ESCONDIDA EN DIOS (Historia de María)

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Escondida en Dios

Colosenses 3:2-3 
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

Las escrituras nos dicen que puesto que ya  hemos sido resucitadas con Cristo de la muerte espiritual, debemos buscar las cosas del cielo, donde está Cristo, ya que estamos en a guardadas en él.

Nosotras tenemos que disfrutar que nuestra vida esté reservada en Cristo, dejando que él brille con su Luz y estar contentas haciendo lo que él quiere que hagamos en este tiempo.

Hermanas las saludo y les doy gracias por escuchar el mensaje de hoy, y pedirte que no 
subestimes estas pequeñas reflexiones por más simples que sean, ya que Dios nos quiere hablar, y este es un medio que Dios usa para animarnos unas a otras ayudándonos a vivir bajo los parámetros de Jesús y aumentar nuestra fe con la enseñanza de la palabra de Dios.

A pesar que ya nuestra vida está escondida en Dios aún todas tenemos lucha con la naturaleza caída, tenemos retos y desafíos, somos de polvo llenas de debilidades y muchas veces desgastadas, agotadas por los afanes de la vida.
Por ello, nos necesitamos unas a las otras como dije antes para alentarnos, leamos:
Gálatas 6:2
Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.

Gracias a Dios por todos los ministerios de mujeres que existen para enseñarnos y motivarnos a crecer a la imagen de Jesucristo. 
Nunca pensemos que ya no tenemos más que aprender, que ya lo sabemos y que ya lo hemos alcanzado todo, eso esta fuera de la realidad y si alguien cree eso se está engañando a si misma a causa del orgullo. 

Todas estamos en proceso y necesitamos la ayuda de mujeres sabias, maduras, conocedoras de la palabra, maestras del bien, para que nos ayuden en nuestra santificación por el motivo que todas luchamos con nuestra carne, está vieja naturaleza que se despierta de vez en cuando.

Por eso debemos ser antecesoras y orar por aquellas mujeres que enseñan con fidelidad la palabra de Dios, para que sigan alcanzando a mujeres para Cristo a través de estas plataformas.
De paso te pido que te detengas y ores por mi, para que Dios me de palabra fresca y que siempre salga de Su corazón.
¡Muchas gracias!

Hermanas el tema de hoy es, escondida en Dios.
Esta es nuestra realidad dicha por Pablo en la carta a los colosenses que acabamos de leer y debemos permanecer con el pasar el tiempo en esta actitud, debemos estar enfocadas en Dios y arraigadas en su palabra en todo momento en todo lugar y en cualquier circunstancia, pero al transcurrir del tiempo por las obligaciones que tenemos vamos descuidando esta verdad.

A menudo la mayoría de nosotras pasamos por etapas donde sentimos que todos nuestros esfuerzos son en vano y aunque sentimos que estamos escondidas en Dios no encontramos esa satisfacción completa.

Amadas si a veces sientes que tu vida espiritual está estancada ya sea por el trabajo, estudios, madre de niños pequeños, por criar a tus hijos sola, o cualquier otro compromiso que te absorbe y no puedes asistir a la iglesia o a grupos pequeños y en tu vida social como creyente te sientes dejada atrás, como si no te tomaran en cuenta.
Te recuerdo que Dios ve la intención de tu corazón y tu fidelidad a él.
Ya sea en alguna enfermedad, o cuidando a alguien enfermo, cada día tiene que ser para dar la gloria a Dios.
No olvidemos que es nuestro primer ministerio cada responsabilidad que tenemos en esta vida.
Por ello te animo a buscar a Cristo en medio de la circunstancia que estés viviendo, aún así en todo puedes esconderte en él.

Busquemos la mirada de Cristo, aun cuando no tengamos tiempo de estudiar la biblia, participar de los grupos en la iglesia o porque solo puedes orar unos minutos.
Él es siempre fiel y conoce tus ocupaciones tus debilidades. Ningún esfuerzo de servicio a él será en vano.
1 Corintios 15:58 
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

Por otro lado no anhelemos ser vistas por las demás ya que nunca tendremos mayor satisfacción, sino cuando en lo secreto, en lo íntimo con nuestro admirador número uno, vamos para crecer y madurar en cada oportunidad que tengamos de escondernos en él y no de él:
Salmos 139:7-12 
¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz.

