¿Qué es el hombre?

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¿Qué es el hombre?

Salmo 144:3
Oh Jehová, ¿Qué es el hombre, para que en él pienses, O el hijo de hombre, para que lo estimes?

Amadas la saludo con el amor de Jesucristo, espero estés siendo edificadas con nuestros mensajes.
Gracias doy a Dios por permitirme servirle a pesar de mis debilidades y limitaciones.

Hoy nuevamente me acompaña mi esposo donde nos trae un mensaje que como mujeres debemos de conocer, un mensaje lleno de interrogantes pero a la vez con una profunda reflexión sobre ¿Qué es el hombre?
Le doy lugar a mi esposo, adelante:

Hermanas las saludo nuevamente, gracias a Dios por la oportunidad de poder traer otro mensaje para ustedes.

Para el mensaje a meditar me centraré en el  salmo 8 y previo al tema central me detendré en los primeros versículos donde se ve resaltada la admiración de David por la grandeza de Dios y las interrogantes que esto le genera.
Leamos la primera parte del Salmo donde David exalta el señorío, la grandeza, la majestad y el poder de su Señor; de nuestro Dios Soberano.
Salmos 8:1 y 3
¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos; cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste.

David, en el primer versículo, exclama a viva voz exaltando con alabanza la grandeza de nuestro Dios, al mismo tiempo que proclama su soberanía. Sin duda, no se trata de una exclamación irreflexiva y religiosa, sino que es el resultado de una profunda y prolongada meditación.
A David le sobrepasa toda la majestuosidad de Dios y se asombra al ver lo que ha hecho, se maravilla ante el hecho de que los seres humanos seamos el pináculo de la creación de Dios, una obra maestra, creados a su imagen. No sólo Dios nos ama y se interesa por nosotros, sino que también nos ha dado privilegios extraordinarios.
Por ello David expresa sus sentimientos de asombro y belleza con reverencia y gratitud hacia Dios.

¡Pero atención!
David da un pequeño giro en su admiración a Dios en el cuarto versículo y plantea una interrogante un tanto retórica, que refuerza aún más su admiración por la grandeza de Dios; asombrado ante tal señorío y manifiesta
Salmo 8:4
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?

El reconoce su condición ante el Padre celestial, David tiene claro que es un simple mortal, un ser humano que tiene fecha de caducidad, que no es eterno y a la vez, aunque él se ve tan pequeño delante de tanta grandeza se detiene y se pregunta¿Qué es el hombre, quiénes somos nosotros?
Tal vez, en su corazón adiciona ¿Por qué te acuerdas de nosotros, porque nos acompañas siempre?
La Nueva Traducción Viviente presenta este mismo versículo de la siguiente manera ¿Qué son los simples mortales para que pienses en ellos, los seres humanos para que de ellos te ocupes?
Es obvio en el contexto, pero no está demás aclarar que, cuando se habla de hombre en estos textos, se está  refiriendo al género humano, varón y mujer.

Dios siempre cuidó de David; en sus batallas, en sus pruebas y en sus debilidades. ¿Cuántos de nosotros no hemos pasado por estadios como los que vivió David en su ánimo y que dejó plasmados en este salmo 8? 

Ahora bien, a partir de este momento me voy a centrar en el tema de hoy: ¿Qué es el hombre? pregunta formulada, como ya vimos, por el rey David.

David en el salmo 8 se ve a sí mismo como que es menos que una diminuta gota de agua en medio del océano; y mientras que el resto de la creación, como la tierra, el sol y las estrellas permanecen por miles de años, la vida del hombre es como la niebla de la mañana que rápido se desvanece. 

Santiago 4:14
Cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿Qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. 

Desde un punto de vista los seres humanos somos insignificantes en el espacio y en el tiempo, hoy estamos aquí pero mañana yo no estaremos.

Pero aún así, siendo nosotros tan insignificantes en el espacio y tiempo, seguimos siendo objeto de la atención especial de Dios; veamos lo que dice las escrituras en: 
Job 7:17
¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, Y para que pongas sobre él tu corazón?

El hombre es la creación especial de Dios, por eso, a pesar de ser frágil y temporal, Dios lo hizo a su imagen y conforme a su semejanza y esto es lo que lo hace especial y superior al resto de la creación; leemos en 
Génesis 1:27 
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

El hombre tal como salió de las manos de su creador era su imagen, por supuesto había un abismo de diferencia y distancia entre los atributos divinos y las cualidades humanas, pero el hombre desde el momento en que fue creado sería poseedor de talentos, facultades morales y espirituales como ningún otro ser.

Dios le dio a la humanidad conciencia de sí mismo, le otorgó el don de la personalidad y la capacidad de relacionarse con su creador y donde encontraría plena realización como hombre.

Si bien es cierto que a David el mismo Señor lo asemeja consigo diciendo que él tenia su corazón conforme al suyo, ¿No es grandioso que Dios comparta esta actitud con David?

Ahora mismo en el cielo, con toda seguridad, hay centenares de estrellas como nuestro sol y es muy fácil sentirnos tan insignificantes ante la majestad de nuestro Dios y ante la vastedad del universo. 

Vemos en el Nuevo Testamento que el autor de Hebreos nos presenta nuevamente parte de este maravilloso Salmo 8, y lo relaciona con la creación y la persona de Jesucristo; leemos en:
Hebreos 2:6
Pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, O el hijo del hombre, para que le visites? 

Bueno, el hombre es simplemente una pequeña criatura en un pequeño planeta. Somos algo muy pequeño en el universo de Dios. 

El hombre en sí mismo es nada sin Dios. Desde el punto de vista material, es bastante limitado.
Mentalmente, piensa ser algo, pero conoce muy poco. ¿Qué es lo que el hombre conoce realmente en cuanto a este vasto universo en el cuál vivimos? 

