SOMOS SACIADAS POR SU PALABRA
SOMOS SACIADAS POR SU PALABRA
Juan 6:35
Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Anhela mi alma ser saciada siempre por Jesús él tiene provisión, Su palabra jamás escasea.
¿Te unirías conmigo para buscar esa agua que es Su palabra y una vez más, quedar satisfechas?
Hoy veremos juntas a una mujer que tenía necesidad de esa agua, necesidad de un Salvador.
Ella necesitaba un encuentro con Jesús, ¡y él lo sabía!
Que hermoso es saber esto, Dios conoce nuestras necesidades, y por eso le fue necesario pasar por Sicar, Samaria dónde ella vivía.
Recordemos que Jesús vino a reconciliarnos con el Padre y también a terminar la enemistad entre hermanos. Porque Samaritanos y Judíos no se llevaban bien.
Entremos a la historia, ella estuvo casada con cinco maridos y con el que estaba no era su marido por eso solía ir a sacar agua en la hora sexta (12 medio día)porque no quería ser vista por las demás mujeres, ya que ellas solían ir de mañana, ella escondía una vida de poca reputación.
Juan 4:6
Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.
Esta mujer no se imaginaba que estaba a punto de ser redimida y recibiría la misericordia y el amor incondicional de Dios, iba a ser primicia de salvación de una de las ciudades que se habían apartado de Dios a otros dioses ellos no reconocían a Jesús como el Mesías.
Llegó el momento del encuentro, Jesús en medio de tanto calor y cansancio lo primero que Él, le pide a ella es agua.
Juan 4:7
Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber.
Amadas, Jesús le hace consiente a ella de la necesidad que tiene de agua a causa de su cansancio, y que por eso fue al pozo,
Él le hace pensar en el agua ya que el agua representa la Palabra, le hace sensible a su necesidad ya que ella misma necesitaba agua y ser saciada.
Pero ella, al ver la actitud del Señor se sorprende que un Judío le pida agua, por la enemistad que tenían entre ambas ciudades y además no era costumbre que un hombre religioso o maestro hable con mujeres, ya que en ese tiempo las mujeres carecían de valor.
Jesús responde a sus inquietudes y le dice:
Juan 4:10
Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
Jesús empieza a llevar a esta mujer a entender la grandeza del amor de Dios por ella, pues ella no conocía el don de Dios.
En ese momento, ella no captó, no entendió cómo ahora nosotras entendemos el plan total del Señor que nos salvó de pura gracia, redencion ya profetizada antiguamente, lo encontramos en:
Oseas 14:4
Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos.
Ella no sabía que, con él que estaba conversando era el regalo de Dios para ella para ser salva. Ella no reconoció la grandeza de esa declaración de Jesús, en palabras sencillas sería:
¡Oh mujer si supieras lo bueno que es Dios, si supieras que te ama gratuitamente!
La mujer pasa por alto lo que le dijo Jesús, ella estaba pensando en el agua del pozo, lo que sacia, lo material y Jesús en lo espiritual.
Jesús le quiere hacer entender que toda necesidad para saciar el cuerpo es temporal y que volverá a tener sed pero lo que viene de Dios es eterno.
Ella continúa no entendiendo le dice que el pozo era hondo para que Jesús sacará esa presiada agua viva y le quita importancia a Jesús, ella estaba mirando con ojos terrenales, pero Jesús hace le una declaración contundente en:
Juan 4:13_14
Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
Sepamos esto amadas, Jesús mismo tiene que darnos esa agua (La Palabra) para que sea duradera a nuestra necesidad y por qué es la que verdaderamente nos satisface.
Entonce esta mujer después de haber escuchado esa declaracion tan contundente de nuestro Señor, le expresa a él su necesidad física:
Juan 4:15
La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla.
Amadas lo que ella hasta ese momento no sabía que Jesús conocía sus necesidades, porque ella además de su sed material(el agua) también estaba buscando ser saciada, en poder ser amada, valorada y pensó que en los hombres, ella saciaría esa necesidad.
