UN CORAZÓN AGRADECIDO

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Un corazón agradecido

1 Tesalonicenses 5:18
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

Esta cita nos recuerda que el agradecimiento debe ser una actitud constante en nuestra vida, no solo cuando recibimos bendiciones, sino también en medio de las dificultades y los desafíos.
El agradecimiento no es solo una expresión verbal; es un estilo de vida. 
Dios las bendiga amadas, estoy muy agradecida a Dios por permitirme estar juntas otra vez por este medio.
Alguna vez te has detenido a pensar en todas las cosas buenas que Dios te ha dado? 
El simple hecho de poder leer o escuchar este mensaje ya es un motivo para agradecer. 
Sabes hay muchas personas que no pueden leer, escuchar o ver. 
¡Somos privilegiadas! 
Pero alto, si somos sinceras, a veces nos enfocamos más en nuestros problemas o en lo que no tenemos, en lugar de expresar nuestro agradecimiento a Dios por lo que tenemos.
Hoy vamos aprender sobre como tener un corazón agradecido.

Al agradecer, nos abrimos a la bendición de Dios y nos permitimos recibir más de Él, ya que la gratitud es la puerta de entrada a la presencia de Dios para expresar aprecio por los beneficios que hemos recibido de él y de otros y también para agradecer profundamente su gracia en nuestras vidas.
Las sagradas escrituras en:
Colosenses 3:17 nos exhorta: "Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él". 

Cada acción, cada palabra, debe ser una manifestación de nuestra gratitud a Dios, reflejando el cambio que Su salvación ha producido en nosotras.

Hermanas ser agradecida induce a la humildad, y la falta de gratitud lleva al orgullo.

Como muchas veces he descubierto en mi propia vida que, el orgullo viene antes de una caída. 
No olvidemos que todo lo que tenemos proviene de Dios y dependemos de Él hasta para nuestro próximo aliento. Él tiene el control del pasado, el presente y el futuro. 

Ahora, nuestros dones espirituales, talentos, nuestro esposo, hijos, familias, hogares, inteligencia, apariencia física, dinero, trabajo, habilidades deportivas, etc. son todos regalos de Dios. 
Busquemos en nuestra biblia:
Santiago 1:17 y dice así:
Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

Ahora, quiero remarcar está frase: 
"No ser agradecidos es una muestra de orgullo"

Nuestra reacción ante cualquier éxito, no debe ser de orgullo o autocomplacencia, sino de elogio y agradecimiento a Dios: honrarlo y exaltarlo por lo que nos ha dado.
Desde tiempos antiguos, Dios nos enseña sobre esto, leamos
Jeremías 9:23-24 
Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. 

En esta cita Dios nos advierte contra la autosuficiencia, no debemos confiar en nuestra propia sabiduría, ni gloriarnos de nuestra fuerza, habilidades y así mismo de la riqueza, ya que esto vienen de Dios.
Por el contrario nuestro Padre nos aconseja mas bien que debemos ser agradecidas, conocerlo mas y hacerlo a Dios el centro de nuestra vida dejándole a él todo el gobierno.
Dios es Soberano y valora que seamos agradecidas por la gracia que recibimos de el, y por consiguiente humillarnos para alabarlo que es lo más importante.

Ahora bien, esta cita me lleva a recordar a un Rey que tenía un orgullo muy marcado, pero Dios le dio una lección.
¿Saben de quien se trata?
Si, de Nabucodonosor, este rey dio las cosas por sentado y no dio gracias, ni la gloria al Señor por aquello que Él había hecho por él. 
Más bien, vio todo como el trabajo de sus propias manos.
Dios como sabemos no comparte su poder, ni gloria con nadie, fue derribado por el Señor de su trono, de su orgullo, mandándole una prueba para el bien de el.
Pero después de pasar tan dura prueba el entendió por fin que su conocimiento estaba errado y cambió todo el concepto que el tenía leamos:
Daniel 4:35
Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?

Cuando el rey fue restaurado, se dio cuenta de que todo lo que tenía provenía de Dios.
En vez de quedarse con la gloria para él, agradeció y glorificó a Dios, leamos:
Daniel 4:37 dice:
Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco, glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.

Amadas el testimonio de este rey nos deja bien claro que todo lo que poseemos es por gracia, debemos entenderlo por que de lo contrario, Él sabrá cómo convertir a una persona orgullosa en un persona humilde y agradecida.

Saben amadas, la humildad no significa no reconocer lo que tienes, sino reconocer la fuente de donde proviene lo que tienes y dar el reconocimiento a donde corresponde.

En la Biblia, encontramos numerosos ejemplos de personas que expresaron su agradecimiento a Dios por sus bendiciones y milagros. 
Uno de los más destacados es el relato de los diez leprosos que Jesús sanó.
En Lucas 17:15-19 dice:
Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y este era samaritano.  Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿Dónde están?  ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?  Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.  

Aquí vemos que solo uno de ellos regresó para agradecer a Jesús por su sanación, y este hombre fue un samaritano, considerado un marginado en la sociedad de ese entonces.

