La verdad nos hace libres (parte 2)

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La verdad nos hace libres


Romanos 6:17-18
Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.

Cuánta verdad hay en estos versículos, hemos sido trasladadas de la esclavitud a la libertad, Gracias a la intervención de Cristo, de Su obra de redención en nuestra vida.
¡Esta verdad nos hizo libres!

Amadas reciban mi saludo, oro para que Dios guíe este mensaje y cumpla en cada corazón él propósito para lo cuál es enviada. 

En el mensaje anterior hemos dado un panorama general sobre la libertad en Cristo.
Ahora continuo con más verdades sobre esta libertad otorgada por gracia.

Recordarles que la libertad en Cristo no es para satisfacer nuestros deseos egoístas, sino para servir a Dios y a los demás.

Decirles también que aquellas personas que aun son esclavas del pecado, no se pueden liberar a sí mismas de el, solo la verdad lo hará y esa verdad es Jesucristo.

Nosotras que hemos creído en él, ya lo estamos experimentando, el Salvador llegó a mi vida y a la tuya y una vez libres del castigo del poder del pecado, nos convertimos en una clase diferente de esclavas, si esclavas por amor.

Como lo mencioné en el mensaje anterior: 
La esclavitud ha llegado a significar degradación, miseria y desigualdad. 
Pero el ejemplo bíblico de la verdadera libertad, como esclavas de Cristo que debemos experimentar es: el gozo y la paz, ya que son el resultado de la única y verdadera libertad que alguna vez podamos llegar a conocer en esta vida, él nos cambió de vida. Mira lo que dice el salmista en el
Salmo 30:11-12 
Has cambiado mi lamento en baile; Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría. Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.
Amén!

Pero hay una realidad aún siendo creyentes y es que, todavía hay una lucha entre la naturaleza caída y el Espíritu y aunque podamos volver a vivir en la carne y caer de nuevo en la esclavitud del pecado, recordemos que hemos sido liberadas para que este no siga siendo nuestro amo, leamos:
Gálatas 5:13 
Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.

Ahora, si nuestro corazón quiere volver al pasado corramos a la palabra de Dios, ella nos ayudará a enfocarnos en él.
Proverbios 3:5-7
Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal.

Es necesario recurrir a las escrituras ya que nuestros corazones son endebles y son tentados muchas veces.
Y si la culpabilidad y la condenación toca a tu puerta, para instarte a volver atrás, recuerda las verdades que están escritas en las sagradas Escrituras.
Su poder ya nos ha liberado del pecado esclavizante
Romanos 8:1
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Ahora bien esta libertad nos debe llevar a vivir en santidad y obediencia a Dios en una limpia comunión con él.
Y en cuanto a nuestra posición ante Dios, al ser liberadas ya no somos esclavas, sino hijas, y por lo tanto, quedamos en la casa del Padre celestial, formando parte de su familia y lo llamamos Padre:
Romanos 8:15 
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

Amadas hay algo importante que debemos saber: La libertad de la que el Señor habló no consiste en hacer lo que cada una quiere. Así pues, aunque parezca contradictorio, somos libres cuando nos sujetamos a Dios y a su Palabra.
No, nos confundamos entre libertad y libertinaje, veamos un contraste para entender sobre estas actitudes:
La libertad como dijimos en el mensaje anterior es la capacidad de tomar decisiones y actuar según nuestra propia voluntad, sin ser coaccionados o restringidos por alguien.

En cambio el libertinaje, se refiere a la falta de restricciones o límites, incluso cuando nuestros actos pueden afectar negativamente a otros, esta actitud es irrespetuosa a los mandamientos de Dios, a la ética o la moral, el que vive en libertinaje es una persona quien abusa de su propia libertad menospreciado la opinión oportuna de los demás.

Entonces sepamos diferenciar entre estás  actitudes y disfrutemos de la verdadera libertad viviendo en integridad y obediencia a Dios.

Ahora bien, Cristo al hacernos libres nos dió a su Espíritu Santo quién nos ayudará a continuar en esta carrera, no olvidando del alto precio que pagó por nuestra libertad y que debemos valorar esta obra maravillosa.

Entendamos pues la verdadera libertad que Cristo nos dió y disfrutemos a plenitud el regalo de su Espíritu.
2 Corintios 3:17 
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

Amadas hermanas, insisto en esto: Cristo ya compró nuestra libertad, si no la estamos disfrutando es por falta de conocimiento de la verdad y fe en él.
Santiago 1:25 
Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.

No le demos ni uno de nuestros  pensamientos, ni momentos al enemigo de nuestra alma, disfrutemos de la libertad que Cristo nos dio. Somos suyas.
El que ama nuestra alma, nos ayudará a resistir.

No olvidemos que somos templo de Dios y su Espíritu habita en nosotras, lo que nos da la libertad para vivir una vida santa.

Amadas entonces, queda claro que la libertad ganada por Cristo en la cruz, nos ha dado la libertad del pecado, de la condenación, de las adicciones y del temor.
Somos libres para conocer más a Dios, ser auténticas, íntegras y sobre todo únicas para amar.

Y lo grandiosos de esto que esta libertad, es para siempre, busquemos en nuestra biblia y leamos lo que el apóstol Pablo nos dice en:
Romanos 6:22 
Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
Amén!
Su sangre nos lavó una vez y para siempre que luego nos lleva a la santificación y luego a la glorificación. 

Pero me temo que muchas personas y aún los creyentes todavía no han conocido la verdadera libertad y están oprimidas por la esclavitud y de su propio razonamiento.

Amiga, hermana que me escuchas si fuera tu condición, te invito a vivir bajo el parámetro de las escrituras que es la verdad, obedeciéndola, permaneciendo en ella y te hará libre.

Si así lo quisieras el Espíritu de Dios traerá este poder de libertad y resurrección a tu vida, el mismo que resucitó a Cristo, quién desarmó a Satanás y rompió el dominio del pecado derrotando a la muerte para darte libertad.

Hermanas finalizó dejándote está frase que alguien sabiamente dijo:
“Amada has sido puesta en libertad por la bondad y la gracia de Cristo ¡Así que no dejes que otra cosa sea tu amo!” 

LA LIBERTAD EN CRISTO NO ES SOLO UNA DECLARACIÓN, SINO UNA EXPERIENCIA QUE VIVE EL CREYENTE CADA DIA.

¡-Dios con nosotras!

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