LA COMPASIÓN DEL SEÑOR
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LA COMPASIÓN DEL SEÑOR Cuando el rey David escribió el salmo 51, estaba en un momento de quebranto, el buscó el rostro de Dios exclamando una oración de arrepentimiento donde reconoció su grave transgresión, no se sentía digno delante de Dios y tenía una necesidad urgente de ser perdonado, esta oración quedó registrada en las Escrituras.
¿Cuántas veces hemos llegado a este punto dónde se encontraba David?
¿Y al darte cuenta de tu pecado, fuiste a los pies de Jesús y te arrepentiste?
Hoy veremos en una historia una súplica, una exclamación de sanidad fisica e interior, de un hombre con el cuerpo casi muerto y necesitado de libertad de la esclavitud del pecado.
Hablaremos del encuentro de Jesús con un pobre leproso.
Sepamos que a veces Dios manda enfermedades como consecuencia del pecado, como una prueba o quizas disciplina, esto para conocer más su poder o crecer en fe, asegúrate que sea una prueba y no una consecuencia.
Amadas la lepra era una enfermedad que en los tiempos bíblicos, era sinónimo de pecado, era una enfermedad incurable y muy contagiosa.
La lepra se veía principalmente como causa de impureza, más que como enfermedad.
La persona que llegaba a tenerla quedaba terriblemente marcada y estaban obligados a vivir al margen del pueblo de Dios y excluido de la vida religiosa de Israel, existía una ley sobre esto:
Levítico 13:45-46
Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo! Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada.
Ahora vamos a nuestra historia.
El evangelista Marcos relata en el primer capítulo de su libro varias sanidades.
Las invito a que repasemos un poquito del contexto antes de el encuentro entre Jesús y el leproso.
Cuando Juan el primo de Jesús preparaba el camino del Señor, el se presentó ante él y fue bautizado por Juan y a la vez reconocido por Su Padre, que era Su Hijo amado en quien estaba complacido, ante todos los que se encontraban en el Rio Jordan.
Inmediatamente fue llevado Jesús por el enemigo a el desierto, para ser tentado, pero con el cuidado y la fortaleza de Su Padre salió victorioso.
Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás, y estaba con las fieras; y los ángeles le servían.
Jesús en el desierto fue lleno del Espíritu Santo de Dios, enseñándonos que no solo de pan vive el hombre sino, de toda palabra que sale de la boca de Dios y así se fortaleció para dar inicio a su ministerio público y para dar cumplimiento, la obra que su Padre le pidió hacer.
Jesús no quiso empezar su ministerio solo y por ello llamó a unos pescadores, sin bulgo, sin letra para hacerles pescador de hombres, estos lo siguieron rápidamente.
Entrando Jesús a Capernaum enseñaba con autoridad en las sinagogas delante de los escribas, sanando a endemoniados y su fama se extendió:
Marcos 1:28
Al parecer muy pronto se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.
Estando allí también sanó a la suegra de Pedro y obtuvo más seguidores por ver las señales y sanidades al ponerse el sol.
Ahora vemos a Jesús que en su recorrido en Galilea de pronto llegó un momento en que un pobre leproso se acercó a él, a pesar que estaba desobedeciendo la Ley, no le importó y va hacia Él va hacia su preciada sanidad.
Al parecer su actitud indicaba que había oído o visto bastante del poder de Jesús y así despertó en leproso una fe viva y sin temor va a Jesús:
Marcos 1:40
Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.
Vemos a Jesús que contrariamente a lo que habría hecho cualquier rabino de su tiempo, no se alejó de él, sino que permitió este acercamiento.
El hombre enfermo se presentó con humildad, y reverencia.
Y como siempre digo cada persona que van hacia él, al parecer entiende que se encuentran con el mismo Dios Altísimo y se acoge a su gracia y misericordia.
La fe que tenía el leproso tendría una recompensa, el va a experimentar el amor y misericordia que aún no conocía de primera mano.
El leproso al decirle "si quieres" no hemos de entender una falta de fe, sino la evidencia de una actitud de humildad de dependencia de su gracia, él estaba sujeto a Su voluntad, buscaba sanidad.
Jesús se acercó al leproso al punto de tocarle, para sanarle y decirle una maravillosa respuesta, leamos:
Marcos 1:41
Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.
Amadas Jesús tiene compasión de este hombre y conmovido dentro de si extendió su mano y le tocó.
Para Jesús solo una palabra suya habría bastado para consumar el milagro, como en el caso de los diez leprosos, que sanó a la distancia. Pero prefirió tocarlo e inclinándose hacia el leproso.
Que hermosa actitud de Jesús, su humildad y compasión marcaba la diferencia con los rabinos, ellos, por lo general, trataban a los leprosos con bastante menosprecio.
El contacto de la mano del divino Maestro, fue la evidencia concreta de que en Jesús hubo no sólo el poder sino el querer; de que no sólo era Salvador poderoso, sino Amigo amante.
Amadas el milagro no tardó en venir, y con palabras de poder y autoridad, a la vez de amor y compasión, sanó al leproso:
Marcos 1:42
Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquel, y quedó limpio.
Oh amadas siempre me maravillo de las obras portentosas de Jesús, ver la compasión por lo perdidos me recuerda como era mi triste condición.
Amada hago un breve paréntesis para decir que Jesús no solo quiere sanar el cuerpo de enfermedades, sino liberar el alma de toda esclavitud del pecado, dar el perdón y vida abundante para siempre a su lado el quiere salvar.
Más adelante Pablo le diría a Timoteo:
1 Timoteo 1:15
Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
Por otro lado, Jesús insistía mucho a aquellos a los que sanaba para que no lo divulgasen, porque quería evitar que sus obras de misericordia se convirtieran en un espectáculo barato. Él rehusó convertirse en un mero obrador de milagros.
La fama era un obstáculo para realizar el ministerio que realmente tenía importancia.
Jesús vino a cumplir con todo lo que su Padre le mando e incluso a el cumplimiento de la ley, por ello le va a dar una orden a el leproso de ir a cumplir las leyes de purificación:
Marcos 1:43-44
Entonces le encargó rigurosamente, y le despidió luego, y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos.
Jesús lo envío a los sacerdotes para verificar que la curación había sido verdadera y con todo esto el Señor estaba enviando un mensaje claro a los sacerdotes acerca de quién era él.
Amadas me imagino a este hombre nuevo, perdonado y limpio, no obstante con un gran testimonio del poder de Dios.
Jesús había restaurado su cuerpo y por ende su corazon el fue en arrepentimiento y se le otorgó el perdón, dándole acceso al Padre por una puerta que es Jesús.
Y así nuestro Señor hasta el día de hoy sigue mostrando compasión a los necesitados a los que están perdidos y encadenados por enfermedades.
Los que van a él son limpiados y rescatados de su esclavitud.
¡Ven eres limpia!
Créelo, actúa en esto y pon tu fe en Él.
AL SER PERDONADAS POR JESÚS NOS DEMUESTRA SU COMPASIÓN, SU AMOR, SIENDO SU DESEO PROFUNDO DE VIVIR CON ÉL Y PARA ÉL.
¡Dios con nosotras!
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