¿Buscamos Aprobación?

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¿Buscamos Aprobación?

Gálatas 1:10 
Pues, ¿Busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.

El apóstol Pablo pregunta retóricamente si busca la aprobación de Dios o la de los hombres. Esto nos muestra que la aprobación de Dios es lo que nos da seguridad y confianza en la fe en Jesús. 
Esto nos recuerda que nuestra principal motivación debe ser agradar a Dios, en lugar de buscar la aprobación de los demás.

Las preguntas que se hace Pablo nos ayuda a examinar nuestro corazón y a la vez nos anima a reflexionar y no andar buscando que las personas aprueben lo que decimos o hacemos, tampoco debemos buscar quedar bien con nadie a cambio de su respaldo, ya que nos convertiremos en sus servidores más no de Jesucristo, quien debe ser el único que apruebe todo lo que hagamos y al único a quien debemos servir.

Hermanas ¿Cómo están?, que lindo es estar hoy nuevamente con ustedes a pesar de mi misma, y poder compartir de él, su historia, su palabra y su verdad.

Con la ayuda del Espíritu Santo hoy hablaré sobre la aprobación y descubriremos algunas maneras de como nuestro corazón lo busca.

Antes de empezar quiero darte el concepto de aprobación es la expectativa de lograr aceptación por parte de los demás, sobre nuestras acciones, opiniones o maneras de sentir. Es algo que nos impulsa a comportarnos para evitar el rechazo y así ser reconocidas y aceptadas por parte de los otros.
Ahora veremos las formas como buscamos aprobación:
Primero veremos la aprobación por los demás:
En el mundo actual las personas en general creyentes o no, en las redes sociales como por ejemplo, esta necesidad se refleja en la publicación constante de contenidos, esperando comentarios positivos o validación a través de “un me gusta”.
Es lamentable ver que aún en las congregaciones los creyentes buscan aprobación de sus hermanos o líderes y hacen cualquier cosa para lograrlo, suelen ajustar su comportamiento para agradar, como aceptar tareas adicionales en el servicio para obtener reconocimiento o evitar expresar opiniones propias por miedo al rechazo. 

En las escrituras también hubo un rey que busco la aprobación pero en su caso la del pueblo, a continuación te presento al rey Saúl:

Saul fue no solo el primer rey de Israel, sino aquel que Dios había escogido a pedido del pueblo para llevar a cabo esa tarea, sin embargo y por encima del enorme privilegio, él prefirió seguir su propio camino, uno que lo llevo a ser desechado.

Cómo siempre digo que cada una de las vidas de estos personajes escritas en la biblia, nos sirven de ejemplo. Son Advertencias que Dios a dejado por medio de su palabra, ya que ninguna de nosotras esta exenta para decir: "a mí no me va a pasar"
Las trágicas historias nos revelan la fragilidad del hombre y la debilidad de confiar en uno mismo, abandonando al Señor.
Pablo lo menciona en una de sus cartas:
1 Corintios 10:11 NTV
Esas cosas les sucedieron a ellos como ejemplo para nosotros. Se pusieron por escrito para que nos sirvieran de advertencia a los que vivimos en el fin de los tiempos.

Cada historia que está relatada en la biblia no, nos da licencia para criticar a cada personaje por sus faltas, ni tampoco para justificarnos sino para aprender y ver nuestras debilidades, ver lo frágiles que somos y para ser fortalecidas de nuestras flaquezas a través de ellas y de sus verdades.

Ahora quiero darte un contexto antes de entrar en el momento cuando este rey Saúl busca aprobación.

Saul, es la trágica historia de un hombre llamado por Dios para cumplir un rol muy importante en su pueblo, y que a causa de sí mismo fue desechado por Dios.  

Saúl era el hombre más apuesto en Israel; 
Gozaba de buenos atributos físicos, pero amada quiero que sepas que los atributos físicos, intelectuales, morales o económicos, no son siempre signos de aprobación divina.

Saul era un rey, alto, bien parecido, fuerte, era la clase de rey que la gente podía admirar Incluso el propio Samuel, pero Dios le dijo:
1 Samuel 16:7 
Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.

Con frecuencia somos propensas a dejarnos impresionar por lo externo (Su conocimiento, su inteligencia, su elocuencia, su porte, etc), pero no nos detenemos a mirar el carácter que esta debajo de esa imagen.
Los israelitas habían pedido un rey, uno que saliera a la guerra al frente de ellos, tal como las otras naciones y El Señor mando a Samuel a ungirlo porque tenía un plan para Saúl. 

Hasta este momento, todo parecía de acuerdo al Plan de Dios, el lo había llamado, lo había capacitado y comisionado.

