La armadura de Dios parte 3
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La Armadura de Dios (parte 3)1 Corintios 16:13
Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.
Pablo nos anima con este versículo que estemos siempre en estado de alerta, con un ánimo pronto y confiando en Cristo con toda nuestra fuerza.
Amadas las saludo, les agradezco por estar hoy escuchando nuevamente esta serie escencial para nuestra vida, es una bendición para mí poder servir al Señor en este tiempo.
En el mensaje anterior he empezado a desarrollar cada parte de la armadura de Dios y había dicho que:
El cinturón de la verdad, representa la honestidad y la integridad.
La coraza de justicia: simboliza la rectitud y la justicia y el calzado del evangelio; representa la disposición para compartir el mensaje de salvación que hemos sido comisionadas por nuestro Señor Jesús:
Mateo 28:19
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Ahora continuo hablando de otra pieza fundamental para todo creyente y es:
El escudo de la fe
Efesios 6:16
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Aquí Pablo no solo menciona la parte de la armadura sino que también nos dice para qué la usaremos. El escudo al que se refiere era uno grande que cubría y protegía toda la parte delantera del soldado.
Está pieza que Pablo nos relata era resistente y estaba cubierto de cuero porque a veces el enemigo atacaba con flechas encendidas y el cuero actuaba como aislante protector.
En este versículo de Efesios el apóstol Pablo hace énfasis en la fe, que es la protección que nos permite resistir las flechas encendidas o también conocidas como dardos del maligno.
Recordemos amadas que la fe es un regalo de Dios, un fruto del Espíritu Santo.
Este fruto que se nos da por creer en la obra redentora de Cristo y al tener un nuevo nacimiento ya que nos permite entrar en una relación correcta con él l y recibir de su gracia.
Algo muy importante a saber es que cuando creemos en Dios y le tomamos la palabra, las mentiras del enemigo pierden su poder y somos vencedoras por el poder de Cristo en nosotras.
Con el escudo de la fe podemos recepcionar todas las flechas que nos dispara el maligno con mucha seguridad, ya que nuestra fe apagará todo fuego en la flecha.
El ataque del diablo puede venir de cualquier lugar, por eso es importante estar alerta para poder colocar el escudo en el lugar preciso y momento oportuno para protegernos.
Una de las armas del diablo usa con frecuencia es la duda. Este nos incita a dudar del poder, el amor o la bondad de Dios. Al ejercitar nuestra fe y afirmarnos en lo que sabemos sobre Dios y su obra Redentora en nosotras, esos ataques pierden su efectividad y avanzamos en nuestro andar con Jesús.
El modo correcto de usar el escudo es: Alimentando nuestra fe, leyendo y memorizando la palabra de Dios, pasar tiempo con él, llenando nuestra mente de la verdad sobre él y sobre quién somos en él para que podamos usar esa verdad cuando lleguen las dudas.
Salmos 18:35
Me diste asimismo el escudo de tu salvación; Tu diestra me sustentó, Y tu benignidad me ha engrandecido.
Continuo avanzando con:
El casco o yelmo de la salvación
Tomen el casco de la salvación...
Efesios 6:17 (a)
Y tomad el yelmo de la salvación...
El yelmo de la salvación es la pieza que protege la cabeza, la mente, porque es precisamente allí donde el enemigo centra la mayoría de sus ataques, allí se libra una batalla constante y es en nuestros pensamientos donde debemos tener mayor precaución para no dejarnos contaminar.
El casco protege la cabeza.
Nuestra mente debe estar llena de la certeza de nuestra salvación, seguras que nuestra salvación no se puede perder.
Hemos de vivir cada día la vida que Dios quiere que vivamos como hijas suyas, arraigadas en esa verdad y con nuestros corazón.
Recuerda lo que dice en
1 Pedro 2:9
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
El apóstol Pedro aquí nos dice nuestra realidad y el llamado que debemos obedecer.