Muchas veces nos pasa tambien eso a nosotras, tratamos de sustituir el amor del Padre en personas pero, nadie podrá hacerlo porque solo el amor del Padre es perfecto.
Jesús al ver la respuesta de ella él, va al punto, y se enfoca en la necesidad de ella, de ser saciada, aceptada y amada.
¡Jesús apela a su necesidad!
Entonces Jesús de repente la detiene inesperadamente para declararle lo que ella escondía, y le dijo: "llama a tu marido"
Jesús tocó algo muy penoso y oculto de ella, pero era necesario confesar su pecado para ser redimida y poder ser saciada.
Y fue así, ella confeso:
Juan 4:17
Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido
Ella se sorprende de las declaraciones de Jesús y se cuenta que Jesús era un profeta, Pero ella de pronto cambia de conversación y le habla de religión y de las diferencias de ideologías de los dos pueblos.
Juan 4:19-20
Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
Nuestro Señor va de acuerdo cómo ella iba se toma el tiempo y le explica la manera y la forma de adoración, le aclara qué no se trata del lugar, sino adorar de todo corazón y donde estés, no se necesita un lugar físico, Jesús en ningún momento reprendió a la mujer, no la considero pecadora no la desecho como parte de su pueblo, sino que la considera como descendiente de Jacob, Él sabia que ella desciende de una de las tribus de Israel, Jesús la aceptó y estaba dispuesto a amarla.
Aunque los Samaritanos se apartaron del Señor, Jesús le aclara que es de Juda de quién viene la salvación.
Juan 4:22
Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
Y así en el siglo XXI vemos que el pueblo Judío logró perservar las escrituras se le dio el honor de escribirlas para conocerlas y protegerlas con el pasar del tiempo, al conocerlas encontramos salvación y eso es motivo para que desde lo más profundo del corazón brote adoración.
Amadas, Jesús le estaba hablando de redención, veamos cómo ella responde:
Juan 4:25
Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas.
Ella tenía el conocimiento de ello; y es allí cuando Jesús le confiesa que Él era el Cristo, entonces maravillada ella por lo que escuchó, salió de prisa a la ciudad a contar todo lo que Jesús le había dicho.
Oh amadas ¿Cuántas de nosotras actuamos así cuando tenemos un verdadero encuentro con Jesús?
Anhelamos que todos sepan la obra maravillosa en nuestro corazón y empezamos a ser saciadas de Su agua, que es Su palabra y allí en La Palabra nos encontramos con el Padre, ese Padre amoroso y sus promesas de redención, reconciliación y amor.
¡Nos sentimos verdaderamente amadas y saciadas por él!
Amadas, es necesario testificar nuestra salvación a todos lo que están a nuestro alrededor.
Jesús en ese momento abre la redención para este pueblo Samaritano.
Ella fue la vocera de lo que Jesús le había hecho entender, salio a sembrar la palabra que fluye vida eterna.
La mujer instó a los Samaritanos y llamó la atención a través de su testimonio, Jesús fue su testimonio y fue suficiente para que los demás quisieran escuchar a Jesús.
Veamos el resultado de que Jesús deseará pasar por Samaria:
Juan 4:40-42
Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días. Y creyeron muchos más por la palabra de él, y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo.
Mis amadas hemos visto un encuentro maravilloso, con la mujer Samaritana ella creyó en la palabra de Jesús y nunca mas tuvo sed.
¿si hay alguien que aún no ha experimentado está satisfacción y tiene sed del agua viva?
Jesús es la satisfacción a tu sed, si lo anhelas Jesús irá a ti y la calmará.
NUESTRAS VIDAS CAMBIADAS POR SU PALABRA, SERÁ LA PRUEBA QUE FUIMOS SACIADAS POR JESÚS.
¡Dios con nosotras!
Amén 🙏😇😇 que el Señor sea siempre esa agua que sacie todo nuestro ser y nos siga transformando para su gloria...
ResponderEliminarAmén, que así sea..
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