La verdad nos hace libres (parte 1)

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La verdad nos hace libres


Romanos 8:2
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Bendiciones mis amadas Dios las bendiga en gran manera, hoy y en el siguiente mensaje hablaremos sobre un tema un poco olvidado, hablaremos sobre la verdad que nos hace libres, si esa libertad llamada Cristo porque el es la verdad.

La libertad en Cristo es un tema fundamental en toda la Biblia y todas debemos de conocer y experimentar para tener paz.

¿Ahora que significa libertad?
Es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, actuando con voluntad propia y siendo responsable de sus actos.
Y en lo espiritual libertad es la condición de un creyente que no sufre opresión del enemigo, sujeción, dominio de su propia concupiscencia, y del poder del pecado.

Amadas ser libres en Cristo significa que Jesús es el Señor de mi vida y que, gracias a su obra en mí, el pecado no controla mis acciones.
Colosenses 1:13 
El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.

Por otro lado la esclavitud es la situación de una persona que carece de derechos de modo permanente, especialmente los fundamentales de igualdad y libertad, te doy  algunos sinónimos como: sometimiento, yugo, sujeción, dominio, opresión y abuso. Y es esta la condición actual del mundo, leamos:
1 Juan 5:19 
Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.

Estos breves conceptos nos dan un contraste, una idea entre la libertad y la esclavitud.
Ahora, ¿Cuál es tu condición? ¿Qué deberíamos elegir?

Al recorrer las Escrituras por el Antiguo Testamento encontramos al pueblo de Dios esclavo primeramente por Egipto, luego llevados cautivos por Babilonia a causa de su rebeldía, pero Dios en su misericordia siempre mandó a un siervo para ayudarles a ser libres de la esclavitud física, pero a pesar de tener su libertad aún continuaban oprimidos por el yugo del pecado y con su corazón aún inclinado a la rebeldía, y a la idolatría.

El Señor conocía de la esclavitud política a la que por siglos habían estado sometidos los judíos, y el yugo de la ley moral que los religiosos fariseos en el Nuevo testamento les habían impuesto.

Estos judíos necesitaban un Salvador, para ayudarles a través del perdón, a ser realmente libres de sus pecados.
Un Salvador para redimirlos, para justificarlos y reconciliarlos con Dios.

Para esto llegó Jesús, para convencerlos con sus enseñanzas que eran esclavos.
Su mayor anhelo fue hacerles libres de toda clase esclavitud a una libertad duradera.

Jesús en uno de sus sermones enseñó a los nuevos creyentes, sobre esta libertad, ellos lo estaban siguiendo, pero aún no habían abandonado su religión, aún llevaban el yugo de la ley moral y eran esclavos de sus pecados.

Amadas el pecado es a la verdad,  el peor de todos los amos. Encadena al hombre con vínculos más fuertes que las cadenas de hierro con las que un criminal podría estar aprisionado en su celda. 
Su servidumbre es mucho más devastadora que la que puedan imponer los poderes políticos, porque finalmente lleva a la muerte y a la condenación eterna.

En este sermón Jesús los llevo a prestar su atención a la verdadera libertad y que deberían aceptar, para así abandonar esa condición natural de esclavitud.
Juan 8:31-32 
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Jesús aquí les dice que es necesario que crean en él, que obedezcan sus enseñanzas, como requisitos para ser un verdadero discípulo, además deberían abandonar la ley moral e ir a la verdad.

Ya que la ley sólo puede mostrarnos nuestra triste condición de esclavitud al pecado, pero no nos puede liberar de ella, por lo tanto, Jesús se estaba refiriendo a otra cosa cuando dijo que "la verdad os hará libres". 
Esa "verdad" no se refería a la ley que ya conocían, sino que sería algo que llegarían a conocer, por eso les dijo conoceréis la verdad.

El Señor estaba apuntando a "la verdad" que él mismo estaba revelando en su propia persona. Más adelante él en Juan 14:6 afirmó de sí mismo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida" 

Con toda claridad Jesús les dio a entender que no eran libres, algo que les irritó. Ellos se jactaban de ser hijos de Abraham por medio de Sara, la libre, y no de Agar, la esclava.

Entonces estos discípulo profundamente ofendidos exclamaron: "Linaje de Abraham somos". Ellos aún no habían entendido que el hecho de ser descendientes físicos de Abraham no les hacía auténticos creyentes.
Es igual que los hijos de padres creyentes no llegan a ser cristianos de forma automática.

Estos nuevos creyentes se sentían orgullosos de ser descendientes de Abraham, y creían que estaban a salvo por esa razón. 

Pero cometían una grave equivocación, porque confiados en su herencia religiosa se negaban a reconocer su pecado y la necesidad de un Salvador. Así nunca llegarían a ser discípulos auténticos del Señor, porque la herencia religiosa nunca imparte la verdadera libertad, sino sólo el conocimiento de "la verdad".

