El Siervo Sufriente

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Isaías 42:1
He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.

El Siervo Sufriente es una figura central en la Biblia, especialmente en el libro de Isaías en los capítulos 42, 49, 50 y 53, cuando puedas te invito a leerlo. En estos capítulos, Isaías describe al Siervo Sufriente como un Siervo que es enviado por Dios para restaurar a Israel y para ser una luz para las naciones.
Esta figura es descrita como un siervo que sufre y es maltratado, pero que finalmente es exaltado y glorificado.

Amadas hermanas gracia y paz, espero puedas seguir conmigo y escuchar este pequeño mensaje donde conoceremos juntas más de nuestro Amado Jesús, el Siervo sufriente,
Pedirte también que prepares tu corazón para esta semana de recogimiento espiritual, dónde conmemoramos los grandes acontecimientos de nuestra redención: la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. 
Y a su vez contemplamos el amor de Dios que permitió el sacrificio de su Hijo, el dolor de ver a Jesús crucificado, la esperanza de ver a Jesús  vuelve a la vida, el júbilo de su resurrección y la seguridad que un día lo veremos cara a cara.

Ahora leamos lo que dice la biblia de este Siervo Sufriente:
Isaías 42:2-4 
No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley.

Y así fue que sucedió, tal cual está escrito, el salvador del mundo fue apacible, manso de corazón. Mostró misericordia a su pueblo, no causó daño a los que estaban herido, ni aplastó a los que vivían en tribulación o angustia, sino que los fortaleció, mostró compasión por los débiles y sano sus enfermedades.
Hermanas el “Siervo Sufriente” de Isaías 53 es el Mesías. Él es aquel altamente exaltado, ante quien los reyes cerrarán su boca. 
El Mesías es el renuevo que surgió del Tabernáculo de David como dice en:
Isaías 53:2 (a)
Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca...
El renuevo que aparece, es una referencia Mesiánica común en Isaías y en otras partes. La dinastía davídica iba a ser cortada en juicio como un árbol caído, pero se había prometido a Israel que un nuevo retoño surgiría del tocón. El Rey Mesías debía ser ese renuevo.
Isaías 11:1
Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.
Este renuevo se convirtió en el Rey de reyes y fue quien proveyó la última expiación.
Además al Siervo sufriente descrito en las escrituras, se destaca justamente sufriente por haber sido maltratado y objeto de persecución, sufrimiento e injusticia.
Isaías 53:3-5
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Otra característica de este Siervo Sufriente es que también fue humilde, modesto que nunca busco su propia gloria y el reconocimiento para sí mismo, él honraba a su Padre, en una ocasión les dijo esto a los judíos en: Juan 8:50
Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga.

Las Escrituras nos hablan de su obra de redención, el Siervo Sufriente fue capaz de liberarnos de la esclavitud del pecado, nos rescato pagando un alto precio.
Romanos 3:24 NTV
Sin embargo, en su gracia, Dios gratuitamente nos hace justos a sus ojos por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados.

Hermanas sepamos que la identidad del Siervo sufriente se define por su relación con Dios como su Hijo y su misión como libertador y redentor de la humanidad. Veamos ahora su identidad descrita en su máxima expresión:
Filipenses 2:6-8 
El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 
Aquí Pablo nos lleva a admirar y destacar la humillación de Jesús, él quiso tomar la forma de siervo, y no fue que solo quiso parecerse a un siervo, sino que se hizo siervo, él actuó como siervo y esclavo, recordemos un acontecimiento en la última cena,  cuando él lavó los pies a sus discípulos. 
Amadas ya al bajar a esta tierra fue un hecho de sublime humillación para realizar el acto  mas humillante en ese tiempo, la muerte en una cruz, ¿porque?. Porque la meta de la crucifixión romana no era solamente matar al criminal, sino también mutilar y deshonrar el cuerpo del condenado lo que denota la peor humillación y maldición.

Las Escrituras nos dice que Jesús no fue egocéntrico no uso su poder para hacer prevalecer su deidad, sino al contrario se despojó, se humilló porque no se miró a él mismo, sino miró a los demás y su bienestar.
El dejó la gloria del Padre, dejó sus privilegios celestiales. 

Ahora el Siervo Sufriente o Mesías fue conocido por su obediencia a la voluntad de su Padre. 
No se rebela contra ella sino, que la acepta y la cumple, el autor de Hebreos escribió en:
Hebreos 5:8-9 
Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen. ¡Gloria a Dios!

En el Evangelio de Juan, se describe a Jesús como el Siervo Sufriente que es enviado por Dios para salvar al mundo, Juan explica la venida del cordero de Dios en el cap 1:29-34 cuando se presenta a Juan el Bautista, leamos:
Juan 1:29-30 
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.

Por otro lado este nuestro Señor Jesús vemos claramente que estudió las Escrituras con mucho cuidado. Su vida entera fue conformada por lo que leyó y así comprendió lo que le estaba sucediendo cuando lo arrestaron en Getsemaní. Los que lo acompañaban trataron de resistirse pero Jesús les dice: Mateo 26:56 
Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.

Amadas, las Escrituras le dieron la fortaleza a Jesús para soportar la deslealtad, el abandono y las acusaciones falsas de lo que él siervo sufriente tuvo que padecer.