Hermoso Salmo que muestra la Omnipresencia de Dios, hermanas aprovechemos bien las bondades del Señor, él tiene sus tiempos para obrar, busquemos su ayuda para encajar en sus planes y supla nuestras necesidades, 

Con este contexto te voy a presentar a una mujer que a su corta edad no entendía los propósitos de Dios, pero aún así le creyó y acepto ser usada para ser madre ni más ni menos del hijo de Dios, y ella es María.
¿Quién fue María?
Ella era una joven judía que todavía era virgen cuando nació Jesús, pues concibió al hijo de Dios de manera milagrosa.
Veamos más de su historia relatada en las Escrituras:
María nunca se imaginó lo que estaba a punto de recibir de Dios, ella fue escogida para servir a Dios como madre del Salvador del mundo.
¡Que privilegio!
Al inicio ella no entendió, su corazón se turbó con la visita de Ángel.
Lucas 1:28-29
Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.

Ahora, ¿A cuántas de nosotras nos pasa algo similar, que nuestro corazón se atemoriza al conocer algo inusual? ¡nos asalta el temor!

Pero sabes, no tenemos por qué temer, cualquiera que sea la circunstancia que enfrentemos, el Rey está con nosotras, confiemos porque cuando vamos a realizar algún desafío o talvez algún obstáculo que atravesar, no estaremos solas.
El ángel la anima y le responde:
Lucas 1:30-31
Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 

María seguía sorprendida y hace una pregunta ya que era una virgen que estaba comprometida más no casada, por eso ella se atemoriza en ese momento, ¡quedaría embarazada sin estar casada! 
Ella vivía en una cultura donde tal circunstancia habría causado toda clase de dificultades.

Lucas 1:34-35 
Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.

El favor de Dios y su gracia que obtuvo no significaba que todos los problemas de María desaparecieran, sino que era su fortaleza al llamado para ser sierva del Altísimo, leamos
Lucas 1:35
Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

El ángel enviado de Dios le da una promesa como respuesta al temor de María que sería crucial en su vida, la compañía del Espíritu Santo, que se posaría sobre ella, él sería quién le daría la fortaleza para soportar lo que vendría más adelante, y es que este siempre fue la tarea del Espíritu Santo, él nos ayuda en nuestra debilidad dándonos fortaleza para enfrentar las pruebas por ser hijas de Dios, nos ayuda en lo porvenir.
El Espíritu Santo tiene un trabajo muy especial en nosotras como creyentes.
Las escrituras dice más que él la cubrirá con su sombra, en otras palabras, el Altísimo la protegerá, la guardará y la esconderá en él. 

Si continuamos leyendo vemos que María al sentirse acompañada por su Señor acepta hacer la voluntad de Dios. 
Ella cambia de actitud, su temor se volvió en confianza, respondió con obediencia, así demuestra que era una mujer humilde sujeta a la palabra de Dios,
La respuesta de María es una confianza sólida, valiente, dignificada y sin temor. 
Muchas de nosotras hubiéramos respondido diferente a una situación similar.
La actitud de Maria es un significativo modelo de fe. Es el acto de fe más grande y decisivo de la historia, se ofreció a sí misma a Dios como una página en blanco en la que Él podía escribir lo que quería. 
¿Cuántas de nosotras estamos dispuestas a hacer esto?
Ahora quiero dar realce a la fe de María porque es muy significativo en medio de este tiempo.
María creyó que aquello que el Señor le había dicho ocurriría, era algo único y humanamente imposible.

Hermanas ahora veamos el culmen, el máximo grado de la fe de María 
Ella creyó en lo que el Ángel le habían dicho y fue fiel en obedecer a las promesas que había recibido.
Cuando los pastores fueron a visitar a Jesús ella los escuchaba hablar de lo que se les había dicho de él, pero ella callaba.
Lucas 2:19
Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Como María, a veces es necesario mantener la boca cerrada y al mismo tiempo, mantener nuestro corazón abierto, por ello atesoremos las promesas de Dios para nosotras y meditemos en ellas en lo íntimo.
Aunque es verdad que tuvo un gran privilegio, nunca pidió ni recibió un trato especial. 
La historia continúa, la fe de María tendría que ser revelada, aún más.
Un día en el templo cuando María y su esposo fueron a presentar a Jesús, se encontraron con Simeón, un hombre justo de Jerusalén, los dos estaban maravillados de lo que decían de Jesús el Mesías, el Salvador del mundo, él estaba destinado a causar la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y a crear mucha oposición.
Pero hubo una cosa más que Simeón le dijo a María:
Lucas 2:35
(y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
!Tremenda revelación para María!
Como madre me puedo imaginar como estaría el corazón de María. 
El sufrimiento que le aguardaba en el futuro era algo muy doloroso que afectaría su corazón y su alma.
Tú y yo al saber de una noticia inesperada ya sea de un familiar enfermo con cáncer, de una infidelidad o noticias semejantes son como espadas que atraviesan nuestro corazón y somos débiles ante tal situación.
No hay nada más doloroso ver a los hijos sufrir o algún familiar padecer una enfermedad terminal.
¿Cuántas de nosotras quisiéramos escaparnos de situaciones así? 
¿Te imaginas a María?
Ella no escapó al saber que el Hijo que había criado, el Salvador del mundo, moriría por otros a causa del pecado.
Una noticia como la que recibió María para nosotras hoy, sería como una sentencia de muerte pero en vida, seguramente cuando María vio a Jesús en la cruz, se acordó de las palabras de Simeón, pero cuando se reveló el cuadro completo vemos que mereció la pena todo, fuimos salvas a causa de la muerte del Santo, del Inocente.

