BIENAVENTURA ENTRE TODAS
BIENAVENTURADA ENTRE TODAS
Salmos 32:1
Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.
La palabra bienvaturada es la persona que goza de la felicidad plena de algún bien concedido por Dios sin merecerlo.
Somos bienaventuradas por el regalo del perdón, de la vida eterna junto a el Señor.
Somos bienaventuradas cuando somos instrumentos en Sus manos del Señor, por gracia y misericordia.
Hoy veremos a una mujer que obtuvo la dicha o fortuna de ser elegida para ser la madre de Jesús, el Hijo de Dios y fue conocida por ser bienaventurada entre todas las mujeres.
El relato de Lucas sobre la anunciación a María nos brinda una ventana a través de la cual vamos apreciar mejor a esta mujer dichosa.
Los cuatro evangelios no hablan mucho de ella solo lo fundamental, los escritores proporcionan apenas destellos de su vida y ministerio debido a que solo se enfocan en el Salvador.
La historia de María nos recuerda que Dios llama a hombres y mujeres comunes y corrientes a participar de maneras extraordinarias para ayudar a edificar Su reino.
No es que Dios nos necesite sino, Él quiere usarnos para revelar Su gloria a través de nosotras.
Empecemos con el relato:
Dios en el momento indicado y según sis planes, envía su mensajero a la casa donde moraba María:
Lucas 1:26-27
Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.
Vemos entonces que la profesia del antiguo testamento empieza a darse cumplimiento:
Jesús el verbo de Dios se haría carne, y vendría a este mundo.
El nacimiento de nuestro Redentor se llevaría a cabo, él salvaría al mundo de sus pecados
El relato de María que se halla en el libro de Lucas inicia con la aparición del ángel Gabriel, el mismo ángel que previamente se había aparecido a Zacarías en el templo, se anuncia a María:
Lucas 1:28
Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.
María recibe el nombre de favorecida, ella es escogida como un vaso de honra, recibe una bendición de parte de Dios entre muchas.
La visita del angel a María
debio haber provocado en ella una reacción con sentimientos encontrados de confusión e incluso temor, miremos:
Lucas 1:29
Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.
Ella estaba sorprendida, quizás no se sentía digna de este nombre.
Solo podemos imaginar los pensamientos que debieron haberle cruzado en la mente en ese momento.
Continuemos:
Lucas 1:30
Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.
¡Que maravilloso y bendito momento!
Solo la gracia de Dios nos lleva a ser parte del servicio a Dios y no por lo que somos, Dios quiso que sea así, Él la eligió.
Me imagino a María con reverencia en su corazón preguntandose entre si:
¿Por qué considera Dios que soy ‘bendita… entre las mujeres’?
¿Por qué he ‘hallado gracia delante de Dios y qué significa eso?
¿Por qué envió Dios a Gabriel a hablarme a mí y no a alguna de las otras jóvenes de Nazaret, o aún de Jerusalén, sí, soy de la casa de David?
¿Quien soy yo para que Dios me visite?
Recordemos lo que David también dijo algo al respecto:
Salmos 8:4
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?
El angel grabiel no se detiene a dar explicaciones y a tener una charla con ella respondiendo sus dudas, él, continúa con el mensaje para María:
Lucas 1:31-33
Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
En otras palabras, Gabriel le dijo a María que su hijo sería el Hijo de Dios el Mesías prometido y no era cualquier niño, era el rey de reyes y Señor de señores, el Salvador del mundo y descendiente de David,
Además el ángel le recuerda a María que el Niño tendría un reino inamovible y sin fin.
Una profesia de Daniel que quizás ella lo sabia, ya que las familias Judías estaban familiarizadas con la ley de Dios:
Daniel 2:44
Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,
¡Que privilegio para María!
Ahora sus preguntas eran respondidas y entendió por qué ella era bendita, favorecida y bienaventurada entre todas.
Ahora, si María había estado confundida y atemorizada antes de este anuncio, solo podemos imaginar sus intensas emociones después de él.
María turbada queriendo saber cómo lograría ser la madre de Jesús sin estar casada, continua con sus preguntas:
Lucas 1:34
Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.
Cuando Gabriel se aparece, María es una joven que estaba comprometida para casarse con José, si bien no sabemos qué edad tenía María en ese momento, en la antigüedad era posible que los contratos matrimoniales se acordaran aún antes de la pubertad.
El angel grabiel no visitó a María para cumplir con una petición, sino para anunciarle la voluntad de Dios para con ella.
Lucas 1:35
Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
El Espíritu Santo ocuparía un papel importante en esos tiempos en su vida, su poder la ayudaría a enfrentar a la ley y sus principios.
Era la obra del Señor; y cuando estamos al servicio de él, recibimos Su ayuda.
Recuerden que a quién el Señor llama, el lo prepara, capacita y fortalece.
María al verse en las manos de Dios para ser un instrumento para él, acepta el mandato por Dios y se humilla.
Lucas 1:38
Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
María respondió al llamado con un verdadero compromiso y la actitud de una verdadera discípula.
El término “sierva” indica que María ha decidido aceptar el llamado que Dios le ha extendido. Esa declaración es la versión de María de aquello que su Hijo diría más adelante en Getsemaní:
"Hágase tu voluntad y no la mía"
Simeón más tarde le profetizariia que “una espada le traspasaria su alma misma”
No obstante, María decide seguir adelante con su fe.
Entonces después de todo lo sucedido, María ella da una última expresión que se conoce se conoce como el Magníficat y es una manifestación de gozo como respuesta a las declaraciones de Elisabet.
Ella expresa sus sentimientos en cuanto a lo que ha sucedido en su vida y reflexiona sobre su recién descubierto lugar en el plan de Dios. Ante todo, ella siente el deseo de magnificar, alabar y glorificar a su Dios, en quien se regocija como su Salvador
Lucas 1:46-48
Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
Amadas como discípulas, ¿cuál será nuestro Magníficat? ¿Cómo expresaremos nuestro regocijo en nuestro Dios? ¿Cómo expresaremos la magnificencia de Su misericordia en nuestra vida? Amadas estas son, tal vez, solo algunas de las maneras en que podemos aprender del extraordinario relato del discipulado de María.
Ella llegó a ser la primera discípula de Jesús, y, por lo consiguiente, es un modelo para todas las que decidan seguirle a Él..
También es necesario saber que ella después de dar a luz a Jesús, tuvo más hijos y continuaba con su vida normal y dependiendo de su Salvador para perdón de sus pecados.
Como madre de nuestro Señor y discípula la acompaño a todo lugar y vio en su última entrada a Jerusalén para su momento final, que muchas multitudes gritaban a viva vos ¡salvanos hijo de Dios!
Mateo 21:9 TLA
Y toda la gente, tanto la que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba: «¡Sálvanos, Mesías nuestro! ¡Bendito tú, que vienes en el nombre de Dios! Por favor, ¡sálvanos, Dios altísimo!»
Algunos entendieron el propósito de la venida de Jesús a la tierra, pero aún así Jesús murió por todos por amor.
Amadas termino diciendo que aún hoy necesitamos ser salvadas de nuestra naturaleza pecaminosa y ser perdonadas de nuestras trangresiones, aunque ya tenemos la salvación de nuestra alma por gracia, aún hay una lucha en nuestro interior.
Que Dios nos ayude en todo y podamos escuchar en momento de intimidad y oracion de parte de él:
"salve muy favorecida"
SOMOS BIENAVENTURADAS PORQUE HEMOS SIDO ELEGIDAS ENTRE MILES PARA SER REDIMIDAS.
¡Dios con nosotras!
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