La Salvación Llega A Tu Casa
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La Salvación Llega A Tu CasaJuan 3:17
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Este versículo resalta el amor inmenso de Dios por la humanidad y su deseo de que todos se salven y no que sean condenados.
Por ello vino Jesús a esta tierra para que por medio de él la humanidad pueda tener la oportunidad de ser rescatada de la condenación del juicio final y obtener la vida eterna, mas no para juzgar o condenar.
Hermanas las saludo con el entrañable amor de Jesucristo, gracias doy a Dios por otra oportunidad que me da, de llegar a ustedes por medio de este mensaje, le pido que me ayude a desarrollarlo.
Amadas el pecado nos ha separado de Dios, y la consecuencia de este es la muerte, por ello creí bien hablar de lo que nos puede salvar.
Nuestro tema de hoy es central en toda la escritura, ya que para todas nosotras, la salvación implica la esperanza de una vida eterna con Dios en su reino.
Ahora ¿Que es salvación?
La salvación se entiende como la liberación del pecado y de la separación eterna de Dios a través de la fe en Jesucristo y su gracia divina.
Para obtenerla debemos pedir perdón de nuestros pecados, apartarnos de ellos y creer en Jesús que murió por nosotras y resucitó de entre los muertos.
La salvación no se basa en la obediencia a las leyes o buenas obras.
Además la salvación es un proceso continuo, cada día nos ocuparemos de cuidarla.
Ya que no es un evento único, sino un proceso que involucra el arrepentimiento diario de nuestro pecado, con la esperanza de una vida eterna con Dios.
Nos ocupamos de ella por qué ninguna de nosotras somos perfectas, y seguiremos pecando, pero la parte importante es que en nosotras habrá el deseo de arrepentimiento de nuestros pecados y haremos el mejor esfuerzo para corregirlo, condensándolo al Señor y él nos ayudará, leamos lo que dice en:
Filipenses 2:13
Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Pero hay algo más que debemos saber: la salvación que obtenemos a través de Jesús nos salva de la “ira”; esto es, del juicio de Dios al pecado, como dice en:
Romanos 5:9
Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
Sepamos finalmente que la salvación del Señor hacia nosotras como creyentes, es segura, y debemos apreciarla y valorarla. Juan nos dice:
Juan 10:27-29
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Por otro lado ninguna de nosotras somos bastante buenas para entrar al cielo, Jesús vino a nuestro encuentro y lo hemos invitamos a ser parte de nuestra vida, sabemos que pasaremos la eternidad con el, en el paraíso. No por las cosas buenas que nosotras hayamos hecho, sino por lo que Jesús ha hecho por nosotras. Tampoco es por las emociones que podamos sentir, sino por lo que las escrituras dejan establecidas que en él tendremos salvación.
Hechos 4:12
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Amadas, al venir Jesús a la tierra, hizo posible que nuestras vidas fueran redimidas y transformadas, orientándonos al camino correcto.
Jesús proporciona el único camino a la salvación y lo veremos esto en las escrituras, cuando él llega a la ciudad de Jericó.
Veremos a un hombre grande en fe, aunque con pequeña estatura, que no le fue de impedimento para conocer a Jesús de cerca y recibir la salvación.
Su nombre es Zaqueo que significa: puro, inocente y justo, este nombre tienen relación con la justicia, pero no lo estaba practicando.
La Biblia dice que era jefe de recaudador de impuestos, él tenía gente bajo sus órdenes.
Ser recaudador de impuestos en esos tiempos, era estar al servicio de Roma, ellos controlaban el templo, este imperio tenía el dominio de Israel.
Los recaudadores eran los de alto prestigio y responsabilidad pero abusaban de su poder, eran odiados por los Judíos, ya que cobraban más de lo que la ley les exigía a beneficio del invasor, y al estar amparados por ella las personas no tenían defensa.
Por otra parte, recolectaban impuestos para dárselo a los Romanos, llevándose una gran comisión para sí mismos y así se volvían ricos injustamente.
Con todo así, Zaqueo estaba tratando de ver a Jesús, él escuchó que él pasaba por Jericó, su ciudad.
Zaqueo en su desesperación de verlo y que la multitud era su limitación, hace todo lo posible:
Lucas 19:2-4
Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura.
Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.
Zaqueo quizás ya no era tan joven pero aún así fue capaz de correr y trepar un árbol, ¡se esfuerza!
Para actuar de esta manera tuvo que darse cuenta de su necesidad; a pesar de todo su dinero, éxito, vida familiar y su religión, todavía había algo que faltaba.
Zaqueo había escuchado hablar de Jesús y sus obras maravillosas y anhela conocerle quiere ser transformado.
Amadas hermanas siempre hay un remanente que anhelan esto, que buscan y se esfuerzan para conocerle, entre ellos tu y yo.
Zaqueo quería conocer a Jesús y se contenta con verlo desde lejos, desde la altura del árbol sicómoro, la actitud de su corazón le agrado a Jesús.
Hermanas para Dios no hay limitaciones ni tampoco podemos escondernos de su mirada.
Nuestro Señor siempre da el primer paso hacia nuestro encuentro y actúa, como lo hizo en Jericó, Jesús sabía que allí había alguien que deseaba conocerle. Lo que Zaqueo no sabía, es que Jesús lo conocía, incluso por su nombre, Jesús lo amaba y fue hacia él.