No permitamos que el enemigo de nuestra alma, ponga en nuestras mentes dudas sobre nuestra salvación. Somos salvas por la fe en Cristo y nadie nos puede arrebatar esa salvación como dice en
Gálatas 3:25-27
Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
Amadas hay una verdad que no debemos olvidar y es que somos salvas por la fe en Jesús y eso nadie lo puede cambiar a si que vivamos en plena confianza y en obediencia la vida que Jesús quiere para nosotras.
Que la palabra de Dios sea tu espada para derribar las dudas sobre tu salvación o las tentaciones a sentir que no mereces su amor o su perdón.
Amada, él nos ama, nos salvó y somos suyas por la eternidad.
Y esto me lleva a mencionar otra pieza de está armadura que es:
La espada del Espíritu
Efesios 6:17 b
...y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
Hermanas si nos damos cuenta esta, es la única arma de ataque, las otras son armas de defensa. La espada sirve tanto para la defensa como para atacar al enemigo, porque la palabra de Dios alumbra nuestro camino.
Salmo 119:105
Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
La espada que representa la palabra de Dios, nos ilumina con la enseñanza del evangelio.
Con la espada del Espíritu nos defendemos y hacemos frente a los ataques del enemigo, como dudas, mentiras o engaños.
A la misma vez, atacamos con la verdad. Recordemos el ejemplo de nuestro Señor Jesús cuando fue tentado, cómo usó la palabra de forma efectiva para vencer las tentaciones del diablo.
Te invito a leer cuando puedas Mateo 4.
Las escrituras es palabra de Dios que inspiro a sus siervos a través de su Espíritu Santo para escribirlas y está disponible para ti y para mí.
Hebreos 4:12
Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.
Ahora bien cada día combatimos los malos pensamientos, las dudas y las enseñanzas falsas llenando nuestra mente con el mensaje de la Biblia. El diablo intentará engañarnos. Sin embargo, cuando conocemos bien la palabra de Dios nos mantenemos firmes en la verdad y continuamos activas en la batalla sin temor.
La mejor manera de usar esta espada es: estudiando la Biblia, memorizándola, aprendiendo a usar la palabra de verdad de forma efectiva, para combatir las mentiras con la verdad bíblica.
Guardando y obedeciendo la palabra de Dios, viviendo una vida acorde a lo que Dios nos pide.
Amadas y una última pieza pero no menos importante, sería la oración.
Efesios 6:18
Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.
Como soldados de Jesucristo debemos prepararnos para la batalla, debemos fortalecernos y recibir órdenes de nuestro comandante a través de la oración.
La comunicación con Dios, nuestro Padre debe ser constante, dia a dia, porque vamos a recibir instrucciones y estrategias que debemos seguir.
Marcos 14:38
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
Hermanas no solo debemos orar por nuestras luchas, retos o dificultades. También debemos apoyar a nuestros hermanos y hermanas en oración. Si vemos a alguna hermana luchando contra un pecado o duda, o si está pasando por sufrimiento o persecución, es nuestro deber apoyarla con nuestras oraciones y animarla.
Entonces en resumen de esta armadura de Dios, ¿Cuáles son las claves para el éxito en la guerra espiritual?
Como primer punto confiando en el poder de Dios y no en el nuestro, poniéndonos toda la armadura, basándonos en el poder de la Escritura, la Palabra de Dios que es la espada del Espíritu, orando en perseverancia y santidad, haciendo nuestra petición a Dios y recibiendo toda instrucción, manteniéndonos firmes sometiéndonos a Dios y resistiendo la obra del diablo.
Santiago 4:7
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Amadas continuaré hablando más sobre esta armadura y como podemos resistir esta batalla.
Las espero para deleitarnos en su palabra.
LAS ARMAS ESPIRITUALES QUE DIOS NOS HA DADO, ES PARA NUESTRA PROTECCIÓN CONTRA LAS FECHAS ENVENENADAS DEL MALIGNO Y VIVIR VISTORIOSAS EN ESTE MUNDO HOSTIL.
¡Dios con nosotras!
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