¿Amo a mi Prójimo?
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Proverbios 14:21Peca el que menosprecia a su prójimo; Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado.
Aquí las sagradas escrituras nos deja ver dos actitudes que se contrastan entre el desprecio y la bondad hacia los necesitados..
Ahora despreciar o menospreciar no es solo incorrecto sino Dios nos deja ver que es pecado.
Tener esta actitud significa tratar a alguien como indigno y de poco valor, ya que a los ojos de Dios tratarlos así es una ofensa grave.
Por otro lado, al actuar bondadosamente va más allá de una simple cortesía más bien es cuidar a los demás siendo compasivas ayudando a los que más lo necesitan.
Este proverbio nos lleva a reflexionar y ver como estamos tratando a nuestro prójimo ya que será de bendición amar sin recibir nada a cambio a los menos afortunados, también nos lleva a examinar nuestro corazón y nuestras acciones hacia los demás. Es fácil caer en la trampa de ignorar o menospreciar a quienes son diferentes a nosotros, este verso realmente nos desafia a ofrecer bondad y compasión.
Amadas que grato es estar hoy en esta nueva cita, deseo profundamente podamos juntas hoy aprender de las escrituras y que nos sintamos desafiadas a obedecerla.
El tema de hoy nos llevará directamente a nuestro corazón y reever si esta en sintonia con la palabra de Dios, La idea del tema de hoy es para reflexionar y autoexaminar nuestro trato con los demas y por ello te hago esta pregunta:
¿Alguna vez has juzgado negativamente a alguien basándote solo en su apariencia exterior?
Cuando alguien se cree superior porque tiene capacidad intelectual, una posición social o se siente más espiritual que otras personas, da a notar una actitud parecida a la de un fariseo en el tiempo de Jesús.
Los fariseo pensaban que eran perfectos y que no necesitaba la ayuda de Dios ni de nadie.
Se presentaban como puros ante la multitud, pero estaban llenos de deseos terrenales y carnalidad, conocidos por Jesús como sepulcros blanqueados.
Ellos se enfrentaban a Jesús en acaloradas discusiones sobre la estricta observancia de las normas en el judaísmo.
Jesús conocía muy bien el corazón de los fariseos y en una ocasión les enseño los mandamientos más importantes escritos en
Levítico 19:17-18
No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado. No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.
y este verso sería el origen de lo que dice en:
Marcos 12:31
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos.
Después de leer estos versos me pregunto ¿Quién es mi prójimo?
Los judíos de la época de Jesús habian entendido que su "prójimo" era su mismo compatriota.
Sin embargo, Dios tiene en mente una definición más amplia y nos dice que nuestro prójimo es, cualquier persona cercana con la que podamos compartir el amor de Dios.
En pocas palabras todos son prójimos, sin importar nacionalidad, religión, ni ideas políticas; porque prójimo es sinónimo de próximo, cercano.
El evangelista Lucas registra un incidente en el que un escriba, experto en la ley judía, puso a prueba a Jesús sobre lo que debía hacer para heredar la vida eterna.
Jesús le replanteó la pregunta al escriba diciendo en Lucas 10:26 lo siguiente:
Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
El experto en la ley respondió con el mandato de amar a Dios con todo nuestro ser y de amar al prójimo como a sí mismo. Jesús afirmó la respuesta. Pero este queriendose justificar, preguntó: "¿Y quién es mi prójimo?".
Este hombre quizás hizo una pregunta equivocada, la pregunta debió haber sido:
¿Para quién puedo ser yo, prójimo?
Como sabemos Jesús vino a destruir todas las barreras y a demostrarnos con su vida que nuestro prójimo son los más cercanos, es la humanidad entera.
Luego Jesús sabiamente le contesta a este hombre de la ley con una parábola y va a exponer su carencia de amor y de sus oyentes, la parábola es "el buen samaritano"
Lucas 10:30
Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.
En la época de Jesús, era notorio el peligro, habían asaltantes en el camino tanto que se recomendaba viajar en compañía por causa de los ladrones, había un camino de Jerusalén a Jericó conocido como "Camino de Sangre" por causa de que los ladrones derramaban sangre con las víctimas hasta matarlos y probablemente esto le sucedio a este hombre. Continuemos leyendo:
Lucas 10:31
Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndolo, pasó de largo.
Esta es una expresión muy indiferente, hay muchísimos religiosos de este modo de proceder.
Quizás esté religioso vio su condición o que era Samaritano y lo desprecio, hoy en nuestro tiempo la religión separa, la misericordia y el amor no existe. ¿Que dirá Jesús a todo esto?
Continúo leyendo: Lucas 10: 32
Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo.
Vemos acá también, la misma actitud del sacerdote. Ahora el Levita, estaba encargado de la adoración y la alabanza en el templo y, quizás no quería contaminarse pensando que el hombre estaba muerto ya que vivía bajo la ley, vivía en religiosidad y legalismo.
Porque había una ley, que alguien consagrado no podía tocar un cadáver porque se contaminaba en Números 19:13
Jesús pone de ejemplo a un sacerdote y a un levita, dos judíos, ambos de la línea sacerdotal de los israelitas y que deberían haber conocido y seguido la ley de Dios, la actitud de estos hombres no demostraban amor a su prójimo.
Seguidamente vamos a ver actuar al tercer hombre, un samaritano:
Lucas 10:33
Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia.
Este hombre se compadeció, siendo débil y necesitado no reparó dar lo que tenía.
