¿DESPRECIAS A TU PRÓJIMO?
Proverbios 14:21
Peca el que menosprecia a su prójimo; Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado.
¿Alguna vez has juzgado negativamente a alguien basándote solo en su apariencia exterior?
Cuando alguien se cree superior porque tiene capacidad intelectual, una posición social o se siente más espiritual que otras personas, da a notar una actitud parecida a la de un fariseo en el tiempo de Jesús.
los fariseos pensaban que la santificación era a través del conocimiento y la obediencia de la Ley.
Hoy veremos un caso donde se relata la misericordia y el amor de Jesús manifestándose a través de sus actos, veremos a nuestro Señor en uno de sus mejores momentos, mostrando a todos que él no desprecia a nadie, él no hace acepción de personas, tanto que acepta ir a comer con Simón el fariseo.
Las Escrituras resaltan la religión o secta que pertenecía Simón, porque quiere mostrarnos su corazón.
Por otro lado quizás Simón, habiendo oído acerca de un profeta que sanaba a los enfermos y predicaba el Reino de Dios, tenía curiosidad por saber más de la agenda de Jesús y no por un gesto amistoso.
¡su anfitrión quería espiarle!
Lucas 7:36
Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
En aquella época la gente acostumbra recostarse apoyándose en el codo izquierdo mientras comían con la mano derecha, las mesas tenían patas muy cortas, continuamos:
Lucas 7:37-38
Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;
y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.
Cómo las mesas tenían patas muy cortas la mujer pudo arrodillarse detrás de Jesús.
La historia relata que la mujer tenía un pasado oscuro, el texto no describe su pecado, era anónimo, así que dejamos los prejuicios que son peor que el pecado de esta mujer.
Hay suficientes maneras por las cuales tanto hombres como mujeres pueden pecar.
¿Acaso no, es mejor simplemente recordar que era pecadora, sin nombre, sin iniquidades específicas, para que podamos identificarnos mejor con ella en su debilidad?
Esta mujer ansía llegar a Jesús, no le importa la gente, lo único que quería es estar a los pies de Jesús. Ella lloraba desconsoladamente porque anhelaba el perdón de Jesús, ella sabía que era pecadora.
Posiblemente había oído que Jesús predicaba la redención de Dios, y fue a verle, porque quería ser redimida.
Amadas esta mujer se arrodilló ante su Salvador se dejó dominar por sus emociones y no dejó de besar sus pies en forma de profunda reverencia.
Ahora veamos la opinión legalista de Simón sobre esta mujer, él no la aceptaba, en su corazón la desprecia:
Lucas 7:39
Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
Veamos un contraste entre la reacción de Jesús y el fariseo sobre la conducta de esta mujer:
La reacción de el fariseo fue natural, como fariseo Simón se preocupa por la pureza ritual en la comida.
Estos fariseos desprecian al prójimo creyéndose superiores.
En cambio Jesús, vio el hecho de que la mujer expresaba su inmenso amor por él.
Ahora, Jesús le demuestra a Simón, que él era profeta dándole a conocer que él sabía lo que él estaba pensando, contándole una parábola sobre un excéntrico gerente bancario que perdonó una deuda total a dos clientes, donde uno de ellos le debía más.
Al finalizar la historia Jesús le hace una pregunta:
Lucas 7:42
y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?
Notemos que Jesús va hacia al corazón de Simón con esta pregunta, Jesús quiere que él vea lo importante que es mostrar misericordia ante tal falta, en este caso una deuda, porque cuando uno recibe el perdón total de algo, mayor es la deuda y mayor agradecimiento hay.
El Señor estaba realmente poniéndole a este fariseo entre la espada y la pared.
el fariseo supo responder.
Lucas 7:43
Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.
Amadas, Jesús le relata la parábola a Simón, también para darle a conocer su situación, su pecado, pero él no se da cuenta, la religión y el legalismo lo tenían cegado.
El problema de Simón era que no comprendía cuánto necesitaba él, también el perdón.
Jesús después de el diálogo con Simón, le va a prestar atención a la mujer para señalarle lo que ella hizo por el:
Lucas 7:44-46
Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas esta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. No me diste beso; mas esta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite; mas esta ha ungido con perfume mis pies.
Con sabiduría y amabilidad Jesús indica que Simón no le había dado una bienvenida cálida ni a mostrado una gran medida de amor hacia él.
Simón no había practicado las normas de cortesías de ese tiempo.
Prácticamente Jesús le da a conocer, que lo que la mujer estaba haciendo era un gesto de amor porque reconoció que era pecadora y deseaba el perdón.
Pero como Simón no creía ser un pecador, ni siquiera ha pedido el perdón.
Jesús enfatiza entre las acciones de la mujer y la falta de etiqueta social de parte de Simón.
Lucas 7:47
Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.
La mujer amó tanto a Jesús porque supo que se le había perdonado mucho.
El Dios del cielo estaba allí y él la perdonó.
Jesús está dispuesto a perdonar hasta el más indigno pecador que va a él con verdadero arrepentimiento.
Ella lo hizo, Jesús no desprecia al corazón contrito y humillado.
Lucas 7:48
Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.
La Biblia sólo indica que por el amor demostrado hacia Jesús, ella es perdonada.
Probablemente Simón se cree que no necesita la aceptación y el perdón que ofrece Jesús.
Y así, en su miopía, se pierde el mensaje de Jesús el cuál la mujer ahora disfruta
Lucas 7:50
Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.
Entonces vemos acá que la fe y el amor hacia Jesús salvó a esta mujer que fue despreciada por el fariseos en esa cena.
Su amor fue un resultado de su fe.
Lo que Simón no tenia, y así fue como aquel anciano e hipócrita fariseo quedó allí, como un pecador no perdonado.
Sino aceptamos que somos pecadoras nos engañamos a nosotras mismas, sin fe no hay amor.
Como escribió el apóstol Pablo:
Gálatas 5:6
porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.
Para finalizar mis amadas las quiero animar a no despreciar a nuestro prójimo por las apariencias, porque posiblemente no hayan tenido un buena vida, pero eso no significa que no tendrán perdón.
El prójimo es alguien muy especial, debemos honrarlo y protegerlo, en vez de despreciarlo.
Seamos sabías al momento de juzgar, mejor es callar antes de dar veredictos que no, nos corresponde.
Proverbios 11:12
El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo; Mas el hombre prudente calla.
El amor al prójimo es la evidencia de nuestro amor a Dios y el cumplimiento de la ley y los profetas.
Amiga si tienes una necesidad de ser perdonada, no debes andar por la vida consumida por la culpa de tus pecados pasados, es el momento en que te arrepientas y pongas tu fe en Jesús y todos tus pecados serán limpiados.
Jesús quiere que reconozcas que eres pecadora y como la mujer de nuestra historia corre a sus pies y encontrarás perdón, nacerá en ti un amor desbordante por él, por haberte perdonado mucho.
¡Gloria a Dios!
EL DESPRECIO ES UN SÍNTOMA DE UN FARISEO, BUSQUEMOS SER PERDONADAS PARA AMAR Y ACTUAR COMO JESÚS.
¡Dios con nosotras!
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