La Prudencia Como Estilo de Vida

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La prudencia, un estilo de vida

Proverbios 14:18 
Los simples heredarán necedad; Mas los prudentes se coronarán de sabiduría.

Este versículo nos promete que al ser prudentes obtendremos sabiduría.
Amadas hermanas las saludo y agradezco a Dios que nuevamente me permita estar con ustedes en un nuevo encuentro.

Como hijas de Dios debemos ir cada día examinando nuestro diario caminar y aprender lo que dice las escrituras sobre nuestro comportamiento.
Proverbios 12:15 
El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el que obedece al consejo es sabio.

Bueno en el día de hoy hablaremos sobre unos temas, donde debemos ser prudentes y no actuar en necedad, bajo impulsos o emociones sino, bajo la sabiduria de Dios.

Ahora ¿que es la prudencia?
El término prudencia proviene del latín prudentia, que es una cualidad que consiste en actuar o hablar con cuidado, de forma justa y adecuada, con cautela, con moderación, con previsión y reflexión, con sensatez y con precaución para evitar posibles daños, dificultades, males e inconvenientes, y respetando asi la vida, los sentimientos, las opiniones y las libertades de los demás.

Por otro lado la prudencia requiere un buen sentido, un buen juicio, templanza, cordura, sabiduría, discernimiento, aplomo y ser precavida. 
Para que esto pueda darse en nuestra vida requiere que como creyentes deberíamos estar llenas de toda sabiduría de Dios y de su Espíritu Santo para activar las cualidades y el carácter de Dios en nosotras.
Si no se tiene una buena conducta o no se actúa con prudencia, por ejemplo, conduciendo, se coloca en peligro o en riesgo la vida de otras personas y la suya propia.
Salomón dice que valoremos la sabiduría en el libro de: Proverbios 8:11-12 
Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella. Yo, la sabiduría, habito con la cordura, Y hallo la ciencia de los consejos.

Hermanas ser prudente es sopesar cuidadosamente y evalúar las opciones antes de actuar, siendo sabias y cautelosas basando cada decisión y acción en su conocimiento de la situación que estemos pasando ya sea en algún peligro o crisis de violencia, leamos:
Proverbios 22:3 
El avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y reciben el daño.

Una persona así de sabia es perspicaz y actúa conforme a la voluntad de Dios. 
Esa sabiduría también se refleja en la capacidad de moderar nuestras palabras, leamos: 
Proverbios 13:3 
El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.

Cómo cristianas debemos aprender a ser prudentes en lo que decimos. Muchas veces hablamos cosas que son ofensivas e hirientes para otras personas, quizás no son las palabras pero sí el tono con la que nos expresamos.
Hermanas Dios nos dio dos oídos y una sola boca, para que escucháramos el doble de lo que vamos a decir, a veces nos pasa al contrario, no escuchamos, pero si hablamos de más. Salomón escritor sabio nos advierte:
Proverbios 10:19 
En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente.

Oh amadas que seamos hayadas delante de él y delante de la gente como mujeres prudentes y oportunas al hablar, debemos poner atención cuando alguien está hablando y no pasar por encima, esperando que la otra persona termine de dar su opinión.

Por otro lado nuestras palabras muchas veces si no son pasadas por el filtro del Espíritu Santo, pueden dañar a los que nos rodean, las palabras al ser soltadas ya no hay vuelta atrás, ya sea chistes de mal gusto, críticas destructivas, chismes, murmuraciones, acusaciones y más.
La prudencia debe reflejarse en el tono de como hablamos y que palabras usamos.
Proverbios 15:28 
El corazón del justo piensa para responder; Mas la boca de los impíos derrama malas cosas.

Sepamos esto, la prudencia comienza con el temor a Dios, que es el reconocimiento de Su autoridad y sabiduría. 
Proverbios 1:7 
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
Este versículo establece que la verdadera sabiduría se fundamenta en una relación correcta con Dios.
La sabiduría tiene que ser una cualidad fundamental en nuestra vida, ya que es el principio del temor del Señor y aveces no la desarrollamos o no la tenemos, pero las escrituras dice en:
Santiago 1:5
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

La prudencia es una virtud esencial para todos los hijos de Dios, en un mundo lleno de tentaciones y desafíos.
Unos consejos prácticos sería:
Pensar bien antes de actuar, buscar el consejo de Dios en Su Palabra, considerar las consecuencias de lo vamos a decir con temor y por último confíar en la sabiduría de Dios.

Hermanas la prudencia además nos ayuda a distinguir entre lo bueno y lo malo, un buen discernimiento es vital para estar enfocada en la voluntad de Dios.
Proverbios 14:15 
El simple todo lo cree; Mas el avisado mira bien sus pasos.

Ahora bien, quiero que veamos dos ejemplos bíblicos de prudencia y sabiduría en la vida diaria.
El primero es el Rey Salomón.
1 Reyes 3:16-28, vemos que el Rey mostró gran prudencia al resolver la disputa entre dos mujeres, que afirmaban ser la madre de un bebé. Su sabiduría y discernimiento le permitieron identificar a la verdadera madre.
Y el otro personaje fue Daniel, en
Daniel 1:8-16, vemos que el, decidió no contaminarse con la comida del rey. Su prudencia y fe en Dios le permitieron encontrar un camino que honrara a Dios y le otorgara favor ante el rey.

