Arraigadas

JESUS NOS LEVANTA Salmos 23:6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días. Es un gran consuelo saber que el Señor está cerca de nosotras en todo momento y al final de los tiempos, él nos levantará en sus manos y por los méritos de Jesús seremos su corona: Isaías 62:3 Y serás corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del Dios tuyo. Al leer la Santa palabra de Dios nos damos cuenta que, las personas que tenían un encuentro con Jesús, parecían percibir que entraban en la presencia del Dios santo. Si recordamos a las dos Marías, a la mujer del flujo de sangre de las cuales ya hemos visto sus historias, ellas se arrojaron a sus pies y en nuestra historia de hoy, veremos  a Jairo también postrandose ante nuestro Señor. Marcos 5:22_23 Y vino uno de los principales de la  sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija est

LA FE QUE AGRADA A DIOS Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Nuestra finalidad al leer cada historia, es aprender de la fe de los que tienen un encuentro con Jesús. Sabemos que la fe en él, es agradable al Padre, aunque sea pequeña, él se agrada y muchas veces es movido a misericordia.   Hoy veremos una historia más dulce de todas: veremos a una  madre que está llevando la necesidad de su hija con una fe asombrosa en Aquel que es la inspiración y creador de el amor maternal hacia sus hijos. Está historia lo encontramos en dos evangelios, en Marcos y Mateo, pero sobre esta mujer no sabemos casi nada, no sabemos su nombre ni el de su marido ni el de su hija. Quizás para Marcos no era relevante el nombre y omite cualquier detalle ya que no era el fin que el perseguía. Jesús en el camino hacia la región de Tiro y Sidón con sus discípulos, se le aparece una mujer

SU PALABRA NOS DA FUERZAS 1 Pedro 3:13-14 ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis. Que maravilloso es, que siempre que leemos Su palabra él señor prepara una porción para alentar nuestro corazón. Hoy mis amadas quiero que juntas aprendamos de las sagradas Escrituras cómo lidiar en este mundo caído con una generación malvada. Muchas veces nuestra fe va sucumbiendo y queremos abandonar y rendirnos ante tal hostilidad, pero para el Señor nuestra fe es preciosa y él nos va a yudar a guardarla en medio de esta generación maligna. Muchas veces nuestro Señor permite que seamos zarandeadas por las consecuencias de este mundo, porque quiere perfeccionar nuestra fe para que le seamos instrumentos de su gracia en medio de este mundo que sufre por el pecado.  La fuerza y el poder de Jesús se acciona justamente en me