Ahora quiero dar pase a nuestra amada hermana Amayra para que continúe con el mensaje y nos de su mirada sobre la libertad en Cristo, escuchemos:

Hola queridas hermanas y estimadas oyentes. La paz y la gracia nos guíen a la libertad. 
Sí, porque la escritura nos dice en:
Juan 8:34. 
Todo el que comete pecado es esclavo.

Esta declaración de Jesús nos lleva a reflexionar, sobre la gravedad del pecado, te ruego que prestemos atención a esta advertencia directa de Cristo, y que seamos oyentes para entender, y aplicar a nuestra vida este precioso  regalo de la verdadera libertad.
Leamos la palabra de Dios en 
Juan 8:36. 
Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Querida oyente: ¿reconoces que eres esclava del pecado y no te puedes liberar de ésas cadenas? 
No hay ley en éste mundo caído que nos ayude a ser verdaderamente libres. 
Dios envío a un Legislador que dicta leyes para nuestro bien. 
Si reconoces que estás enferma irás al médico, si reconoces que eres mujer pecadora, entonces estarás aceptando que necesitas urgente a un Salvador para ser libre. 
Escribo como embajadora de Cristo para que nos reconciliemos con Dios.
La condición es reconocer o aceptar que estamos mal para liberarnos 
Leamos la Biblia en 
Lucas 5:32 . No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.

Aquí está la clave para nuestro rescate mientras no reconozcas tu condición de esclava al pecado nunca serás libre, si te crees bueno delante de Dios entonces estás aplicando tú propia justicia, nunca serás libre de tu condición pecadora. 
El pecador se arrepiente y entonces el llamado de Jesús es eficaz para su libertad espiritual.
Es bueno aclarar que Jesús no  habla de libertad política o libertad para aliviarnos físicamente, porque la verdadera libertad es para poder obedecer y servir a Dios. 
No somos libres del cansancio físico en éste mundo o de aflicciones pasajeras, pero él es nuestro alivio, nuestra fuerza en tiempos difíciles.
Entonces querida oyente: ¿reconoces que Jesús, es el único, que puede darnos un corazón regenerado? 
Es decir ¿un nuevo nacimiento espiritual? 
Es decir solamente es obra del Espíritu santo. 
Es nuestra oración que el Espíritu de Dios nos dé convicción  de pecado, de justicia en Cristo y de juicio entendiendo que el enemigo de nuestras almas ha sido juzgado y avergonzado por medio de nuestro Jesús en la cruz y gracias a él tenemos esperanza para libertad verdadera.
En Gálatas 4:4 . Vemos que Dios cumple sus promesas dice: Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo Dios envío a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley. 

Nuestro Cristo sin pecado nació bajo la ley, una prueba de amor es uno que se identifica con los pecadores que estábamos bajo la maldición de la ley. 
Su muerte nos libertó de ésa maldición, su obediencia perfecta es el fundamento principal para darnos libertad.

Qué alto precio pagó Dios Padre por nuestra libertad en la sangre de su Hijo dando su vida en rescate por muchos. Dios quiera que seamos ésos muchos para su gloria. Dios pagó así mismo nuestro rescate.

En Gálatas 5:1 dice:
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estés sujeto otra vez al yugo de la esclavitud.

Atentas aquí hermanas: la escritura nos advierte el peligro de volver al yugo de la esclavitud, como gentiles debemos tener en claro que la ley no es el medio para salvación y justificación, si fuiste liberada en Cristo no necesitas aceptar la circuncisión dada a los judíos. Nuestra necesidad diaria será depositar nuestra confianza en Jesús nada más.

Sigamos afirmando nuestra libertad en la palabra de Dios, veamos ahora lo que nos dice la preciosa carta en:
1 Pedro 2:16. 
Cómo libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino siervos de Dios. 

Aquí está un ejemplo claro, ser sumisa no quiere decir negar nuestra libertad cristiana, sino más bien es una actitud de las hijas de Dios verdaderamente libres. Soy libre, no es una licencia para pecar. Recordemos que el que vive practicando el pecado esclavo es del pecado.
Esto está escrito para que no pequemos nos dice en 1Juan 2:1.
si hemos sido libres de la esclavitud del pecado cuando pecamos nos trae aflicciones y consecuencias, pero gracias a Cristo Jesús nos perdona, si confesamos nuestros esclavizantes pecados. 
Mientras estemos en éste mundo lucharemos con la ayuda de Dios, entre nuestros deseos esclavizantes y la libertad en Cristo. 
Ánimo porque tenemos un gran sumo Sacerdote y Abogado que ha pagado el precio en su cuerpo para aferrarnos a su gracia y a su grande misericordia, para guardarnos hasta el final. 

Bendiciones hermanas, Dios con nosotras! Amen.

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