Jesús nos da una lección a través de un vil y despreciado, un odiado, un simple: "un Samaritano"
Los samaritanos eran una raza despreciada por los judíos social, política, cultural y religiosamente.
Y fue el samaritano quien se detuvo a ayudar al hombre herido. Atendió las heridas del hombre y le pagó la estadía en una posada. En pocas palabras, una persona a la que los judíos habrían considerado "impura" y fuera del pacto de Dios, demostró compasión por alguien que lo habría considerado un enemigo y lo vemos en:
Lucas 10:34
y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.
El samaritano dio una ayuda práctica que le costó tiempo, energía y dinero.
El pagó al dueño del mesón todos sus gastos lo que este hombre no podía pagar.
Ahora, ¿Se dan cuenta hermanas?
Jesús va directo al corazón del hombre de la ley que le hizo la pregunta.
Pero después de redactar la parábola con mucho amor le hace una pregunta crucial junto con ello un mandato, veamos:
Lucas 10:36-37
¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
Las escrituras no nos dice que hizo después el escriba. ¿Y nosotras que haríamos?
Amadas muchas veces tomamos a la ligera las enseñanzas de Jesús y no nos detenemos a profundizar los secretos los mandamientos pasándolo por alto y más aún cuando nos demanda a morir a nosotras mismas, morir a yo, al egoísmo y todo pecado de la carne, y muchas veces los mandatos de Dios, deseamos que otras lo cumpla y nosotras no lo aceptamos y nos comportamos como legalistas y fariseas.
Si alguna vez nos cruzamos con personas desvalidas, necesitadas, no seamos como el sacerdote o el levita de la parábola que enseño Jesús; no nos desvíenos y sigamos de largo.
Hermanas acerquémonos a la gente necesitada, hagamos un compromiso para ayudarles.
Cuando ayudamos a la gente que sufre, es cuando mostramos el carácter de Jesucristo y esta tiene que ser una prioridad alta en nuestra vida.
En última instancia cómo hijas de Dios estamos llamadas a amar sin excepción aún así fueran nuestros enemigos los debemos de amar igual.
Ahora amar al prójimo es algo más que amar a aquellos que son como nosotras y que a su vez pueden amarnos.
Es importante entender qué es el verdadero amor. Amamos a las personas buscando genuinamente lo que es mejor para ellas, de hecho, Jesús dijo:
Mateo 5:44
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.
Explicito, directo, contundente y la vez es un imperativo esta porción de la biblia.
Hermanas enfatizo esto:
Amar a los demás no significa estar de acuerdo con todo lo que dicen o hacen, ni significa actuar de tal manera que siempre obtengamos su aprobación.
Amar al prójimo significa atender sus necesidades, tanto físicas como espirituales.
Amamos a nuestro prójimo cuando, como el samaritano de la parábola de Jesús, nos compadecemos de ellos y ayudamos a satisfacer sus necesidades en la medida de nuestras posibilidades.
Pero sabes, amamos mejor a nuestro prójimo cuando compartimos con él la verdad de Dios, el evangelio de salvación, porque no se trata de solo la salud física, sino tener compasión por su alma, nosotras sabemos que sólo Jesús puede salvar y sólo Él puede satisfacer todas las necesidades de las personas.
Hechos 4:12
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Para finalizar digo que: Está parábola del buen Samaritano nos lleva a enfocarnos en Jesús nuestro Buen Samaritano, nuestro Salvador.
También vemos en esta parábola una enseñanza clara, y que nos debe hacer reflexionar sobre la importancia de amar y tener compasión a nuestro prójimo como una de las condiciones para heredar la vida eterna.
¿Con cuál de los hombres de la parábola nos identificamos?
La historia del Samaritano es un tipo de Cristo quién derramo su misericordia y su gracia.
Jesús en la cruz dio su vida por nosotras, nos salvó del peligro dónde estábamos casi muertas, pasando él por nuestro camino, nos llevó al suyo cuidándonos y pagando un alto precio por nuestros pecados.
Colosenses 2:13
Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.
Amadas recordemos que Jesús es el ejemplo mayor de amor incondicional, de hecho Dios ha mostrado su amor a todas las personas y lo vemos en el muy conocido verso y recitado por muchos que es Juan 3:16 y también en:
Romanos 5:8
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Ahora bien, cuando el Señor nos buscó, él depósito su Espíritu Santo y junto a él su fruto donde uno de ellos, es el amor, para que lo practiquemos en otras personas mostrando misericordia y compasión, busquemos:
Romanos 5:5
Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Hermanas, pero para que eso ocurra tenemos que morir y dejar que Jesús crezca para que se exprese el amor, dejar que él Espíritu Santo produzca el querer como él hacer, porque ya todo se nos ha concedido en Jesucristo.
Amadas cuando Jesús derramó gracia, amor sacrificial, no hizo distinción de personas.
Oremos:
Padre nuestro sé glorificado en los cielos y en la tierra, nos acercamos a ti confiadas que oirás nuestra oración, perdón por no expresar el amor que tú ya has colocado en nuestros corazones, te pido nos ayudes a lograr poner en práctica la enseñanza y obedecer tu palabra y amar como tú nos amas.
Te damos gracias por mostrar tú primero el amor verdadero y puro amor, amén.
EL AMOR Y LA MISERICORDIA DEBE BROTAR DE NUESTRO CORAZON Y ASI PODER SER EL REFLEJO DE JESÚS EN NUESTRA VIDA.
!Dios con nosotras!
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