Todo parecía marchar viento en popa, Saúl parecía un gran rey aún y cuando algunos dudaban de el.
Muchas veces Saúl ganaba guerras, pero detrás de las estrategias, las victorias, lo logros, estaba Dios.
Podemos decir entonces que Saul estaba cumpliendo con las expectativas correctas, tal parecía que Saul había entendido que era Dios quien le daba las victorias, que el solo era el instrumento por el cual su pueblo obtenía salvación de sus enemigos. 
¿Pero y entonces? ¿Qué fue lo que paso con Saúl?
La Caída de Saúl comenzó donde comienza la de toda criatura, cuando deja de ver a su creador y comienza a mirarse a si mismo. 
El sabía que en Israel no había varón como el y esto lo llevo a ser arrogante, engreído, presuntuoso y orgulloso. 

El liderazgo de Saul estaba fallando, ¿porque? porque estaba confiando mas en sí mismo que en el Dios que lo había llamado. 

Al perder de vista el llamado Divino, Saul comenzó a ejercer un reinado bajo su propia dirección, bajo sus propias ideas, con sus propios conceptos y bajo sus propias expectativas. 

Dentro de todas aquellas cosas que se comenzaron a gestar en el corazón de Saul durante estos dos primeros años del reino, todavía había un esperanza, aun podía rectificar el camino, había oportunidad de corregir si escuchaba la voz de Dios por medio del profeta Samuel.

Ahora empecemos ver el triste desenlace:
1 Samuel 13:8–9 
Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto.

Este hombre Saúl era poseedor de una gran deficiencia en su carácter, era muy impaciente. 
Por otro lado ¿Cuántos problemas son generados en la vida por la falta de paciencia? solo porque no sabemos tenerla.

Hoy vivimos en medio de una generación instantánea (si el Internet tarda mas de 5 segundos no sirve, hoy todo es express, sopas instantáneas, etc) somos así ya no queremos esperar nada.

Pero como creyentes no debemos vivir así, porque una de las marcas del fruto del Espíritu Santo es precisamente la paciencia.

La falta de paciencia y el que dirán, fue la deficiencia del carácter de Saúl. El pueblo se le desertaba, su liderazgo estaba fallando, la gente comenzaba a dudar de el como rey, y eso no lo iba a permitir de ningún modo.

Su falta de paciencia y su deseo de mantener intacta su imagen lo llevaron a tomar acciones equivocadas. 

Él había sido ungido para ser rey, para gobernar, pero los asuntos religiosos no tenía porque inmiscuirse. Se tomo atribuciones que no le correspondían, todo por su falta de paciencia.
Saúl quería ganar el favor de la gente viéndose espiritual. No había un sincero deseo de agradar a Dios, sino era buscar mantenerse él en lo alto, de que su imagen no se derrumbara. Continuemos leyendo:
1 Samuel 13:10
Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle.

Vemos aquí que Saúl pensó que todo estaba bien, es mas que incluso que Samuel lo iba a felicitar, pensó que sus buenas intenciones estaban por encima del orden de Dios.
¿Cuántas veces pensamos asi nosotras?

1 Samuel 13:11-12 
Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? ¿No te das cuenta de lo que acabas de hacer, desobedeciste a Dios, no guardaste su Palabra? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto.

Saúl da a notar que es inocente de lo que le puedan acusar, se justifica y piensa que hasta quizás hizo un favor al actuar como lo hizo.
La carne siempre va a querer hacerse pasar por espiritual. El orgullo, la impaciencia la soberbia y todas las obras de la carne, se visten incluso con ropas de piedad. 
Leamos lo que Samuel contesta:
1 Samuel 13:13-14
Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.

Amadas la impaciencia de Saul fue costosa, Dios lo había llamado a ser rey, había prometido que si el era fiel su casa gobernaría por largos días, pero no fue así.

Nuestra falta de paciencia y de humildad nos puede llevar a que Dios nos discipline del llamado de donde estamos sirviendo.
Todo pecado cometido trae consecuencias.

Saúl en lugar de caer rendido ante Samuel por su falta, simplemente lo dejo pasar.
La arrogancia, el orgullo y la autosuficiencia y la búsqueda de aprobación de la gente por parte de Saúl, fueron pecados no confesados que fueron endureciendo su corazón, de tal forma que el cada vez estaba más apartado de Dios.
Ahora veamos:
La Aprobación de Dios no se busca en la opinión de los hombres
El apóstol Pablo nos enseña esto, Dios es el que nos aprueba, no los hombres.
La causa de buscar aprobación es que damos mayor importancia a la opinión de los hombres por encima de Dios. Olvidando que ellos quizás nos pueden defraudar. 

Ahora en: 2 Corintios 10:18 
Porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.
Aquí vemos que nuestra propia alabanza no es importante en el reino de Dios y, no sirve de mucho. La persona que merece aplausos y elogios es aquella de quien el Señor habla bien.
Pablo establece que la aprobación de Dios es lo que realmente importa y es lo que debemos buscar, en lugar de la aprobación de los demás, mira lo que dice en:
2 Timoteo 2:15 
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

El Apóstol Pablo le aconseja a su discípulo Timoteo frente a los hombres vacíos que están deseosos de buscar el aplauso humano, el debe evitar el absurdo deseo de exhibirse ante ellos, más bien debe buscar la aprobación de Dios.

