ERES SU ESCOGIDA, SU SIERVA


Isaías 41:9
Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché.
¡Que alentadora cita!

Saber está declaración de nuestro Señor, nos da ánimo y seguridad en el servicio hacia Él. 
Aunque está promesa fue para su pueblo escogido, para Israel, también es para nosotras como un devociónal diario.

Veremos hoy la fidelidad a Su palabra junto con su Santidad, ya que Él actúa sin prejuicios, ni celos, ni ninguna actitud que nos caracteriza a nosotras, Él es Santo y es un atributo principal de Él mismo, es parte de su carácter.
Dios no se mueve por las emociones o sentimientos, no se rige por lo que somos, sino que se deleita en tener misericordia y cuando pecamos o no llegamos a la altura que se nos pide no, nos desecha, nos ama, nos entiende y sabe nuestra condición y extiende su perdón hacia nosotras y David lo sabía:
Salmos 103:14
Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo.

Amadas, cuando Él nos eligió no fue para herirnos o humillarnos por ser débiles ante su grandeza cuando le ofendemos, sino, para darnos una oportunidad para servirle, ¡Que privilegio!
Pero cuando ve, que NO hacemos lo correcto, nos va a disciplinar para participar de su santidad, pero lo hará con amor, misericordia.
Lo hizo con su pueblo escogido una y otra vez le brindo su perdón y misericordia dándole su ayuda sin embargo, el pueblo de Israel fracasó y se convirtió en parte del problema, como muchas veces nosotras.
Miqueas 7:18
¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.

Él nos amó cuando menos lo mereciamos, de tal manera que mandó a su Hijo a morir en una  cruz por nuestros pecados, allí Jesús fue donde proclamó su inmenso amor por ti y por mi.
Efesios 2:4-5
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

Jesús a lo largo de su vida en la tierra nos enseñó mucho del amor, por que él, vino a salvar al mundo y no a condenarlo.
Dios nos pide llegar a un estándar adecuado dónde podemos llegar,  y es un proceso del día a día y lo  llamamos, santificación.
Entonces nuestra fe en las escrituras, nuestro esfuerzo y disposición, es un trabajo mano a mano con el Espíritu Santo para lograr cada vez más ser como él.
2 Tesalonicenses 2:13
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.
Nuestro Dios, al rescatarnos de la oscuridad donde estábamos muertas en nuestros delitos y pecados, nos apartó para Él, por gracia para ser santas, Él ya nos ve asi a través de Su Hijo y por sus méritos.

Mis amadas Él, jamás estará con un azote para castigarnos por haberle fallado, !NO! Él, no es un Dios dictador, no le servimos a un Dios así, al contrario siempre estará atento para levantarnos cuando caemos, animarnos cuando estamos desanimadas, Él lo hará dale por seguro.
Lamentaciones 3:31-33
Porque el Señor no desecha para siempre; Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.

Jesús cuando realizó el sacrificio de amor en la cruz, no terminó allí, Jesús resucitó y sigue mostrando su amor hoy y nos busca para ello.
Esto lo vemos en la vida del el Apóstol Pedro cuando fue restaurado por haberle fallado a Jesús, nuestro Señor después de su victoria busca a Pedro.
¡Era necesario!
Juan 21:15
Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos.
Jesús le pregunta a Pedro si le amaba una primera vez, con la intención de recordarle su falta en el pasado, para un autoexamen y ver si amaba más las otras cosas o a él, ya que Pedro había vuelto a la pesca.
"Nuestro amor a Jesús, debe ser mayor que a las otras personas o cosas"
Jesús, tres veces le hace la pregunta a Pedro y él, le responde tres respuestas con grado diferente, Jesús a la vez le da una encomienda a cada respuesta tambien con un valor diferente: 
"A mayor ministerio mayor responsabilidad"
Veamos las encomiendas o tareas para Pedro hacia su rebaño:
1) Si me amas, apacienta mis corderos: es dar el pasto, instruir, enseñar a dar los primeros pasos cuando aún son pequeños.
2)Si me amas, pastorea mis ovejas: es instruir, enseñar cuando ya son adultas.
3)Si me amas, apacienta mis ovejas: acá Jesús, le da toda la autoridad a Pedro de cuidar a todo el rebaño.
¿Porque? 
Cuando Pedro le da la tercera respuesta, él, le entrega sus sentimientos a Jesús, ya no puede ocultar nada ante él.
"Señor Tú lo sabes todo, le dijo Pedro"
Mis amadas, Dios recompensa cuando le entregamos todo y cuando nos damos por vencidas ante tal Omnipotencia, dándole toda la autoridad a él sin caretas.

Como te darás cuenta esta es una figura de la Iglesia, Pedro empezaría la obra y luego Jesús lo capacitaría con el Espíritu Santo para realizar esta encomienda.

El celo de Pedro no había estado exento de pasar por obstáculos. Había negado a Jesús tres veces, por lo que Jesús le da la oportunidad de reafirmar su amor.
En tres ocasiones, Pedro le expresa sus sentimientos a Jesús.

Vemos paso a paso como actuó Jesús con Pedro, la paciencia y el amor para restaurarlo, volverle al camino para edificar su Iglesia y para ello le pide que le siguiera.
Juan 21:22
Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú.
¡Que amor tan puro de parte de Jesús!
Él, no se deja llevar por lo que somos y por nuestras debilidades, cada vez que le fallamos, Él nos perdona dándonos oportunidades de seguir sirviendole.
"Cómo lo dije antes, es un privilegio ser elegidas para servir al Señor"

Tenemos que aprender de Jesús, como Líder y Pastor, para saber cómo asistir a alguien que haya fallado al Señor: saber regalar perdón, misericordia y restauración si ha  pecado contra él o nosotras.
Muchas veces los líderes de las congregaciones abusan de su autoridad y causan heridas con la indiferencia, rechazo al saber que un santo peca, lo castigan exponiéndolos públicamente.
Nosotras quizás también seamos así, con los hijos, la familia, amigas o hermanas en la congregación y actuamos mal siendo indiferentes ante alguien que esta pecando, somos rápidas para desecharlos y condenarlos, en ves de perdonar, restaurar o ayudar a levantarse.

Reflexionemos esto:
¿Si Jesús no lo hizo porque nosotras si?
Pidamos perdón a Dios por todas las faltas que cometemos, asi como lo hizo el rey David.
Salmos 51:1-2
Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.

Amada si en algún momento te sientes desechada y te dicen que no eres útil o no llegas a los estándares que el hombre te exige, no lo aceptes, es una mentira del enemigo, no entierres tus dones o talentos, no vuelvas al pasado como lo hizo Pedro, sé de bendición para las personas que esperan una palabra de aliento, deja todo en las manos de Dios y Él  se encargará de hacer justicia.
No desprecies el talento que Dios te dio y ponte a trabajar para Él.
Eres su escogida, su sierva útil y apreciada en Sus manos.
"Sírvele a tu Señor mientras vas siendo santificada"
Juan 12:26
Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
Hermanas: nuestro servicio a Dios en santidad y fidelidad tendrá una recompensa: "la honra de nuestro Padre"

EL LLAMADO A SERVIR DEBE SER NUESTRA PRIORIDAD POR LOS FAVORES QUE DIOS NOS DA, ANUNCIEMOS CON PASIÓN EL LLAMADO DE LA GRAN COMISIÓN.

¡Dios con nosotras!
  

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