¿DISTRAÍDAS?
DISTRAÍDAS Salmos 119:3 Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino. Pensamos que las vanidades de la vida son simples cosas, pero no es así: ¡d etengámonos un momento y analicemos esto! Estas cosas, son cosas que roban nuestro afecto por Dios, son afectos equivocadas, prioridades equivocadas, estos afectos dejan sin efecto lo real, lo pleno y lo que tiene valor. Lucas 8:14 La que cayó entre espinos, estos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. Las vanidades a veces no son tan malas, pero nos hace descuidar nuestro enfoque hacia Dios. Veamos un pequeño ejemplo que siempre nos pasa a nosotras un domingo por la mañana: Nos tardamos muchas veces alistándonos para ir a la Iglesia (en la ropa, en el peinado, maquillaje, etc) ¡preparamos el cuerpo! nos preocupamos de como vamos a lucir, pero descuidamos lo primordial: ¡preparar el corazón! Esta man