NUESTRA ORACION DIARIA

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Nuestra Oración Diaria
1 Crónicas 4:10
E invocó Jabes al Dios de Israel, 
diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.   
Amadas hermanas las saludo deseando que el generoso amor del Señor las rodee y que toda oración que elevan a Dios sea respondida según su voluntad.

Acabamos de leer una de las oraciones mas notable, por su simplicidad y profundidad.
Estas simples líneas ha marcado la diferencia por siglos y quedó registrada en las sagradas Escrituras para meditar en ella.

Ahora buscando el significado del nombre de Jabes encuentro que significa: angustia o dolor, su madre le puso así porque dio a luz con dolor.

Cómo crítica, se puede ver en esta oración un poco de egocentrismo, no se ve a Jabes, pensando en el otro, él pide para si mismo.
Pero sigamos analizando este modelo de oración con el lente ya no de la crítica, sino como ejemplo de oración.

Jabes reconoce la soberanía de Dios y le pide primeramente:
Bendición para su vida, lo que implica una relación cercana con Él, porque sabe que una relación con él lo llevará a conocer su carácter, sus atributos a mayor profundidad.
Seguidamente vemos que le pide alargamiento de territorio, Jabes pide que se le amplíe su territorio, como un deseo de influencia y oportunidades para servir a Dios.
Luego sabiamente pide la presencia de Dios indicando que desea que él lo guíe con su mano amorosa en todo, finalmente vemos que este varón de Dios pide que él lo guarde del mal, lo que muestra que la maldad del mundo se hacía evidente y necesitaba protección divina.
Hermanas entonces vemos que la oración de Jabes es un ejemplo de cómo podemos acercarnos a Dios con humildad y fe, reconociendo su soberanía y pidiendo su bendición y guía en nuestras vidas. 
También nos recuerda que Dios es un Dios que concede bendiciones y respuestas a nuestras oraciones.
Salmos 34:15,18 
Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos.
Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.

En la oración de Jabes vemos que si, efectivamente él, reconoce que el Dios de Israel es fuente de toda bendición, y así también le dio la victoria a su pueblo cuando confiaban en él.
1 Crónicas 5:20
Y fueron ayudados contra ellos, y los agarenos y todos los que con ellos estaban se rindieron en sus manos; porque clamaron a Dios en la guerra, y les fue favorable, porque esperaron en él.

Dios quiere que estemos en una posición de humildad, la posición de oración es una posición de humillación, por que así reconocemos que estamos rendidas totalmente a Dios ya que la oración nos hace más humildes, dependientes de él en todo y nos acerca a su corazón.

Jabes posiblemente fue un descendiente de los Ceneos, que eran una tribu nómada y se consideraban descendientes de Caín, y que luego se incorporó a la tribu de Judá.
Jabes inicialmente no pertenecía al pueblo de Dios.
La Biblia indica que los Ceneos y los israelitas entraron juntos a Canaán luego de que Moisés los invitara a compartir la tierra de Israel.

Jabes estaba igual que nosotras antes de conocer a Dios, vagábamos en el mundo sin rumbo, no éramos parte de Su pueblo, El Apóstol Pablo lo afirma en: 
Efesios 2:12
En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Jabes también estaba alejado de la ciudadanía de Israel, ajeno a los pactos de la promesa y solo por la bondad y la misericordia de Dios recibió un lugar en dicha nación, fue trasladado de la nación de Israel, hacia la tribu de Judá, que significa alabanza.

Esto nos pasó a nosotras cuando caminábamos sin Cristo sin dirección, por ese camino que nos llevaba a la muerte, Dios tuvo misericordia de nosotras y nos traslado a un lugar celestial a un territorio espiritual, donde queremos solo alabarle porque estamos agradecidas, y que por los méritos de Jesús y Su obra redentora somos injertadas y pertenecemos a la nación de Israel espiritual. (Las invito a Leer cuando puedan Romanos 11:11_24)
Ahora y si seguimos examinamos la oración de Jabes en lo espiritual, veremos que él fue sabio al pedir lo que pidió. 

En la oración que Jabes invoca a Dios, vemos que él se eleva para adorarle al nuevo Dios que había encontrado, al Dios de Israel.
¿no es maravilloso? 
El exalta a Dios porque había conseguido un refugio en Israel y obtuvo el territorio que anhelaba. Jabes podía reconocer que el Dios de Israel al que el estaba invocando, era su esperanza y entendió claramente que podía orar por una bendición y extensión de su territorio.
Sin duda la fe de Jabes no fue despreciada como escribió el salmista en el:
Salmo 51:17
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no lo despreciarás tú, oh Dios.

Cómo creyentes y cristianas debemos saber que también hemos sido bendecidas con toda bendición espiritual por medio de nuestro señor Jesucristo y lo podemos disfrutar.
Efesios 1:3
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.

Pero amadas recurrentemente la incredulidad muchas veces cierra la puerta a todas las bendiciones que Dios desea darnos, nos desvincula de su voluntad y nos lleva a hacer lo que nosotras pensamos que es correcto.
Sino leamos lo que Jesús les dice a los Judíos que le seguían y habían creído en él, pero que aún actuaban religiosamente en: 
Juan 8:45-46 
Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?

Por otro lado la oración de Jabes es muy similar a la que nos dejó y enseñó Jesús en Su palabra, solo que la diferencia aquí, es que está es una oración corporativa y se trata de la oración del Padre Nuestro.

