UN CORAZÓN NUEVO

UN CORAZÓN NUEVO
Ezequiel 36:26
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.

Al recorrer las líneas de las sagradas Escrituras por el A.T leemos promesas de Dios de querer hacer un cambio en nuestro corazón terco e insensible y darnos uno nuevo lleno de amor y buenas intenciones.
Hoy, veremos una de esa promesa hecha realidad en un hombre duro de corazón registrado en el nuevo testamento.
El evangelista Lucas en el libro de los Hechos de los apóstoles, relata un maravilloso encuentro de Saulo con Jesús.

Saulo era un ciudadano romano que nació en Tarso. 
Era un fariseo experto en las leyes judías y odiaba a los cristianos. Los arrastraba afuera de sus casas, a hombres y mujeres, y los echaba en la cárcel. 
Hasta en una oportunidad se quedó de pie mirando mientras un grupo de gente furiosa mataba a pedradas al discípulo Esteban.
Hechos 7:58
Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.

Saulo tenía privilegios con las sinagogas, era un hombre profundamente religioso con una creencia fuerte en Dios. 
Además tenia alto renombre, fue enseñado por el mejor maestro de sus tiempos, llamado Gamaliel.

Dicen las escrituras que Saulo respiraba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor y tanto fue el odio hacia ellos qué fue a pedir cartas de autorización para ir a cada una de las sinagogas y encontrarlos y llevarlos presos.
Saulo a pesar que veía, vivía en las tinieblas de odio, fariseísmo, religiosidad, persiguiendo asi a los cristianos.
Un día el, fue de cacería de cristianos, de camino de Jerusalén a Damasco, sin imaginar lo que acontecería luego.
Saulo con cartas en la mano cabalgaba hacia ellos, pero de pronto una luz lo rodeo, a la Luz verdadera se le oyó su voz:
Hechos 9:4 
y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Amadas, ¿Cómo podía Saulo estar persiguiendo a Jesús si nunca lo había conocido? 
Saulo tuvo que darse cuenta en aquel mismo instante de que la iglesia es Jesús, es su cuerpo. 
Al perseguir a los cristianos estaba persiguiendo a Jesús en realidad.
Saulo responde a la pregunta de Jesús:
Hechos 9:5
Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
Jesús la luz que había estado en cuerpo y carne en esta tierra le habló y le hizo ver qué era a él a quien estaba persiguiendo.

Y como siempre digo: cada persona al tener un encuentro con Jesús, lo reconoce como un Dios y actúan en reverencia ante su grandeza.
Leamos la respuesta de Pablo:
Hechos 9:5
Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.
Nuestro Señor le da una orden, no tenía escapatoria, la cacería había terminado.
Jesús con su presencia, el Espíritu de Dios, abrió sus ojos espiritualmente y los cerró físicamente, a fin de que Saulo pudiera ver al Señor Jesús y este obedeció:
Hechos 9:8
Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco,

Su ceguera fue tal que no podía ni caminar, necesitaba ayuda, estaba completamente humillado.
Jesús lo quebranto, Jesús la Roca cayó sobre el. Saulo estuvo sin vista durante tres dias y tampoco tenia deseos de comer.
La ceguera física de Saulo simbolizó la oscuridad espiritual en la que estaba su vida en aquel punto. 
La vida de Saulo cambió cuando estaba de camino a Damasco.

Ananías fue un discípulo enviado por Jesús, él impuso las manos sobre Saulo, y fue lleno del Espíritu Santo recobrado la vista.
Saulo fue rescatado tanto de su oscuridad física como de la espiritual.
Jesús no se limitó solamente a rescatarlo de la oscuridad sino que también lo nombró como su instrumento escogido:
Hechos 9:15
El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel.
Saulo pensaba que estaba siendo usado por Dios yendo a matar a los cristianos, pero amadas no se dió cuenta que, más que ser usado debería estar aprobado.
Jesús no le prometió a Pablo una vida fácil ya que junto con el gran privilegio recibido, llegaría el sufrimiento:
Hechos 9:16
porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.

Pablo empezó a predicar inmediatamente que Jesús es el Hijo de Dios, cobrando cada vez más fuerza.
Hechos 9:20
En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que este era el Hijo de Dios.

Y así demostraba que Jesús era el Mesías.
Y que había sido crucificado y resucitado de los muertos.
Hechos 9:22
Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.

Además de predicar a Jesús y a él crucificado, no dejó de dar su testimonio de como era él, antes de su encuentro con la Luz.
Filipenses 3:5-6
circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.
La iglesia también fue rescatada por medio del rescate de Pablo: 
Dios llevó a la iglesia a un lugar espacioso donde disfrutó de un tiempo de paz y bendición.
La iglesia es rescatada de la oscuridad que trajeron los ataques de Saulo, y a la vez, Saulo es rescatado de su propia oscuridad interior. El poder transformador de Dios cambió a Saulo de perseguidor de la iglesia hasta ser uno de sus mayores abogados.

Vemos entonces que Lucas cambia el nombre de Saulo por Pablo.
Saulo significa: invocado o llamado por Dios.
Pablo significa: pequeño o humilde.

¿Notas amada el cambio? 
Un hombre orgulloso, fariseo a ser un hombre pequeño y humilde con un corazón nuevo.
Tanto así que después de odiar a los cristianos los llegó a amar:
Filipenses 1:8
Porque Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo.

Pablo extrañaba estar siempre con los hermanos, eran su alegría y su premio de parte de Dios para él.
Filipenses 4:1
Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.
En sus enseñanzas Pablo siempre llevaba a los hermanos a mirar a Cristo en todo momento y que tengan el mismo sentir.
¿Te imaginas qué sorprendidos estarían los judíos? 
Ahora veían a Saulo enseñando a la gente acerca de Jesús.
Seguramente los judíos se preguntaban:
¿No es este el mismo hombre que perseguía a los discípulos de Jesús?

Pablo había entendido que realmente era un pecador, el conocimiento lo había envanecido, su orgullo era mayor qué el amor, y descubrió el propósito de Cristo hacia el hombre:
1 Timoteo 1: 15
Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

Él se ve a sí mismo como un pecador y agente de Jesús para promover la fe.
El objetivo de Pablo era dar esperanza apuntando hacia el camino para la vida eterna.
Esta sorprendente buena noticia es el mensaje que inspiró y condujo el ministerio de Pablo con poder y sin vergüenza:
Romanos 1:17
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.


Pablo había mudado su corazón perseguidor y a causa de su enseñanza y amor por la iglesia de Cristo, paso a ser perseguido y encarcelado por los romanos con sentencia de muerte.
Se desconoce cuáles fueron exactamente sus últimas palabras, pero quedó registrada en su última carta Paulina, un bello mensaje:
2 Timoteo 4:7-8
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
Vemos su pasión de Pablo por Jesús y su palabra. Toda su vida ha consistido en contarle a los demás la buena noticia de Jesús. Sus últimas palabras nos instan a nosotras a hacer lo mismo.

Después de Leer la narración de la conversión de Saulo nos queda la esperanza de saber que Dios puede cambiar incluso a la persona más inimaginable.

UN ENCUENTRO CON LA LUZ VERDADERA, DISIPA LAS SOMBRAS, LAS CEGUERAS Y PODEMOS VER CON CLARIDAD Y CON UN CORAZÓN NUEVO.

¡Dios con nosotras!

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