UN TOQUE DE SANIDAD
Canal de YouTube 👇
UN TOQUE DE SANIDADMas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esa es Sion, de la que nadie se acuerda.
Antes de ser sanadas de nuestras heridas causadas por nuestra rebeldía y pecado, dónde estábamos sumergidas. Éramos despreciadas y hasta muchas veces abandonadas viviendo en las tinieblas, en la ceguera espiritual, pero Dios se acordó de nosotras y nos llevó hacia él, para estar en su Luz y sanarnos de toda herida, devolviendonos la vista.
¡Él nos tuvo compasión!
Hoy veremos la historia de un ciego que fue sanado por Jesús, fue un hombre en la misma condición espiritual que estabamos tú y yo, pero etiquetado por su condición física.
La ciudad de Felipe, Andrés y Pedro, al noreste del mar de Galilea es el escenario en esta ocasión, de un nuevo milagro de Jesús.
Betsaida una ciudad llamada también aldea, tuvo el privilegio de ver muchas obras de parte del Señor Jesús.
En sus alrededores él alimentó a más de cuatro mil personas y se presentó como el pan que descendió del cielo.
Betsaida a la vez fue una ciudad cuyos habitantes no quisieron creer en él, teniendo ojos pero no querían ver.
La sanidad de este hombre ciego, es otro de los milagros notables de nuestro Señor.
Vamos a la historia:
Marcos 8:22
Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase.
Si nos damos cuenta el ciego no vino por sí mismo a Jesús.
Este fue traído hacia él.
Tal vez este hombre había escuchado de Jesús, de sus obras, pero no vino por sí mismo, no clamó directamente como otro ciego en una ocasión hizo.
No dijo nada, ni dio a notar sentimiento alguno de confianza y esperanza en Jesús, simplemente fue traído.
Al parecer no entendía lo que pasaba por estar ciego y menos que el Dios Altísimo estaba frente a él para darle sanidad con un toque.
Ahora ¿Tu que ahora ves reconoces el privilegio de estar delante del Señor y experimentar su presencia santa, cuando lees las sagradas Escrituras?
Gracias a Dios, él puso en la vida de este ciego, personas que le trajeran de la mano, que le ayudaran en el camino para venir a Jesús.
Juan 6:44
Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
El ciego se dejó guiar por los que los llevaron a Jesús, no se opuso, aceptó ser llevado, no gritó ni expresó deseo que lo llevaran, pero tampoco se resistió.
Hago un paréntesis para preguntarte:
¿Tú viniste sola a Jesús, o Dios usó alguien que te guiara y te trajera a sus pies?
Creo que la mayoría hemos tenido que ser traídas de la mano, en medio de nuestra ceguera espiritual, sin darnos cuenta ni la claridad a dónde estábamos siendo acercadas.
Alguien se tomó el tiempo para llevarnos a Jesús, atraídas con sus cuerdas de amor.
Gracias a Dios por las personas que nos llevaron a Jesús para ser sanadas, restauradas, perdonadas y tener Redención para nuestra alma.
Todo es pura gracia inmerecida.
Este ciego tampoco clamó por si mismo no pidió nada, aunque quizás haya habido un deseo en su corazón.
Pero Dios puso unos para que intercedan por el.
Estas personas rogaron a Jesús que tocase al ciego, ellos sabían lo que un toque del Señor podía hacer.
Su intercesión fue muy sencilla.
¿Tu, intercedes por tus amigos o familiares?
En su relato Marcos, escribe que el Señor atendió el requerimiento de los intercesores tal como ellos pidieron, e hizo mucha más de lo que ellos se imaginaron que Jesús haría. Esto es maravilloso, veamos:
Marcos 8:23
Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo.
Jesús después de tocarle además lo tomó de la mano y lo sacó de la aldea. Porque lo que menos Jesús quería es ser famoso por sus milagros.
Ahora es él quién guía a este ciego.
¡Oh qué maravilloso poder sentir su mano y experimentar su tierno amor y misericordia!
Tal vez este hombre estaba acostumbrado a ser llevado de un lado a otro por otras personas, pero ahora, era Jesús el que lo guiaba en su camino.
¡Y quién mejor que él para guiar nuestro vida!
Recuerdo ahora un versículo que se refiere a esto:
Salmos 32:8
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.
Amadas lo maravilloso es, que Jesús no lo dejó sólo ningún momento.
