EL PODER DE SU PRESENCIA
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EL PODER DE SU PRESENCIA Salmos 16:11
Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.
Cada vez que abrimos nuestras Biblias nos encontramos con su autor, nos encontramos con la presencia del Dios Altísimo de una manera única y poderosa.
Somos necias al tratar de experimentar la presencia de Dios en otro lugar si no nos estamos sumergiendo a diario en la palabra de Dios en adoración y oración.
Hubo en los tiempos del rey Salomón un sabio no como él, llamado Etán el Ezraita que escribió un salmo donde narra un pacto de Dios que había hecho con David, fue como un himno al Señor rey del universo,
El salmista declara en su canto, el Señorío, la grandeza y además los atributos divinos de Dios.
El salmista declara lo felices que estaban felices por las promesas a David y su descendencia.
Miremos lo que nos dice Etán:
Salmos 89:15
Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.
Es maravilloso saber que la aclamación, la adoración nos lleva a experimentar la presencia de Dios como una luz en nuestro rostro.
Moisés lo experimentó al estar en la presencia de Dios en el Monte Sinaí:
Éxodo 34:29
Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios.
Por ello amadas, tenemos un llamado de venir a Su presencia constantemente para poder experimentar su grandeza, conocer más de su señorío, sus atributos, su carácter y su paz.
Estar a la luz de Su presencia también nos lleva a vivir una vida en obediencia con temor y temblor, nos lleva a la meditación de Su palabra y adoración.
Amadas, es necesario estar en la presencia del Señor, porque allí la luz revela lo que hay en nuestro corazón malvado que sólo Él conoce, nada hay oculto ante Dios, miremos la oración de Moisés en su salmo:
Salmos 90:8
Has puesto nuestras maldades delante de ti; nuestros secretos están ante la luz de tu rostro.
Cuando Adán y Eva pecaron perdieron el sentido de su presencia y desde entonces, la presencia de Dios ya no fue conocida como lo que era antes, ellos después de haber desobedecido al Señor, quisieron alejarse de su presencia.
Génesis 3:8
Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
El pecado rompe la comunión con Dios, nos separa de Su presencia y ya no hay intimidad con él.
Isaías 59:2
pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.
Para Dios no existe un lugar donde nosotras nos podamos esconder cuando hemos caído en pecado, no tratemos de hacerlo, él es Omnipresente el salmista David escribió al respecto:
Salmos 139:7
¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Amadas no podemos escapar de Su Omnipresencia.
Ahora en el Antiguo Testamento, el Arca de la Alianza o Tabernáculo era el símbolo de la presencia de Dios.
El Arca era un cofre recubierto de oro que contenía, entre otras cosas, las tablas de piedra con los diez mandamientos
Hebreos 9:4
El cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto.
El arca era el objeto más sagrado en todo aquel sistema basado en la adoración que se practicaba en el Templo. Servía primeramente como símbolo de la increíble presencia de Dios cuya nube gloriosa se posaba sobre ella.
Éxodo 40:34
Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba.
Todo esto era solo la sombra de lo que vendría después, la presencia de Dios se iba a magnificar en otra manera:
¡en la persona de nuestro Señor Jesucristo!
En un encuentro entre Jesús y Nicodemo nuestro señor le dice que el es la Luz, pero el pueblo no lo reconocida como tal y preferían vivir en ceguera espiritual, miremos:
Juan 3:19
Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Nuestro Señor con amor le explica a Nicodemo la razón del rechazo hacia él, Jesús continúa diciendo:
Juan 3:20
Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.
Nicodemo conocía mucho sobre la Ley era parte del sanedrín, era un maestro que estaba encargado de ministrar e instruir al pueblo, era de los más importantes.
Quizás Nicodemo, en medio de sus tinieblas quería conocer esa luz de su presencia, él sabía que Jesús había sido enviado por Dios, pero era su temor de que su pecado sea expuesto que visitó de noche a Jesús.
Ahora, Jesús conocía en profundidad el corazón de Nicodemo, él le había preguntado sobre el nuevo nacimiento, Nicodemo tenía una necesidad, Jesús rápidamente le da una enseñanza de salvación y Redención para su alma.
Jesús después de manifestarle su amor por él, a través de su salvación, le anima a Nicodemo a no temer ser expuesto diciéndole que es bueno venir a la luz, a su presencia, para hacer su voluntad obedeciendo en todo, no importando si es de noche.
Jesús le dice:
Juan 3:21
Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Nuestro Padre celestial desde tiempos antiguos nos invita siempre a buscar Su rostro, para que la sed por él este siempre latente, manteniendo siempre esa necesidad de hambre espiritual que solo puede ser saciada por estar en Su presencia.
1Crónicas 16:11
Buscad a Jehová y su poder; Buscad su rostro continuamente.
Ahora en el tiempo de los Apóstoles, el Espíritu Santo en el día de Pentecostés trajo un gran derramamiento de la presencia de Dios, Él está presente en la congregación y está presente en nuestro corazón.
Mateo 28:20
Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Ahora Su presencia está en medio de nosotras por medio de la fe.
La muerte en la cruz y la resurrección de Jesucristo hace posible que se abra un camino a Su presencia y a la morada del Espíritu Santo dentro de nosotras para que así hoy podamos experimentar el increíble poder de Su presencia.
Sepamos hermanas que por la sangre de Jesús que nos limpia de todo pecado e injusticia, por medio de él tenemos acceso a la increíble presencia con el Señor.
Amadas sepamos esto, que en estos momentos nuestro Señor Jesús como el Gran Sumo sacerdote está en ese tabernáculo no hecho de manos, en el cielo, en el tabernáculo glorioso y eterno dónde adoraremos por siempre en Su presencia, Su palabra recobra vida.
Hebreos 4:14 la palabra de Dios dice:
Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
Para finalizar digo entonces que la luz de Cristo revela lo que está mal en nuestra vida y lo que necesitamos limpiar.
Revela las cosas que causan una barrera entre nosotras y Dios.
Esta barrera fue removida cuando Jesús proveyó la limpieza para nuestros pecados.
Por medio de él, podemos estar confiadas en que el rostro de Dios brillará sobre nosotras, leamos juntas lo que nos dice Isaías en el capítulo 60:1:
Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.
Entonces la presencia de Dios está en nosotras por medio del poder del Espíritu Santo que cambia radicalmente nuestras vidas.
Cuanto más tiempo pasamos en la presencia de Dios, más brilla la luz y se resalta nuestro pecado.
Bendita presencia de Dios en nuestros corazones a través del Espíritu Santo y bendito Jesús nuestro Gran sumo sacerdote que está presente en ese trono santo dónde viviremos eternamente con él.
¡Aleluya!
¡Dios con nosotras!
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