Cuidando nuestra viña (parte 3)
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Cuidando nuestra viña (parte 3)
Filipenses 1:6
Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.
Si bien es cierto, hay un mandato a ser perfectas como nuestro Padre es perfecto, pero llevarlo al extremo es dañino para nuestra vida, por lo tanto, ser perfecto en este sentido no es como las perfeccionistas lo imaginan a menudo. Más bien, es que Jesús hará la obra de perfección en nuestro carácter,
El llamado como mujer vemos también a esta pequeña zorra rondando la viña.
De este pecado nos hablará hoy una mujer de Dios, adelante hermana:
Bueno amadas me presento:
Mi nombre es Evelyn Diaz y me siento muy feliz de ser parte de esta Maravillosa Misión, y sin más preámbulos continuamos con la serie "Cuidando nuestra viña" de la cual mencionó nuestra hermana en la primera parte, acerca de estos pecados que no los vemos pero que hacen mucho daño, a mi me tocó hablar acerca del Perfeccionismo
¿Qué es el perfeccionismo?
Es el trastorno de personalidad obsesivo, compulsivo se caracteriza por una preocupación generalizada por el orden, el perfeccionismo y el control que en última instancia enlentece o interfiere sobre la realización de una tarea.
Los perfeccionistas se pueden atorar en los detalles, perdiendo el tiempo en busca de la ansiada perfección, repitiendo las tareas que no les han quedado como ellos esperaban de una manera compulsiva.
Leamos:
Lucas 10:38-42 NVI
Relata una visita de Jesús a sus amigos en Betania, entre ellas Marta y María.
Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y dijo: Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude! Marta, Marta contestó el Señor, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor y nadie se la quitará.
¿Cuántas de nosotras nos identificamos con Marta?
Atender la casa, atender a los hijos, a nuestros esposos, en fin, las
responsabilidades de nuestro hogar nos lleva muchas veces a estar sumergidas en nuestros quehaceres,
Sin considerar que hay un tiempo para todo, que Dios nos dio 24 horas y en su palabra nos dice que administremos bien nuestro tiempo.
Eclesiastés 3:1 NVI
Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo.
Nosotras debemos considerar lo que Dios nos habla a través de su palabra ya que son sabias palabras inspiradas por él para nuestro bien diario.
Admito y creo que todas nos identificamos muchas veces con Marta.
El tiempo es uno de los factores más importantes en nuestras vidas.
Pero la palabra de Dios dice que no debemos afanarnos.
¿Qué es el afán según la Biblia? En
Mateo 6:25 dice:
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir.
La palabra "afanéis" viene de la palabra griega merinnao, de merizo, que significa: dividir en partes. Esta palabra connota distracción, una preocupación por cosas que producen ansiedad, tensión y presión. Esta palabra bien describe a una persona que tiene la mente dividida.
Dios demanda de su iglesia una entrega de corazón a Él, incluso en la manera en que administramos el tiempo.
De nada sirve invertir nuestro tiempo en satisfacer las necesidades diarias a costa de posponer o renunciar al propósito de vida de todo creyente. Este propósito es mostrar por medios de acciones la justicia del Reino de Dios, en:
Mateo 5:13-16 dice:
Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.
En 1 Corintios 10:31
Somos llamadas a hacer todo para la gloria de nuestro Salvador
Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, a hacedlo todo para la gloria de Dios.
Él demanda de su iglesia una entrega de corazón a Él, incluso en la manera en que administramos el tiempo. Para que no nos desenfoquemos al preocuparnos de nuestras necesidades.
En mateo 6:25-34
Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida y el cuerpo más que la ropa?, Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan, ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. No valen ustedes mucho más que ellas?, ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?, ¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? Así que no se preocupen diciendo: ¿Qué comeremos?, o ¿Qué beberemos? o ¿Con qué nos vestiremos?. Los paganos andan tras todas estas cosas, pero su Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, entonces todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se preocupen por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.
Él ha prometido suplir para ellas en su gracia
¿Qué nos enseña la historia de Marta y María?
El relato de Marta y María nos enseña que hay más de una manera de servir al Salvador en nuestra propia vida.
Y debemos ser diligentes como María que eligió La mejor parte que es la que esta a los pies del maestro, dejando toda preocupación y ansiedad a sus pies para poder así trabajar en su obra Qué es la de predicar la buena noticia De Salvación.
El perfeccionismo es la evidencia de orgullo, te quita la paz, haciéndote esclava de tus propios deseos y la opinión de los demás.
Amadas, meditemos en esto juntas Y no olvidemos lo que nuestra hermana Rina, nos recuerda siempre al final de cada enseñanza...
¡Dios con nosotras!
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