemos enfrentar el futuro con esperanza y confianza porque él vive en nosotras.
Padre, que nuestro corazón arda cuando estudiamos tu palabra al encontrarme con Jesús por medio de ella. Ayúdanos a que nuestra fe no falte y esperemos tu regreso con alegría y gozo como los discípulos del tiempo de Jesús, Amén.
LA RESURRECCIÓN NO ES SIMPLEMENTE UN CASO HISTÓRICO, ES UNA REALIDAD QUE CAMBIA VIDAS.
¡Dios con nosotras!
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