Estos leprosos, estaban separados de la gente normal y por ende separados de Jesús, separados de otros en su pueblo, separados de su familia, por causa de la lepra, pero como vemos al final de la historia; al ser sanados, sólo uno regreso a agradecer y adorar al que le había devuelto su vida y su salud.
La actitud de agradecimiento de este samaritano nos enseña que la gratitud es una forma de reconocer la soberanía y la bondad de Dios en nuestras vidas. 

Reflexionemos:
¿Somos nosotras rápidas para volver al Señor para expresar nuestra gratitud como cuando le clamamos por ayuda?
¿Somos expresivas en comunicar gratitud, como cuando comunicamos nuestras necesidades?
Amadas, somos tan rápidas para disfrutar el regalo y tan prontas para olvidar al Dador.

Ahora bien, al agradecer, no solo expresamos nuestra apreciación por lo que hemos recibido, sino que también reconocemos que todo proviene de Dios y que Él es el autor de todas las bendiciones.

Por otro lado, la gratitud parece que es un hábito que se ha perdido en el día de hoy, muchas veces por el pecado de orgullo y eso nos separa de Dios.

En Romanos 3:23 
por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.

El Señor nuestro Padre desea que seamos agradecidas en todo y por todo, leamos juntas:
Efesios 5:20 y dice así:
Y den gracias por todo al Dios el Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Ahora quiero detenerme y ver la bondad de Dios en nuestra vida, nuestro Señor nos redimió, con Su obra redentora quitó de nosotras el pecado que nos separaba de Él, quitó la autosuficiencia que pensamos que teníamos, éramos autodependientes, pero nuestro amoroso Señor tuvo de nosotras misericordia y nos mostró Su amor.
Romanos 5:8 dice así:
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

El nos salvó por gracia y nos dio vida juntamente con él, estamos agradecidas.

El nos ha dado una posición de privilegio, de estar en las tinieblas nos traslado a su luz admirable, y desde ese entonces poco a poco vamos avanzando hacia Su imagen y semejanza. 

Hermanas nosotras éramos culpables, pecadoras, condenadas, sin relación con Dios, separadas de Él, sin esperanzas, esa era nuestra realidad, así nacimos, y Dios en su gran compasión se dignó salvarnos, redimirnos, liberarnos del pecado que nos esclavizaba, y nos envió a Jesús, para luego darnos a su Santo Espíritu, darnos su palabra y esperanza a la vida eterna.

Dios nos ha dado gracia suficiente para cubrir toda nuestra culpa. Nuestra gratitud debería ser tan grande como la gracia que hemos recibido en:
Efesios 2:8 dice:
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.

Al reflexionar sobre la salvación, somos llamadas a tener un agradecimiento profundo y constante. 

¡Este es motivo más que suficiente para estar agradecidas por lo que nos ha dado y contar a todos, sus maravillas! Leamos juntas:
Salmos 75:1 la palabra de Dios dice:
0h te damos, oh Dios, gracias te damos, Pues cercano está tu nombre; Los hombres cuentan tus maravillas.

Amadas hermanas nuestro Padre, nos regaló el bien mayor que podamos tener: 
¡A su Hijo a Jesús!

El no nos regaló cosas materiales que no tienen duración, sino algo que nadie jamás nos podrá dar y esto es: 
¡Su salvación!
¿No es grandioso esto?

Muchas veces en el día a día, no vemos las razones para estar agradecidas, pero tan solo recordar que nos dio vida juntamente con Su hijo cuando estábamos muertas en nuestros delitos y pecados, ya es razón suficiente para estarlo.

Entonces que la actitud de agradecimiento sea la característica que defina nuestra vida, y que nos permita experimentar la bendición y la presencia de Dios de manera más profunda.
Que nuestra gratitud sea sobreabundante como la gracia de Dios.

Por último debemos llenar nuestros corazón con las verdades y promesas de Dios y asi de nuestros labios brotaran agradecimiento en: 
Lucas 6:45 dice, 
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Entonces cultivemos una vida de gratitud, para que en nuestro encuentro diario con Jesús podamos expresar agradecimiento por todo lo que recibimos, por todos sus beneficios y su ayuda en cada desafío, no siendo merecedoras, él actúa a nuestro favor.

Ahora, juntas con un corazón agradecido le damos toda la alabanza, el honor y la gloria a nuestro Señor, por estar a cargo de este universo y porque nos ha dado lo que realmente necesitamos. Leamos 
Salmos 28:7
Jehová es mi fortaleza y mi escudo; En él confió mi corazón, y fui ayudado, Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi cántico le alabaré.
Amén!

EL AGRADECIMIENTO ES LA PUERTA DE ENTRADA A LA BENDICIÓN DE DIOSSER AGRADECIDAS DEBE SER NUESTRA FORMA DE VIVIR.

¡Dios con nosotras!

Comentarios

  1. Muchas gracias por este bello devocional , gracias a Dios por sus vidas que ayudan , sigan adelante

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