Entretanto que llegaría ese momento doloroso ella, tenía la alegría de ver a Jesús crecer y volverse más «fuerte». Jesús crecía y se fortalecía; progresaba en sabiduría, y la gracia de Dios lo acompañaba como dice en las Escrituras.
María no se enfoco en su dolor, ella puso la mirada en Su Salvador.

María tuvo una vida común y normal, concibió mas hijos con José y a propósito de él no se habla mucho, vemos que al pasar el tiempo su nombre no aparece mas en la Biblia, algunos estudiosos dicen que Maria se podría haber quedado viuda y crio a sus hijos sola.
Durante treinta y tres años fue la figura importante en la vida de Jesús.
Ella crio, enseñó y capacitó a Jesús y a sus demás hijos.

Entonces cuando estemos atravesando una realidad dolorosa, que nos sentimos olvidadas, que nuestra vida se torna vacía con nuestras obligaciones que no me dejan hacer mi vida social, así como María se escondió bajo la sombra del Omnipotente, imitemos su actitud y que nuestro corazón se llene de confianza en nuestro Salvador y prorrumpa de alabanza como lo hizo ella después de haber sido hallada en gracia delante de Dios.
Lucas 1:46-47
Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
Gracias a Dios, por la extraordinaria fe de María, quién creyó que podía hacer lo que humanamente resultaba imposible.

Amadas hermanas:
Hermosa historia de fe y obediencia de parte de María, 
Ella se aferró a la palabra de Dios, no se quejó y junto con la ayuda del Espíritu Santo terminó bien la carrera de la fe.

¿Qué aprendemos de ella? 
María fue una mujer fiel que aceptó una gran responsabilidad. Además, conocía muy bien la Palabra de Dios.
Ella fue llamada como "bendita o bienaventurada por todas las generaciones.

Hermanas ella fue sencilla y a Dios les plació usarla y él también te quiere usar en el lugar donde te ha puesto, te animo a buscar la mirada de Jesucristo.

Aprendamos de ella, María no estaba perdiendo su tiempo, ella en su vida estoy segura que buscó refugiarse en el Señor y de pasó crecer en carácter y nobleza de espíritu. 

Aunque estés en un tiempo de anonimato, sola quizás, hasta pasando algunos desiertos, recuerda que Dios ya tiene preparado allí, la fuente inagotable en su hijo Jesucristo. 

En cada proceso Dios quiere formar nuestro carácter, fortaleza y madurez para llevarnos a sus propósitos. 

Evaluemos y examinemos nuestro corazón para saber a donde esta inclinado, y cuales son sus deseos, dejemos que las emociones estén controladas por el Espíritu Santo.

Te invito a reflexionar conmigo:
¿Deseo ser invitada a todos los eventos y me quejo por mis circunstancias?
O estoy contenta a pesar de la circunstancia que vivo porque Dios es bueno. 

¿Experimento frustración porque me doy cuenta de que lo que deseo no sale como yo quiero?

¿Busco la vida social para tener reconocimiento olvidándome de mis obligaciones?

Reflexionemos porque esto nos ayudará a madurar y ver la vida cristiana con los ojos de Dios. 
A veces estamos mal y no nos damos cuenta y eso es lo peor que nos puede suceder, debemos de orar.
Para finalizar te recuerdo que como creyentes que nos vamos santificando con el tiempo, como un niño que va creciendo hasta llegar a la edad adulta.

Hagamos una oración,
Padre, en el nombre de Jesús tu hijo Amado te pido que nos ayudes a estar escondidas en Ti para ser santificadas, que Tú sombra nos cubra para que no nos vean a nosotras sino a tu Hijo y su Luz radiante en nuestra vida, ayúdanos a madurar y actuar en consecuencia para que en todo Jesucristo se lleve toda la preeminencia y toda la gloria, amén.
Te dejo este Salmo:
Salmos 119:114 
Mi escondedero y mi escudo eres tú; En tu palabra he esperado.

NUESTRO CORAZÓN DEBE ESTAR ESCONDIDO EN DIOS A MEDIDA QUE PERMANECEMOS EN ÉL, SIGUIENDO SUS PASOS Y OBEDECIENDO SU PALABRA.

¡Dios con nosotras!


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