No está mal pedir la bendición, la protección, la presencia y la sanación de Dios para nuestras propias vidas, sin olvidar que nuestra primera preocupación debería ser la gloria de Dios, Su reino y Su voluntad,
Mateo 6:10-11
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

Amadas en la oración de Jabes, vemos expresión de angustia al daño y al mal. 
Cómo discípulas de Jesús es necesario pedir en oración que seamos guardadas de la tentación del mal que nos asecha y de cometer acciones o hechos que nos lleven a hacer daño a otras llevándonos a la perdición y en la oración de Jesús también vemos lo mismo:
Mateo 6:13
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Hermanas estar en manos del Padre y el buen pastor que es Jesús, tiene un poder infinito e invencible y nos sentimos perfectamente a salvo porque es el lugar más seguro que podemos tener.

Jabes tenía un nombre con significado de dolor o angustia, y esto lo llevó a tener una vida de tristeza y a tener una vida en desaliento, por eso él buscó tener una relación íntima y más profunda con Dios en oración.
¡El quería ser diferente!
Recordemos que Dios conoce siempre nuestros corazones y ve la intención cuando oramos.
Muchas veces venimos al Señor a pedirle cosas que nos harán daño y él por bondad no, nos lo da, otras veces pedimos cosas o anhelos solo para sacar provecho, por lo general no sabemos pedir.
Santiago 4:3
Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

Jabes era un hombre honorable y su oración marcó la diferencia, porque Dios le otorgó lo que pidió, fue la devoción de su oración, que compensó el dolor y la angustia del principio. 
Dios vió su confianza total en Él y eso le agradó.
Hebreos 11:6
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

La devoción de Jabes nos lleva a Jesús el autor y consumador de nuestra fe, él en Su palabra nos deja sellado que si pedimos como conviene él nos oye:
1 Juan 5:14
Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.

Amadas al reflexionar sobre la oración de Jabes podemos aprender a ser específicas en nuestras peticiones a Dios e ir directamente sin rodeos, con un corazón humilde y un espíritu capaz de aceptar la voluntad de Dios.

Por otro lado, La batalla y el control siempre es de Dios, pero las oraciones son siempre las que marcan las diferencia en todo.

Muchas veces la oración puede ser ostentosa, larga y con un lenguaje florido, pero tengamos en cuenta que la oración no es un entretenimiento; es un tiempo de comunión con el Padre. 
La biblia recomienda entrar en nuestra habitación y orar al Padre, pero lo podemos hacer en cualquier lugar, y lo que hace especial este momento, es encontrar un lugar regularmente.
Orar mucho tiempo usando muchas palabras, en voz alta, no significa que tengamos más probabilidades de obtener la atención de Dios.
No sé trata de palabras, extensión o repetición porque Dios ya conoce lo que vamos a pedir.
Más bien debemos hacer oraciones de calidad, con la actitud correcta del corazón y no cantidad.
Un consejo sería hacer oraciones en 3D.
Las tres D representan: deseo, disciplina y deleite.
Cómo vemos debe haber un punto de partida y es el deseo de ser una persona de oración, sin ese deseo nada cambiará y sino hay ese deseo, debemos pedir a Dios que lo ponga en nosotras a través del Espíritu Santo.
Luego se requiere disciplina, es la parte más difícil, pero a medida que la aplicamos se volverá más fácil.
Y por último es el deleite, pasar el tiempo con el Padre y escuchar lo que nos va a decir debe ser un deleite ya que nos ayudará a esperar en él y en su voluntad.

Ahora ¿Cuántas no hemos deseado que Dios contestará nuestras oraciones al pie de la letra, e inmediatamente, sobre todo si se trata de algo material?
No podemos negar que, nuestros corazones han deseado que las cosas sean contestadas de esta manera. 
Cuando tenemos este deseo nuestro corazón nos revela que estamos muy agarradas a este siglo y deseamos muchas veces la prosperidad económica.

Hermanas muchas veces Dios se toma un tiempo y otras veces no, para contestar nuestras oraciones, como el caso de Jabes, Dios siempre concede a cada uno según sus propósitos ya determinados por Él mismo.
Jeremías 29:11
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

Ahora debemos dar gracias cuando Dios no contesta nuestras oraciones como queremos y en el momento que le pedimos, ya que Él sabe cómo nos afectará.
Si Dios nos concediera lo que le pidiéramos, seríamos como niñas mimadas y no aprenderíamos a esperar y a depender en Él y en su tiempo, lo viéramos quizás como un genio de una lámpara mágica.
Pídamosle a Dios que nos ayude a recibir lo que es verdaderamente valioso para nosotras.

Nuestro Padre, nos invita a orar a Él, como Jabes y cómo nos enseñó Jesús, estamos en un nuevo pacto, el de la gracia, y Jesús dejó un claro ejemplo de oración.
Amadas nosotras no sabemos orar, pero tenemos al Espíritu Santo que nos guía como hacerlo, orar como conviene, orar en el nombre de él, al Padre y conforme su voluntad y nuestras oraciones serán escuchadas y aceptadas ya que lo haremos con un corazón contrito y humillado.
Romanos 8:26
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Gracias a Dios por el Espíritu Santo que mora en nosotras 

Que, el ejemplo de oración de Jesús sea para nosotras en nuestra oración diaria, él dejó muchos modelos de oración escritas en los evangelios, aprendamos de él, busquemos en Su palabra cada oración de Jesús y sigamos las pautas y así nuestra manera de pedir va a cambiar, serán oraciones con humildad, claras, sencillas, honestas y que con la guía de él Espíritu Santo llegarán al trono de Dios y en medio de nuestro dolor y angustia, vendrá nuestra ayuda.
Salmos 121:2
Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.
¡Amén!

NUESTRAS ORACIONES DIARIAS MARCARAN LA DIFERENCIA, CUANDO NUESTRO CORAZÓN ESTÉ SUJETO A SUS PROPÓSITOS.

¡Dios con nosotras!

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