AMAR COMO DIOS NOS AMA
AMIR COMO DIOS AMA
Romanos 13:8
No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
Amar al prójimo debe ser la base fundamental de un cristiano sin importar la condición económica social, cultural o raza.
Jesús nos dejó un primer mandamiento, que deberíamos amar a Dios sobre todas las cosas, pero también nos dió un segundo que es el amar al prójimo como a nosotras mismas:
Mateo 22:39
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
En la sagradas escrituras, Dios antes de dar un mandamiento a los hombres es él, quien se sujeta primero a estos.
Juan 15:12
Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
Debemos ser intencionales al amar, porque amar es:
Respetar, servir, acompañar, ayudar, ocuparnos o preocuparnos por las necesidades económicas, necesidades espirituales y estar pendiente con lo que esté a nuestro alcance.
También amar es dar nuestro tiempo, esos tiempos de calidad y no, de los que nos sobran, algo sumamente importante que no debemos pasar por alto es, demostrar el amor a través de nuestras oraciones.
Amar es tener paciencia, es ser amable, amar es "no juzgar".
Amadas este mandamiento es esencial, amar al prójimo requiere de mucha compasión, recordar lo que Jesús hizo por nosotras en la cruz, nos ayudará a mostrar esa misma piedad que él tuvo por nosotras, así con esa mirada mostraremos amor aún con la persona que está sola, el acompañamiento también es parte de amar, hay un tremendo resultado al estar unidos por el amor, veamos lo que Salomón nos dijo en su carta:
Eclesiastés 4:10
Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
En los peores momentos estando junto con la que está sola, será de beneficio grande para ambas, ya que juntas oraran al Padre y esta hermana resistirá con fortaleza y en su debilidad puede sentirse fuerte a través de nuestra compañía en oración.
Eclesiastés 4:12
Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.
Jesús, sigue enfatizando sobre el amor, en su oración en el Huerto de Getsemaní, cuando él estuvo apunto de ir con el Padre, pensó en nosotras y nos dejó además de amar, el mandamiento de estar unidas, veamos partes de su oración en el momento crucial para nuestra redención, Jesús Le ora al padre:
Juan 17:11
Y ya no estoy en el mundo; mas estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
El deseo de nuestro amado Señor, es que seamos uno en amor, todo esto es con el propósito de glorificar el nombre de Dios:
Juan 17:21-22
para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
La unidad es una muestra de amor, en ella ejercitamos la fe y el amor al soportarnos unas a otras, en la unidad podemos experimentar el crecimiento en el amor, siendo ese es el resultado de nuestra comunión en la congregación.
El accionar de Su espíritu en nuestro corazón nos da esa perfección en la unidad del amor, porque a través del amor y de la unidad, veremos el amor del Padre con el Hijo.
Juan 17:23
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
Este ejemplo de amor de Jesús y el Padre, lo entendió el Apóstol
Pablo, el extrañaba a sus hermanos, el deseaba estar con ellos para confortarlos, veamos una parte de lo que escribió Pablo en su carta hacia los Romanos:
Romanos 1:11-12
Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados; esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí.
Así como Pablo debemos desear estar en comunión con nuestras hermanas, nuestra familia.
Debemos demostrar ese amor sacrificial ese amor que demostró Jesús en la cruz, ese amor qué pasa sobre todo estándar.
Juan 15:13
Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
El amor abarca todo, y si hemos nacido de nuevo estamos capacitadas para amar, leamos:
1 Juan 4:7
Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
Ahora quiero entrar en un terreno no muy fácil para nosotras, ya que este amor no solamente debe ser entre hermanas de la congregación, es fácil amar al que nos ama, amadas debemos extender nuestro amor hacia los que no son creyentes, a nuestro prójimo, los más cercanas, nuestros vecinos, amigas, nuestros jefes y hasta aquellos que nos odian.
El amor al prójimo no es amar solamente al que siempre está bien con nosotras, es también amar a los enemigos, sí, a esa persona que no le hablamos o que siempre está discutiendo, la palabra de Dios dice que de nada sirve, si solamente amamos a los que nos aman, debemos mostrar también amor a los que no nos aman.
Mateo 5:44
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
El amor genuino al prójimo se expresa con hechos, y no sólo con palabras, se expresa a través de lo que uno realmente da en la vida.
Entonces después de haber conocido este gran mandamiento que es parte de la regla de oro que predicó Jesús en el sermón del monte, no olvidemos de expresar el amor que ya está derramado en nuestro corazón, porque Jesús vive en nuestro corazón y si él vive en nosotras, entonces hay amor para dar, porque Jesús es amor, Amar a nuestro hermano es un mandamiento.
1 Juan 4:21
Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.
Amar, no es un mandamiento cualquiera es un mandamiento qué es parte de la esencia de Dios, es parte de Su carácter,
DIOS NO SOLO TIENE AMOR; SINO QUE DIOS ES AMOR.
Recordemos que el amor con que trates a tus hermanas, la manera o actitud con que lo hagas es lo más importante para Dios.
Es así, amar es un gran desafío, en el día del juicio final daremos cuenta de cuánto hemos amado, si hemos dejamos huellas de amor en el corazón de otras y la misericordia que mostramos al ser amado cuando no hemos sentido su amor.
Para finalizar hermanas debemos tener consideración al que aún está débil en el crecimiento en el amor, que nuestro ejemplo de amor sea mucho más que mil palabras, seamos consientes a este llamado y prestemos atención a Sus mandamientos, leamos está hermosa promesa juntas:
Juan 14:21
El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
¡Amén!
NO DEBAMOS NADA A NADIE, AMEMOS CON EL AMOR DE DIOS, AMAR A NUESTRO PRÓJIMO ES NUESTRO LLAMADO.
¡Dios con nosotras!
Comentarios
Publicar un comentario