Cuidando nuestra viña (parte 7)
Canal de YouTube 👇
Cuidando nuestra viña (parte 7)Proverbios 8:13
El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco.
El pecado de orgullo es el más antiguo por no decir el primero y nuestro Señor lo aborrece.
Las personas orgullosas no se preocupan por las consecuencias de sus pecados, están ciegas y no ven la condición real de su corazón.
Además por otro lado la palabra de Dios es muy clara en cuanto a la envidia: ya que es una obra de la carne, un pecado muy escondido en el corazón e increíblemente peligroso y destructivo, es por eso que debemos cazarlo inmediatamente para que no dañe nuestra viña y todas las relaciones.
Gálatas 5:26
No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
Superar estos pecados requiere de un cambio de corazón y la determinación de rendir nuestros deseos a la voluntad de Dios. Debemos reconocer que son pecados que nos pueden alejar del plan de Dios para nuestra vida.
Los pecados de orgullo y de envidia van de la mano y de ello nos hablará más, nuestra amada hermana Evelin, adelante amada:
Amadas seguimos con la serie cuidando nuestra viña de las pequeñas zorras y en este caso son: la envidia y el orgullo.
Antes de ir de lleno al desarrollo de estos pecados quiero que veamos que significa la envidia:
Es aquello que se siembra en el corazón por falta de logros personales.
Es mil veces más terrible que el hambre.
Y orgullo significa: Exceso de estimación hacia uno mismo y hacia los propios méritos por los cuales la persona se cree superior a los demás.
Vemos entonces que hay un contraste entre la envidia y el orgullo.
El envidioso se siente un perdedor al compararse con otros.
En cambio la persona orgullosa se siente superior a los demás.
Pablo nos deja una cita dónde nos da una pauta al respecto, leamos:
Gálatas 6:4 PDT
Cada uno debe evaluar sus propios actos y estar satisfecho de sus logros sin compararse con los demás.
Amadas estas son pequeñas Zorras que también destruyen nuestra viña y como mujeres de Dios debemos tener cuidado al compararnos con otras mujeres, asi sea en la vestimenta en dones o incluso en su vida sentimental.
Las sagradas Escrituras nos da varios ejemplos de envidia y orgullo, también vemos que estos malos deseos empezó en el cielo, el ángel más hermoso que Dios creo, se reveló contra el, quiero que vayamos al libro de Isaías y veamos lo que pasó.
Isaías 14:12-14
¡Cómo caíste del cielo, lucero de la mañana! ¡Cómo caíste por tierra, tú que derrotabas a las naciones! Tú, que en tu corazón decías: “Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios, y allí pondré mi trono. En el monte del concilio me sentaré, en lo más remoto del norte; subiré hasta las altas nubes, y seré semejante al Altísimo.
Notemos que la envidia, el orgullo y la arrogancia viene del padre de mentira, ¡viene de Satanás!
Esté pecó cuando la envidia y el orgullo se apoderaron de él y fue echado del cielo.
El ya no era perfecto y en dónde está lo perfecto no puede morar imperfección; no hay comunión entre la luz y las tinieblas.
Quiero recordarte que nosotras ya no pertenecemos a su familia, si no a la familia de Dios.
Recorriendo las Escrituras en el libro de Génesis nos relata un caso claro sobre la envidia, veamos La historia de José.
Génesis 37: 1-5 LBLA
Y Jacob habitó en la tierra donde había peregrinado su padre, en la tierra de Canaán. Esta es la historia de las generaciones de Jacob: José, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos; el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre. Y José trajo a su padre malos informes sobre ellos. Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores. Y vieron sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos; por eso lo odiaban y no podían hablarle amistosamente. Y José tuvo un sueño y cuando lo contó a sus hermanos, ellos lo odiaron aún más.
Los hermanos de José le tenían envidia por el favoritismo de su padre hacia él. Conspiraban para matarlo, pero en cambio lo venden como esclavo.
La historia de José nos muestra que la envidia puede ser destructiva no solo para quien la alberga sino también para quienes lo rodean. La envidia de los hermanos de José los lleva a cometer un pecado terrible y les provoca años de culpa y vergüenza. La historia de José también nos muestra que Dios puede usar incluso las circunstancias más difíciles para el bien, y debemos confiar en Él incluso cuando no entendemos Su plan.
En los tiempos de Jesús nos dice la biblia que hubo otro caso de envidia.
En el libro de Juan 21, relata: que Jesús después de Resucitar fue a cumplir su promesa de ir a verlos a Galilea y ellos estaban haciendo lo que acostumbraban hacer antes de conocer a Jesús, nuestro Señor, primero habló con Pedro para restaurarle y darle una misión: "el de cuidar a su rebaño", pero algo sucedió en el corazon de Pedro, esa pequeña zorra de la envidia aún no era cazada.
El discípulo amado de Jesús lo estaba siguiendo a él y a Pedro. Ese discípulo era el mismo que había estado cerca de Jesús en la cena de la Pascua, antes de que Jesús fuera clavado en la cruz, y era también el que le había preguntado a Jesús quién lo iba a traicionar.
Pedro al verlo se detuvo y le hizo una pregunta a Jesús:
Juan 21:21
Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de este?
Oh amadas ¿Cuántas veces pasa ese pensamiento de envidia en nuestro corazón como una saeta, aún siendo cristianas?
¡Hermanas, Pedro había tenido hace poco una charla con Jesús!
Vemos aquí que aún las personas más consagradas puede caer en este pecado.
Pero hay una buena noticia, Jesús conoce nuestra debilidad, sabe que nuestra transformación es progresiva y con Su palabra nos exhorta y aconseja, como lo hizo con Pedro:
Juan 21:22
Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿Qué a ti? Sígueme tú.
Muchas veces somos propensas a este pecado, pero Jesús ahora nos detiene y nos dice: !Alto!
¡A ti que! si aún no tienes lo que deseas, no pierdas el tiempo en anhelar lo que él ya te tiene preparado, tu solo síguelo.
Saben hermanas también en los tiempos de Jesús los fariseos lo envidiaban y este es un tema recurrente en los Evangelios. Los fariseos eran los líderes religiosos de la época y envidiaron la popularidad y las enseñanzas de Jesús. Vieron a Jesús como una amenaza a su autoridad y trataron de desacreditarlo.
Amadas Examinémonos y hagamos está pregunta:
Caminemos en este mundo siendo Guiadas por el consejo de Dios y no dejemos que esas pequeñas Zorras interfieran en nuestra comunión con Dios y con los demás.
Hermanas entonces no envidiemos en nuestro corazón, ni nos llenemos de orgullo porque sólo provoca peleas y muchas veces división en las iglesias, seamos humildes de corazon Veamos en:
Proverbios 13:10
Ciertamente la soberbia concebirá contienda; Mas con los avisados está la sabiduría.
Pidámosle a Dios que nos ayude a seguir sus pisadas y ver los buenos ejemplos que encontramos en su palabra.
Dios continua trabajando en nuestro carácter y moldeándonos
día a día y eso será como referente para que Dios pueda usarlo para que nuestros familiares vengan a Cristo
!Dios hará la obra!
LA ENVIDIA ES UN PECADO QUE ARRUINA NUESTRA VIÑA, DIVIDE LA IGLESIA Y ES EL RESULTADO DE UN CORAZÓN ORGULLOSO.
Amadas jamás olvidemos lo siguiente que Dios esta con nosotras.
Comentarios
Publicar un comentario