¿ESTÁS ENOJADA?


Salmos 37:8
Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo.

Hoy vamos a hablar de lo que muchas veces nuestro corazón nos lleva a realizar, es sobre el pecado del enojo que está relacionado con nuestro carácter.
El enojo viene de LA IRA, que al igualarla con un asesinato no pareciera grave, pero Dios dice algo diferente comparando el enojo con matar, perder el temperamento y el asesinato son lo mismo ante los ojos de Dios. 
El Apóstol Juan nos dice en su carta:
1 Juan 3:15 
Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.
Para Dios, homicida es lo mismo que asesino, lo cual es el resultado del enojo.
Entonces el interés de Jesús es que pongamos atención en esto, por eso en su conocido sermón de el monte, Él nos enseña sobre el carácter y lo que hay en el corazón ya que es un lugar dónde se anidan pecados que están muy escondidos a simple vista, pero para él, NO.
Desde nuestro corazón vienen toda clase de conflictos.
Santiago 4:1
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? 

Jesús se dirige a todos sus oyentes, entre ellos a los fariseos y dice:
Mateo 5:21
Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.
Acá, Jesús va al grano y advierte la consecuencia del asesinato.
¡Castigo al culpable!
Ahora veamos que "No matarás" es un mandamiento de la ley, los cuales no lo podemos realizar sin Jesús, por eso él apunta a la ley para darnos cuenta que sólo es ayo, un guía, para llevarnos a Sus pies, a el único que nos puede salvar.
Jesús desea que nuestro corazón este dominado por él, de lo contrario será un instrumento para la irá, el enojo y todos los pecados de la carne.
Muchas veces nuestro corazón nos domina y la irá es peligrosa, Santiago nos aconseja en su carta:
Santiago 1:19-20
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
En un corazón enojado no obra la justicia de Dios.
Necesitamos un corazón nuevo para poder hablar palabras de vida.

Los fariseos pensaban que estaban cumpliendo con la ley, estaban llenos de orgullo.
¡Jesús lo sabía y advierte!
Mateo 5:22
Pero yo os digo cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.
Aquí la palabra "necio y fatuo" es similar a la palabra "tonto" y Jesús lo señala como insultos.
El enojo, la ira, los insultos, cualquier sentimiento de superioridad o menosprecio a otros, es pecado muy dañino y nos espera un juicio severo parecido a la de un asesino.
¿Ven la gravedad de lo que Jesús está hablando? 
Una actitud arrogante llena de orgullo, lleva a faltar el respeto a los demás y no es cosa de risa.

Prestemos atención en esta enseñanza, la ira nos aleja del señor y nos acerca al juicio de Dios, privandonos de la comunión con él.
La ira expresa descontento, carnalidad, rebeldía y son frutos de la carne, que luego se expresa a través de las manos.
Juan relata a alguien que actuó así: 
1 Juan 3:12
No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.
Cuando Caín mató a Abel expreso lo que anidaba en su corazón.
Nuestro Señor conoce nuestro corazón y conoció el de Caín por eso él, le advirte de su pecado
!Él Siempre lo hace!
Génesis 4:6-7
Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.
Caín empezó a encubar en su corazón envidia tanto que cambio su rostro, estaba ardido de ira que lo llevo al asesinato.
¿Has conocido personas así?
Génesis 4:8
Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.

Que tremenda realidad sobre el enojo y sus consecuencias, no saber controlar nuestro enojo nos llevará a la perdicion.
Además de las manos, el pecado del enojo también se expresa con la lengua, como griterias, contiendas y celos.
¡Necesitamos un trasplante de corazón!
Para nuestro Señor no es agradable tener el corazón contaminado, él quiere un corazón sano, sin grietas antes de dar o hacer un sacrificio para él.
¡Un corazón contrito y humillado el Señor no lo desprecia!
La Ira Justa NO ESTÁ equivocada, El enojo justo es el tipo de enojo que Dios y Jesús mostraron en la Biblia. 
La ira del Señor es santa no así la nuestra, por eso también Pablo nos advierte:
Efesios 4:26
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
Nosotras nos airamos porque tenemos una naturaleza pecaminosa y luego fracasamos, perdiendo los estribos.
Si en algún momento nos enojamos, que sea justamente y no demos lugar al enemigo para hacer un nido en nuestro corazón, no debemos de tardar en terminar con el enojo ya que este pecado entristece al Espíritu Santo.
Efesios 4:30-32
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
¡Este es nuestro llamado hoy!

Hermanas, la relación que tenemos unas con otras beneficia o entorpece la relación con Dios.
El corazón debe ser un templo santo para el Señor y si tenemos algo con nuestro prójimo debemos arreglar la situación.
Jesús nos aconseja:
Mateo 5:25
Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.

Hermanas, pongámonos a cuenta con nuestros enemigos, hagamos las pases, es tiempo para la reconciliación y dar gracia, regalando perdón, ya que el camino de el juicio está adelante,
no esperemos llegar a ese momento y quizás salir avergonzadas.
Mientras caminamos hacia el final debemos ir creciendo en buenas obras y dando fruto del espíritu Santo.
¡Andemos en la Luz y no en las tinieblas!
1 Juan 2:9
El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.
Hermanas, La justa ira de Dios está encendida contra los pecadores y por pura gracia no la derrama.

Amadas, nuestro Señor también fue asesinado por causa del pecado, de la envida, celos y enojo de parte de los Judíos, Juan nos relata esa conpiracion.
Juan 11:53
Así que, desde aquel día acordaron matarle.
Él fue nuestro mayor ejemplo de perdón.
En la cruz dónde deberíamos haber estado nosotras, antes de morir, el oró por perdón de nuestros pecados y por sus méritos fuimos reconciliadas con el Padre a quién aborreciamos y éramos sus enemigas 
¿No es acaso esto: gracia?
¿Entonces porque nos cuesta tanto dar gracia y perdón a los que nos hieren?
¿Porque estamos enojadas?
¡Que Dios cambie nuestros corazones!

¡Aprendamos a enojarnos sólo por aquello que entristece y lastima el corazón de Dios: el pecado!

LA IRA NOS SEPARA DE DIOS, DIVIDE LA IGLESIA Y CREA CONTIENDAS ENTRE HERMANAS, BUSQUEMOS CORTAR ESTAS RAICES DE ENOJO.

!Dios con nosotras!


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