Jesús tuvo que resistir la desleadad de Judas, esté expresó su amor por él con un beso traidor, este hecho fue el mayor de los actos de hipocresía.
Pero Jesús sabía lo que hacía Judas sin embargo lo llamó amigo.
Esto ocurre aún en este tiempo: Por muy desleales que seamos, Jesús permanece fiel a nosotras.
No obstante nuestro Señor sufrió el abandono de sus discípulos en su momento más crucial, ellos huyeron de miedo.

Ahora, en los momentos cuando todo está bien en nuestras familias o amistades, el sol está brillando y hay una excelente oferta laboral gracias a Dios, es natural querer ponernos en contacto y celebrar junto a ellos.
Pero sabes la lealtad también significa apoyarlos cuando pasan por momentos oscuros, pruebas o horas bajas. 
Me parece a mi que muchas de nosotras en momentos así,  es mucho más difícil saber qué decir y la tentación es mantenerse lejos y, de hecho, abandonarlos.
Alguien dijo una vez:
Si te va bien en la vida, tus amigos conocen quien eres. Pero cuando te va mal, es cuando descubres quiénes son tus verdaderos amigos.

Hermanas, ahora vayamos al momento dónde Jesucristo tuvo que soportar acusaciones falsas de parte de los religiosos de su pueblo, él tuvo que pasar por la terrible situación de escuchar a unos falsos testigos perjurando contra él para condenarlo a muerte.

Mateo 26:59-63
Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte, y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos, que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo. Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti? Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.

Hermanas este juicio de Jesús ante el Sanedrín ha sido objeto de diversos debates y opiniones, entre las que se encuentran dicen que solo fue un interrogatorio y que fue un juicio ilegal. 
El Sanedrín no tenía el poder de ejecutar la pena de muerte, por lo que Jesús fue entregado a Poncio Pilato. 
Algunos estudiosos han llegado a decir que el juicio fue injusto y que se llevó a cabo en un contexto ilegal. En el juicio y la sentencia violaron los principios de las leyes y procesos criminales de los judíos, dictando la sentencia sin pruebas sólidas utilizando como hemos leído testigos falsos. 

¿Alguna vez te han acusado injustamente?
Sabrás entonces que es una experiencia horrible y dolorosa.

Esto nos da un ejemplo sobre cómo podemos lidiar con cosas así en nuestra vida.
Jesús mostró un extraordinario dominio de sí. No respondió sino que dejó que lo atacaran físicamente eligiendo no ganar la discusión para ganar la batalla 

La obediencia de Jesucristo hizo que no se defendiera, el dejó que toda la Escritura se cumpla al pie de la letra, leamos:
Isaías 53:7 
Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

Ahora bien, es precisamente en el juicio delante del Sanedrín donde Jesús aparece como una víctima indefensa. De hecho, la víctima indefensa es la que tiene todo el poder y la autoridad.
Lo irónico es que los jueces eran quienes en realidad estaban siendo juzgados. Como ellos, todos tenemos que decidir lo que pensamos acerca de Jesús.

Amadas toda escritura sobre lo que sufriría el siervo escogido por Dios se cumplió:
Mateo 26:66-68 
¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban, diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó.

Oh amadas me asombra y me cuesta entender tanto amor de parte del siervo sufriente, como es que siendo nosotras culpables el justo pago por los injustos para llevarnos a Dios. 
Nuestro pecado lo llevo a la cruz, y no fue abandonado solo por los hombres, sino por Dios su Padre, el estaba tan enojado con el pecado que no pudo soportar mirar a Jesús cargado de pecado. 
Jesucristo estaba experimentando la desolación y la ira de Dios porque cargaba con los pecados de la humanidad.
Recordemos el clamor de Jesús cuando estuvo en la cruz:
Salmos 22:1
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?

Este Salmo, consta de 5 versículos escrito por David habla del hecho de que Dios está siempre con los justos. Cuando puedas te invito a leerlo. Por ello algunos consideran que Dios no abandonó a Jesús literalmente, ya que eso dividiría la Trinidad, recordemos en una ocasión, Jesús afirmó que Dios estaría con él 
Juan 16:32
He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.

Amadas para finalizar repito que Isaías 53 debe ser entendido como una referencia a la venida del Mesías.
En este capitulo de Isaias, su sufrimiento fue profetizado, él daría su vida para pagar nuestros pecados, luego resucitaría y así se transformaría en el Gran sumo sacerdote para todo el mundo, ofreciendo y vertiendo su sangre como expiación para la limpieza de los pecados de todos los que creerían en el único y suficiente Salvador "el Señor Jesucristo"
De esto y más hablaré en nuestro próximo encuentro, que Dios nos ayude a no perder el asombro por el Siervo Sufriente y su obra de amor por ti, se bendecida con su palabra, hasta pronto si así Dios lo quiere.

EL HIJO DE DIOS SOPORTÓ EL DOLOR Y LA HUMILLACIÓN EN LA CRUZ, LO QUE NOSOTRAS TENIAMOS QUE SOPORTAR POR NUESTROS PECADOS.

¡Dios con nosotras!

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