Al fin y al cabo, lo que realmente importa no es conseguir que los hombres tengan una buena impresión de nosotras, sino que Dios apruebe lo que somos y hacemos. Que cuando Dios nos examine, no encuentre en nosotras nada indigno por lo que tengamos que sufrir vergüenza.

Que nuestra falta de sueño no sea por planear como encontrar fama, reconocimiento de los hombres sino de Dios y de hablar correctamente las escrituras porque el que da el mensaje de Dios no lo distorsiona.

Y como último punto y no menos importante es: La aprobación de Dios, es lo único que Importa

Amadas, Dios nos ha predestinado para ser conformados a la imagen de su Hijo, y nos ha dado la seguridad de que estamos en él. Esto nos muestra que la aprobación de Dios no se basa en nuestras obras o logros, sino en su amor y gracia hacia nuestra vida.
Hermanas la aprobación de Dios es lo que importa en nuestra vida cristiana. No debemos buscar la aprobación de los demás, sino la aprobación de nuestro Señor. Y No en nuestros propios esfuerzos no perdamos el verdadero enfoque que las escrituras nos enseña.

Alguien dijo:
Mientras buscamos la aprobación en algo o en alguien terrenal, percibiremos una sensación de vacío, porque no hay nada ni nadie que pueda saciarnos como lo hace Dios, debemos creerlo de todo corazón.

Enfoquémonos en él para no sufrir, dejar la esperanza falsa que depositamos en los hombres y aferrarnos al reino de Dios Todopoderoso y a la vida eterna que nos ofrece. El nos puede ayudar con su poder.

Hay mucho deseo en nuestro corazón y a veces se sufre las consecuencias por querer buscar aprobación.

A menudo nos sucede esto porque somos inseguras, ya que después de la caída tenemos una necesidad real de nuestro corazón de ser aprobadas, lo malo es a dónde o a quien recurrimos para nuestra aprobación y caemos en pecado porque desplazamos a Dios de su lugar, Dios nos insta en:
Mateo 6:33
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Amadas la aprobación que muchas veces buscamos es muy caprichosa, entendamos que solo él nos da un buen sentido de aprobación, él es la fuente, no debemos buscar en otro lugar o persona porque terminamos idolatrando la aprobación y el lugar donde ponemos nuestro enfoque, siempre digo que nuestro corazón es una máquina de hacer ídolos.

Hermanas al buscar la aprobación estamos demostrando que somos perfeccionistas, queremos sobre salir y ser las mejores en todo sin embargo son aspiraciones muchas veces inalcanzables.

Queremos lucir lo que realmente no somos y terminamos en otro pecado que es la apariencia.
Tengamos cuidado con estas obras de la carne que son pecados que nos separan de Dios y de sus propósitos.

Adán y Eva antes de la caída ellos no necesitaron la aprobación, ellos la tenían, fue el pecado quien derribo esa relación directa con Dios.

Debemos recordar que hemos sido creadas para su gloria y nuestro yo debe menguar cada día, morir a mis deseos y vivir de manera que agrade a Dios, somos sus hijas y como tales debemos actuar:
1 Pedro 2:9
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Aquí se establece que nuestra identidad y valor provienen de Dios, y no de la aprobación de los demás para sentirnos valiosas.
Tengamos paz y confianza en él. 

Hermanas para finalizar digo que a veces puede que estemos buscando aprobación de los que nos rodean, y hacemos cosas que por nuestra falta de madurez nos llevan a salir de la voluntad de Dios, pero él tiene un plan diferente para nosotras, él quiere que creamos en él, que nuestra identidad es él y que no olvidemos que ya Dios nos ha aprobado, nos ha amado y valorado, él es nuestro principal admirador, él nos acepta como somos, así de imperfectas para hacernos en forma progresiva perfectas para él y para su gloria.

Nada está terminando hagamos lo que Saúl no hizo, Dios esta dispuesto a darnos otra oportunidad de arrepentirnos y volver al camino correcto si hemos pecado, el Señor quiere darnos perdón, restaurarnos, pero sin arrepentimiento verdadero, nuestro corazón corre el riego de comenzarse a endurecer. Pecado no confesado, es pecado no perdonado.

Amiga que me oyes quizás tu aún no has experimentado el valor, la aceptación y la aprobación de Dios, te invito a venir a él, te arrepientas, recibas la salvación que te quiere dar, para que pruebes y veas lo que él tiene para ti.

Amadas hagamos una oración juntas:
"Señor, te exalto, Padre del cielo te pido que nos ayudes a buscar tu aprobación y no la aprobación de los demás.
Que no nos desgastemos buscándola más bien podamos con tu ayuda buscar primeramente tu reino y su justicia, tu amor y gracia en nuestra vida. Ayúdanos a vivir de acuerdo con tu voluntad, valoradas, amadas y aceptadas por ti, te lo pido en el precioso nombre de Jesús, Amén.

LA BÚSQUEDA DE LA APROBACIÓN EN UN LUGAR O PERSONA EQUIVOCADA NOS LLEVA A EXPRESAR INSEGURIDAD DE NOSOTRAS MISMAS.

¡Dios con nosotras!

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