Acá una muestra de ello, leamos:
Lucas 19:5
Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
Oh amadas ¿Se dan cuenta?
Jesús, se autoinvito, nosotras sabemos que Jesús es diplomático, respetuoso a la libertad de elección de cada quien como dice en:
Apocalipsis 3:20
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Pero en esta ocasión Jesús da la iniciativa, nuestro Señor sabía la necesidad de Zaqueo y era necesario e inmediatamente ir hacia el, Jesús tenía la resolución de ir hacia Zaqueo y con él llevando salvación.
Jesús sabe cuándo nuestra corazón anhela conocerlo, a él no le podemos esconder nada
Me imagino a Zaqueo asombrado por la invitación de Jesús, miremos como el responde:
Lucas 19:6
Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.
Hermosa respuesta de Zaqueo era un encuentro espectacular y especial para el, Dios empezaría una obra en el corazón de Zaqueo el rico, pero pobre en Dios.
La gente en la situación de Zaqueo, tienen mucho dinero y bienes obtenidos pero les falta algo, están atrapados por el sistema del mundo y se sienten odiados, por eso Zaqueo al escuchar de la invitación de Jesús, siente gozo, ve que era elegido entre la multitud y lo mejor aún, se sintió amado por nuestro Señor: ¡El quería ir a su casa, que hermoso!
Por otro lado vemos la actitud de Zaqueo, el se humilló y obedeció al llamado, no lo pospuso sino que se apresuró a bajar y muy contento, recibió a Jesús.
Ahora en: Lucas 19:7
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.
Amadas como siempre suele suceder cuando Dios empieza una transformación en una persona, hay murmuradores y quienes critican.
En este caso a Jesús no le importó la respuesta negativa de la multitud, estaba acostumbrado ya había experimentado estás críticas de los fariseos en una oportunidad que nos dice: Mateo 9:11
Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?
No obstante es casi seguro que la casa de Zaqueo era un hogar religioso. Sus padres llamaban a Zaqueo "el justo", pero ahora la gente religiosa lo veía como un pecador.
Hermanas, cuando nos volvemos al Señor nace un deseo grande en nuestro corazón de perdonar las ofensas y reparar el daño por el pecado, esta actitud es fruto digno de arrepentimiento, una señal que implica restitución, sino miremos la reacción de Zaqueo ante la gente que estaba en su casa.
Lucas 19:8
Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
Zaqueo fue más allá de la restitución, él no quiere devolver solo lo que estafó o defraudó, sino más, quiere entregarlo todo, este es un gran ejemplo del verdadero arrepentimiento.
En ese tiempo había una ley de restitución de los daños ocasionados y Zaqueo como religioso lo quería cumplir.
Levítico 6:4
Entonces, habiendo pecado y ofendido, restituirá aquello que robó, o el daño de la calumnia, o el depósito que se le encomendó, o lo perdido que halló.
Amadas el pago de una deuda solo lo podemos hacer al prójimo, nosotras no le podemos pagar nada a Dios por nuestras ofensas. ¡No podríamos!
La buena noticia es que, Jesús ya pagó la deuda entre nosotras y el Padre, él fue nuestro pago de la deuda por nuestro pecado: con su vida, con su sangre, por amor.
En nuestra historia vemos claramente que Jesús amó a Zaqueo.
El resultado de la transformación total de la vida de Zaqueo, fue dar de lo mucho que le dio Dios.
Su actitud hacia sus posesiones cambió por completo.
¡Jesús llegó a su casa y junto con él, la salvación! Que significó para Zaqueo libertad; una relación con Jesús que perdura para siempre, leamos:
Lucas 19:9-10
Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Amén, Jesús da a conocer su compasión y propósito en esta tierra en este versículo.
Finalmente la transformación en Zaqueo y en su casa benefició a los pobres y trajo justicia a aquellos que habían sido defraudados.
Al obtener salvación lo primero que se deja ver son los frutos, en el caso de Zaqueo fue la restitución.
La base del arrepentimiento es mostrar las obras después de ser salvas por la fe en Jesús.
Ahora después de conocer mas sobre la salvación que regala Jesús, aún hay mucha gente, que piensa que por causa de su pecado y sus imperfecciones, Dios les dará la espalda.
Pero no es asi, Dios ama a la gente imperfecta y, en vez de darle la espalda, se vuelve hacia a ellos.
Amiga que me oyes, sea lo que sea que hayas hecho en tu vida, y sea cuál sea tu imperfección, Jesús te ama y quiere tener una relación contigo. Pero necesita una respuesta a su llamado.
¿Cómo responderás tu, al llamado de Jesús? ¿Te darás prisa como lo hizo Zaqueo o te detendrás a pensar, si es el tiempo o la edad correcta?
Te invito a darte prisa e ir hacia él y la salvación llegará a tu casa.
Amadas hermanas este mensaje nos ayuda a atravesar todo obstáculo para continuar conociendo mas a Jesús como Zaqueo lo hizo, es mi oración poder encontrarnos en otra cita para ir conociendo más de él, un abrazo.
DIOS RRECORRE CON SU MIRADA A LOS CORAZONES QUE ANHELAN SALVACION Y LOS ATRAE HACIA ÉL.
!Dios con nosotras!
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