La biblia describe al hombre que, por causa del pecado, nació con la naturaleza Adámica y esto lo hace estar lleno de debilidades y limitaciones.
Afirma también que tú y yo, antes de ser salvos por él, estábamos en una condición terrible, leemos en 
Efesios 2:1 
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 

Por eso él nos visitó, porque deseaba comunicarse con nosotros, y quería salvarnos de nuestra condición perdida. 

Entonces, si observamos con atención, comprobamos como David que somos pecadores perdidos en una condición lamentable. 
Y al ser de polvo, llenos de limitaciones, la lucha continua entre la nueva naturaleza y la vieja naturaleza, y muchas veces fallamos pecando ante Dios, pero la diferencia entre lo uno y lo otro es que ya no practicamos el pecado, y si caemos en uno, tenemos un abogado que es fiel en perdonar cuando nos arrepentimos.
1 Juan 1:9 
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Hermanas, al saber estas verdades entendemos la pregunta del Salmista: 
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él? Y yo añadiría ¿si somos pecadores llenos de maldad?
Lo importante de esta interrogante de David, es que el Señor de Gloria, Jesucristo, se hizo hombre.
Él dejó la gloria del cielo, descendió a esta tierra; y no se convirtió en un ángel; se hizo hombre. Leemos en: 
Hebreos 2: 7
Le hiciste un poco menor que los ángeles, Le coronaste de gloria y de honra, Y le pusiste sobre las obras de tus manos.

Podemos ver qué, en este versículo, a pesar de nuestra condición se nos puso a cargo de "toda la obra de sus manos".
Los cristianos deberíamos estar a la vanguardia de la protección, la preservación y el cuidado de la maravillosa creación de Dios.
Pero hay una verdad: ¡somos seres caídos, pecadores y el plan original de Dios para nuestro dominio sobre la creación ha sido distorsionado!

Volviendo al salmo 8 vemos también que David quedó impresionado observando aquel espectáculo celestial, sin embargo tú y yo tenemos más ventajas que él para hacerlo.
Sí David quedó fascinado con lo que veía con sus ojos ¿Cuál habría sido su expresión si hubiese visto lo que nosotros podemos ver ahora con un telescopio?
Lo cierto es que aún a simple vista el universo impresiona a quien lo contempla, la luz esplendorosa del Sol y la palidez de la luna son bellezas incomparables que engrandecen nuestro planeta.
Hermanas, todo esto atestigua y ensalza la magnificencia de nuestro creador, como dice el Salmo 19:1 
Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.

David describió esta belleza, y sabe que todo es obra de Dios y por eso le adora ensalzando su grandeza y poder. El Señor es tan bueno con nosotros que puso al hombre al mando de sus obras. 
Reitera el Salmo 8:6
Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies.

Dios lo hizo con un alto propósito, en la narración de génesis leemos que le dio dominio sobre toda la creación, dice 
Génesis 1:28 
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Si miramos por un momento nuestra generación vemos que el hombre sin Dios se ha vuelto engreído, orgulloso, lleno de sí mismo, autosuficiente; tan independiente de Dios que se levanta y dice: "yo puedo solo, yo no necesito a Dios"

Por esta causa Dios permite muchas veces, en su misericordia, que lleguen al hombre desastres, enfermedades o calamidades para convencerle que sin Dios no es nada.

Salmos 10:7
Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude; Debajo de su lengua hay vejación y maldad.

El hombre perdió su dignidad en el momento que no quiso ser menor que Dios, sino que cedió a la tentación de la serpiente que le proponía ser igual a Dios. El engaño, acompañado de ambición segaron a Adán y a toda la humanidad después de él. 

Ahora el hombre no es más que una sombra de lo que Dios quería que fuese, fue puesto para administrar la tierra, pero lo que realmente está haciendo es destruirla; constantemente escuchamos acerca de la destrucción de la capa de ozono, el calentamiento global, la destrucción de los bosques, selvas tropicales incendiadas.

David no conocía con exactitud la forma en la que Dios iba a restaurar al hombre de su caída y mucho menos el grado de dignidad que le iba a conferir después, aún así David adoraba a Dios; cuanto más debemos hacerlo nosotros que ahora conocemos la obra que Cristo realizó en la Cruz para nuestra salvación.

Al final del salmo 8 David termina como empezó: ¡exclamando alabanzas a Dios!
Salmo 8:9 
¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

Mis hermanas, espero que esta meditación sobre el salmo 8 nos ayude a ver la creación de Dios como realmente merece y corresponde; y que como su creación reconozcamos nuestras faltas, nuestros yerros y pecados no olvidando que fuimos creados para adorar como David a nuestro Creador. Que Dios te bendiga!

Al escuchar a mi esposo me doy cuenta que cada día veo en mi vida como Dios muestra su fidelidad acordándose de mi con cada detalle de su creación maravillosa y como seres humanos, finitos y mortales, muchas veces no entendemos y no nos detenemos a pensar si lo merecemos o no.
Pero si Dios lo ha creado es para disfrutar toda su grandeza.

Junto a esta meditación me hice a mi misma unas preguntas que te quiero compartir.
¿Cómo reaccionamos ante la grandeza de Dios?
¿Somos adoradoras ante la vastedad del universo?
¿Cómo está mi corazón ante la responsabilidad que Dios me ha dado sobre su creación?

Respondamos en nuestro corazón y que la enseñanza de hoy sea para reflexionar y meditar sobre quien es realmente el hombre.
Nos vemos en el próximo encuentro, bendiciones!

LA CREACIÓN DE DIOS ES UN ACTO DE AMOR PARA EL HOMBRE, QUE REFLEJA PERFECCIÓN, BELLEZA Y SABIDURÍA.

Dios con nosotras!

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