Cuidando nuestra viña (parte 6)
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Cuidando nuestra viña (parte 6)1 Tesalonicenses 3:12
Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros.
Continuando con la serie, hoy hablaré sobre las relaciones personales,.
Ahora como venimos viendo a lo largo de la serie que las pequeñas zorras, que por su tamaño, parecen inofensivas, sin embargo pueden ser devastadoras para nuestra viña y en este caso en las relaciones personales.
Recordarles también que estás zorras pequeñas son aquellos pecados invisibles que sutilmente, fácil y sin ruido destruyen las relaciones.
Hermanas sepamos esto, muchas veces no son únicamente los ataques grandes los que destruyen las relaciones. "Los pecados pequeños engendran a los más grandes"
Por eso debemos de cazarlas a tiempo y estar en guardia para reaccionar a cualquier ataque.
¿Recuerdas lo que nos enseñó nuestra hermana Gisela en la parte 4 sobre Caín; que fue advertido de su pecado para que esté en guardia pero el desoyó la advertencia de Dios?
Amadas, Caín tuvo la oportunidad de cazar la zorrita a tiempo, Dios le habló personalmente.
Caín se resistió, si hubiera hecho caso a la advertencia de Dios no se hubiera convertido en asesino.
Hermanas, el tema de las relaciones personales surge desde el principio en la Biblia y está clarísimo que Dios le da mucha importancia a estas.
Caín y Abel tenían una responsabilidad del uno para con el otro, por ello Dios le hace una pregunta a Caín cuando el asesinó a su hermano.
Génesis 4:9
Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?
Ahora, guarda quiere decir:
Resguardar, proteger, atender, considerar; lo que Caín no hizo.
La respuesta de Caín fue la indiferencia y el acto de asesinato tendría castigo y Dios emitió juicio.
¡Dios tomó el asunto en sus manos!
Hermanas, Dios le quitó el hábito de cultivar las tierras y lo sentenció a una vida de fugitivo y vagabundo.
Desde ya les digo que no debemos descuidar nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos y hermanas tanto de sangre como en Cristo.
No puede haber desarmonía en las relaciones personales por que se construye una muralla para la adoración y la comunión entre Dios y su pueblo.
Salmo 133:1
Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía
Dios está profundamente interesado en la calidad de las relaciones y esto se logra con el verdadero amor, ese amor del cuál habló también el Señor Jesucristo cuando dijo en
Juan 13:34
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
Amor es más que cortesía, amistad o afabilidad, amor es sacrificio, abnegación; darse uno mismo como Jesús lo hizo en la cruz.
Ahora, ¿Cuántas estamos dispuestas a amar a otros como el Señor nos ama a nosotras?
Y como ya hemos aprendido que la falta de amor es peligroso y puede enfermar el cuerpo de Cristo, Pablo ruega públicamente a dos hermanas de la iglesia en Filipo a reparar su relación.
Filipenses 4:2
Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor.
Pablo menciona en su epístola a estas dos mujeres, pero tristemente no lo hace alabándolas por su buen ejemplo, sino todo lo contrario.
Ahora ¿Quiénes eran ellas?
Eran dos mujeres que habían combatido en el evangelio juntamente con Pablo, Clemente y otros colaboradores de él.
No se dice el problema que tuvieron entre ellas, pero tuvo que ser lo suficientemente grave como para que Pablo mismo las mencionara públicamente en su carta.
Tuvo que haber tal desacuerdo, que ya era público, todos lo sabían, e incluso podría haber estado causando divisiones en la misma iglesia.
Especulamos al decir que quizás eran temas doctrinales o contiendas entre ellas. No lo podemos confirmar, pero sabemos que el enemigo de nuestras almas no descansa y usará cualquier motivo para sembrar discordia y división en la iglesia.
Es triste ver a dos mujeres cristianas, maduras y activas en la obra del Señor, que están enemistadas entre sí.
Pablo las exhorta y les da un mandato:
!Que sean de un mismo sentir!
¿Qué quiere decir eso?
Significa pensar objetivamente, o pensar con el mismo punto de vista.
Es decir tener la mente y el carácter de Cristo.
Pablo en Filipense 2:5-8 ya les había mencionado el sentir que ellas deberían sentir, leamos:
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo tanto, el apóstol Pablo exhorta a Evodia y a Síntique a que levanten la mirada y vean el sentir que tuvo Cristo cuando se humilló por nosotros, y que tengan ese mismo sentir, vestidas de humildad, considerándose una a la otra como superiores a si mismas:
Filipenses 2:2-3
Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.
Amadas continuando con el desenlace de la historia, Pablo después de enseñarles el verdadero sentir, él sabiamente busca un pacificador, porque deseaba que se arreglara ese desacuerdo.
Filipenses 4:3
Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a estas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
Cómo vemos Pablo se preocupa por la unidad de la iglesia y busca que estas hermanas se reconcilien.
Ahora, el verbo “combatir”, significa:
Pelear con las armas en la mano contra un enemigo.
Vemos entonces que estas mujeres estaban cooperando en armonía, codo a codo con Pablo.
Ellas habían sufrido y trabajado arduamente en la obra de Dios en Filipos, para lograr la extensión del evangelio junto con Pablo.
Por otro lado tampoco sabemos quién era ese compañero fiel del cual hablaba Pablo, pero sea quien fuere, tenía la labor de ayudar a estas dos mujeres a tener un mismo sentir y ayudar a hacer las paces.
Amadas, ser mediadora de conflictos no es tarea fácil, y muchas veces no se consigue el objetivo buscado que es la paz y la reconciliación entre las dos partes enemistadas.
En estos conflictos se espera que los personas en desacuerdo puedan ceder.
¡Hermanas que bueno poder ser mediadoras y pacificadoras!
Pero ¿Cuántas como ellas no resolvemos situaciones sabiamente y permitimos que una zorrita se infiltre y estropee nuestra viña?
Hermanas para finalizar digo entonces que, ninguna de nosotras como cristianas tenemos libertad para destruir el compañerismo, eso es algo grave entre nosotras.
Pueden surgir diferencias de opinión pero no debemos permitir que esta se convierta en amargura y hostilidad que luego estropea la relación.
Amemos de verdad y colaboremos en la unidad de la iglesia:
1 Juan 3:18
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Amén, que importante poder tener relaciones sanas, donde cada una de nosotras mostremos el carácter de Jesús.
Cuesta, pero si nos determinamos a atrapar las pequeñas zorras, nuestro viñedo crecerá fuerte y dará fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno, ¿Lo crees?
CON AMARGURA, CONTIENDAS Y PELEAS LOGRAMOS ROPTURA DE RELACIONES PERO, CON AMOR Y AFECTO FRATERNAL LOGRAMOS UNIDAD.
¡Dios con nosotras!
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