Ahora, después de ver la prudencia en nuestras palabras, decisiones y acciones, ahora veremos la prudencia en nuestra forma de Vestir ya que está es una expresión de fe y valores internos.
La prudencia en la vestimenta no solo se refiere a la apariencia externa, sino también a cómo esta refleja el carácter cristiano. A continuación veremos un principio bíblico sobre la vestimenta y cómo aplicar la prudencia en este aspecto.
Leamos 1 Timoteo 2:9-10 
Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.

La modestia en la vestimenta no solo es una cuestión de apariencia, sino también de respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Vestirse modestamente puede ayudar a evitar distracciones y a enfocar la atención en el carácter y las acciones.
Nuestra forma de vestir puede influir en cómo los demás perciben nuestra fe.
Cada elección que hacemos, incluyendo cómo nos vestimos, debe ser hecha con la intención de glorificar a Dios. 
¿Mi forma de vestir refleja mi fe?
¿Estoy buscando agradar a Dios o a los hombres?
Amadas tenemos un mensaje en profundidad del tema, te dejo el link en el blog.

A continuación veremos la prudencia en las relaciones interpersonales.
Este accionar es clave para construir relaciones saludables y duraderas. 
Es fundamental ser prudentes para evitar conflictos, heridas y malos entendidos. 
Por ello debemos conocer bien a las personas y no dejarnos llevar por sus apariencias.
Que las amistades que escojamos deben ser personas que sean de bendición y que sus vidas nos edifiquen con su manera de vivir evitando así las malas influencias.
1 Corintios 15:33 
No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.

No obstante valoremos la dignidad de los demás teniendo comunicación clara.
Separando las emociones y los géneros actuando  con prudencia, relacionandose si es posible, hombres con hombres, mujeres con mujeres, solteras con solteras, casadas con casadas para así evitar malos entendidos.
y si hubiera algún altercado no nos apresuraremos a levantar juicios.

Es importante también establecer límites en las relaciones ya que es saludable, ello habla bien de nosotras, ademas siendo comprensivas, empáticas, transparentes, honestas y leales para que la confianza sea duradera.
Proverbios 13:20 
El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado.

Amadas muchas veces el silencio ante conflictos es un acto de prudencia y no de cobardía más bien diría que es una actitud sabia al no apoyarnos en nuestro propio deseo pecaminoso de actuar.

Y por último y más relevante amadas, hay una necesidad como hijas de Dios y de mucha importancia para nosotras en como conducirnos, y es que debemos ser prudentes y sabias, sobre en dónde estamos cimentadas, de allí parte todo nuestro caminar diario.
En las escrituras Cristo relata sobre dos hombres con actitudes diferentes, uno prudente y el otro insesato pero con un mismo objetivo, sobre edificar una casa.
No hay dudas de que se proponían vivir en ella y disfrutarla con su familia. Ambos edificaban algo de importancia duradera, a si mismo nuestra vida es como una casa, aunque su significancia es para toda la eternidad.
Leamos lo que nos enseña nuestro Maestro en: Mateo 7:24-25
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. 

Vemos amadas aquí, que la característica más importante de toda vivienda son sus cimientos. Las dos casas diferían muy poco en su apariencia, pero solo una estaba cimentada sobre la roca.

No es extraño que en este mundo enfrentararemos desafíos y que vendrán de muchas maneras.
Ahora bien, estar cimentadas en Cristo es conducirse como él, pensar, hablar, actuar como él y desarrollar el carácter que él tenía en la vida práctica.

Cristo dice dice que la clave es, que el prudente no solo oye sus palabras sino que también las pone en práctica.
El insensato por otro lado, aunque oye las palabras no las pone en práctica.

El conocimiento debe llevar a la acción. Nuestra teología debe afectar nuestra vida o de otro modo edificaremos sobre la arena y no glorificaremos al Señor.

Ahora: ¿En dónde está edificada nuestra casa, nuestro corazón: en la arena como vanidades, éxito, modas, malas palabras, malas amistades, egoísmo o en la Roca que es Cristo?

La prudencia es un regalo que Dios nos ofrece a través de Su Espíritu Santo. Al cultivar esta virtud, no solo mejoramos nuestras vidas, sino que también glorificamos a Dios en nuestras decisiones.
Pidamosle a Dios que nos dé un corazón prudente y sabio, para vivir de manera que honre Su nombre, tener elecciones prudentes, que nuestra vestimenta reflejen nuestro compromiso con Cristo y que Dios nos ayude a reflexionar y meditar en su Palabra, buscando su consejo en todo y que al relacionarnos con los demás seamos fieles, honestas, pacientes respetuosas cimentadas en la Roca que es Cristo. Amén
Te dejo con este consejo del apóstol Pablo:
Efesios 5:15 
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios.
Amén!

LA PRUDENCIA ES UNA VIRTUD QUE NOS PERMITE CAMINAR EN SABIDURÍA PARA ASI EVITAR TROPIEZO U OCASIONAR DAÑO A LOS QUE ESTAN A NUESTRO REDEDOR.

¡Dios con nosotras!

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