¿Te has puesto ha pensar si Jesús camina contigo, qué crees que pasará?,
¿No te dará fe para creer, no te hará entender lo que necesitas comprender, no te mostrará tu condición y tu necesidad de él, no te hará confiar en él, no hará arder tu corazón como lo hizo con aquellos que fueron tristes luego de su muerte y no se apercibían que había resucitado?
Lucas 24:32
Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?
Si Jesús camina contigo, puedes tener certeza que ya no estarás sola, él te ha dado la fe personal para que le sigas y le ames de todo corazón.
Otro detalle que observamos que él escupió a los ojos del ciego, no es que la saliva tenga algún valor medecinal, pero el Señor la usó para aumentar la fe de este hombre.
Jesús usó varios métodos para abrir los ojos de los ciegos:
Cuando Jesús sanó al ciego Bartimeo, no le tocó en absoluto sino, simplemente le habló desde cierta distancia y la fe sola abrió sus ojos.
Pero al ciego de nacimiento, según el Evangelio de Juan 9, le dijo que fuese a lavarse al estanque de Siloé
Marcos es el único que cuenta sobre este milagro y es además también la única vez que Jesús, sanó a alguien en varias etapas.
Recordemos que antes de este hecho, Jesús les había hablado a sus discípulos de la ceguera espiritual
Marcos 8:18
¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?
También se había quejado de la incredulidad de Betsaida, el lugar donde ocurrió este milagro
Mateo 11:21
¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza.
Amadas sepamos esto: aún caminado con Jesús, estando cerca de él, hay en nosotras aún incredulidad y necesitamos otro toque de Jesús para ver mejor la maravillosa vida que él nos ofrece.
Jesús conoce la condición de este hombre por eso él, quiere serciorarse y le pregunta si puede ver, miremos lo que el ciego contesta:
Marcos 8:24
Él, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan.
Este hombre no veía bien, y Jesús tocó nuevamente sus ojos. No le reprendio diciéndole, que por su incredulidad no recibió el milagro.
Simplemente tocó nuevamente sus ojos.
No fue usual que el Señor sanara en dos etapas, pero en todo lo que Dios hace manifiesta su gloria, él hace como quiere.
Jesús desea que nuestra fe vaya en aumento hasta llegar a la plenitud total.
Su paciencia y compasión hacia este hombre, le hace actuar en amor:
Marcos 8:25
Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos.
Solo otro toque era necesario para ver definitivamente, aunque la obra que Dios empieza es progresiva él tiene el poder para terminarla.
Entonces el ciego ahora ya no ve a medias, sino que pudo distinguir los que estaban cerca y los que estaban lejos.
Su visión fue totalmente restablecida.
También observamos que después de cada sanidad que Jesús realizaba el daba una orden, miremos lo que le dijo a este hombre:
Marcos 8:26
Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.
Ven amadas el fue comisionado para ir a casa
Jesús le da instrucciones al que hubo estado ciego, y lo envía a casa.
Le da una gran misión, debe ir a casa. No debe entrar a la aldea ni hablar con nadie, debe ir a casa. Esto nos recuerda la comisión dada al endemoniado gadareno.
Marcos 5:19.
Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.
El hombre sano tenía que empezar por su casa, su testimonio seria importante para que el pueda ahora llevar a su familia a Jesús.
No todos van a creer y se van a convertir a Cristo, pero sí serán testigos de la obra del Señor y no tendrán excusa.
Amiga tú que me escuchas ¿Quieres sentir el toque de Jesús en tu corazón al igual que este ex ciego y ser restaurada totalmente?
Yo te invito ir a él, quizás no te lleve de la mano pero si te animo, él te espera para darte un toque de sanidad, pide al Señor que abra tus ojos para que veas con claridad, te haga entender su palabra, ver tu condición, y verlo a él restaurándote.
Hermanas termino diciendo que, quizás estes como este hombre mirando a medias, hoy Dios quiere tocarte denuevo y que Su palabra te haga conciente que estas frente a el Altisimo Señor para guiarte y que necesitas ver con claridad en muchas áreas de tu vida.
Si ya el Señor te ha permitido esa claridad, entonces cumple tu misión tal como a este ciego que fue restaurado totalmente.
Ve a casa y cumple tu ministerio y predica la palabra de Dios.
¡Amén!
JESÚS TIENE EL PODER PARA RESTAURAR NUESTRA VISIÓN TOTALMENTE, SOLO CON OTRO TOQUE DE SANIDAD.
¡Dios con nosotras!
Comentarios
Publicar un comentario