SOMOS FAVORECIDAS POR AMOR

SOMOS FAVORECIDAS POR AMOR

Salmos 103:2_4
Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias.

Sepamos amadas, que el favor y la gracia de Dios son sinónimos.
La palabra gracia en el original griego es Charis que significa: favor divino, regalo inmerecido, don otorgado por pura benevolencia.
En algunas porciones de la Biblia encontraremos la palabra gracia y en otras, la palabra favor pero ambas son lo mismo.

Es su deleite de nuestro Señor y Dios hacernos el bien, ya ver el amor del Padre en las Escrituras nos llena de alegría.
En la Biblia encontramos grandísimas promesas para encontrar salvación aún en los momentos oscuros, en medio de luchas y desafíos más difíciles.
Él nos rescata de la trampa del enemigo, de los pecados que cometemos a diario y del hoyo donde hemos caído dándonos su paz, leamos una de sus promesas maravillosas de nuestro Señor:
Jeremías 32:41

Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma.

Amadas vemos el favor de Dios latente en nuestras vidas cuando somos rescatadas de dónde nadie lo puede hacer, solamente él.

Hermanas, quiero que me acompañen a ver en las Escrituras la vida de José y como Dios le coronó de sus favores.
José tenía sueños de parte de Dios, además tenía un agrado particular de parte de su padre Jacob, tanto así que le regaló una túnica especial, esto despertó celo entre sus hermanos y confabularon un plan malvado, ¡ellos querían matarlo!
Veamos:
Genesis 37:23-24
Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí; y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua.

Estos hermanos por envidia después de tenerlo en esa cisterna decidieron venderlo a los mercaderes.
Lo que no sabían es que Dios estaba orquestando todo con un propósito que luego sería crucial para ellos, y por que no decir para el pueblo de Israel y aún para la historia, Continuemos:
Genesis 37:28
Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.

Este suceso fue recordando hasta el tiempo de los apóstoles, Lucas el evangelista  también reconoce que José fue vendido por sus hermanos por celo a temprana edad, pero Dios lo lleno de sus favores y lo acompaño en todo momento:
Hechos 7:9
Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él.

Oh amadas, tengamos cuidado de la actitud de estos hermanos, quizás nosotras mismas movidas por nuestros corazón perverso, causemos daño a personas hasta hacerles caer en un hoyo, en una cisterna.

José  padeció por la maldad de sus hermanos aun así él, cayó en gracia y llegó a vivir en casa de Potifar.
Pero estando en la casa de su amo fue echado a la cárcel injustamente.
Amadas cuando Dios te lleva a un pozo de soledad, a un desierto a una prueba, no vas sola, su favor te acompaña, él conoce que eres polvo, también lo mas profundo de tu corazón junto con sus temores.
Acá también, Dios conocía perfectamente el corazón de José y su gracia estaba sobre él en todo momento.
Genesis 39:2
Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio.

Los planes del Señor tenían que seguir su rumbo; permitir que José llegue a la cárcel fue parte de sus propósitos, miremos como él, allí en esa etapa de soledad, lo coronó de su favor:
Génesis 39:21
Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel.
Dios reveló su carácter de Justo en la vida de José y extendió su bondad una vez más, él era inocente y se hizo justicia. 
Nuevamente Lucas lo afirma en su carta, leamos:
Hechos 7:10
y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.

José es un tipo de Cristo, él no guarda rencor a sus hermanos y derrama gracia y favor hacia ellos, José tenía un corazón sano, el dio lo que recibió de Dios y con una respuesta muy conmovedora, anima a sus hermanos y no les condena aún teniendo el poder para hacerlo.
Genesis 45:5
Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.
En el caso de José todo dolor que él paso, fue con propósitos y enseñanzas para sus hermanos y aún para las generaciones venideras.
Una de las lecciones es la lección de perdón que José le da a sus hermanos.
Además de muchas lecciones que nos deja la vida de José, lo que resaltamos es el favor de Dios en su vida y a causa del dolor el supo obedecer al Dios que su Padre amaba y perdonó a sus hermanos.

Amadas, quizás ahora nos encontremos en un hoyo y de repente alguien nos pueda dar una mano para rescatarnos, pero será solo hasta la superficie terrenal, lugar limitado, será efímera la ayuda, será solo por un poco de tiempo y la diferencia entre la ayuda del hombre y la ayuda de Dios es que la ayuda o favor de Dios es eterna y del hombre es superficial.
Salmos 108:12
Danos socorro contra el adversario, Porque vana es la ayuda del hombre.

El favor más grande que Dios nos da, es su salvación, es un regalo, es gracia no merecida, lo hace una vez que hemos creído en Él y en Su obra redentora.
Dios, por su generosidad nos ofrece una vía de regreso hacia Él, otorgándonos el arrepentimiento genuino de nuestros pecados para volver a Él y obtenemos salvación sobre nuestras vidas, siendo llenas de sus favores, bondades y misericordias.
Romanos 8:32
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿Cómo no nos dará también con él todas las cosas?

Miremos a Cristo y su favor inmerecido, el pago no fue de poco valor, fue mucho mayor de lo que nosotras podríamos pagar.
El valor del pago, fue tan alto y doloroso: la muerte en una cruz. Ese precio de sangre nos mostró el favor de muy alto precio, valor impagable por nosotras, ese favor, fue muestra de su gran amor por mi y por ti.
Romanos 5:8
Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Después de obtener su salvación; nos toca a nosotras vivir para Él, vivir como al Señor le agrada, porque si hemos nacido de nuevo al creer en Jesús, la santidad debe ser el clamor de nuestro corazón.
Estemos felices por su salvación, así como el salmista:
Salmos 35:9
Entonces mi alma se alegrará en Jehová; Se regocijará en su salvación.

Entonces al pasar los días y junto a cada desafío vemos que el favor, la gracia y la misericordia nos rodean.
Amadas tenemos el Bien Supremo en nosotras que es Jesús. 
Los favores de Dios son según sus misericordia y propósitos, El sabe lo que necesitamos, El ya nos dio el regalo más preciado: su Hijo.
2 Corintios 9:15
¡Gracias a Dios por su don inefable!

Alabemos al Señor por sus favores inmerecidos ya que desde el vientre de nuestra madre hasta el día que nacimos, somos realmente bendecidas, favorecidas en todo, ¡tenemos vida! El milagro mayor de nuestro creador.

EL FAVOR DE DIOS NO ES UNA EXCEPCIÓN EN NUESTRA VIDA, ES UNA CONSTANTE.

¡Dios con nosotras!

Comentarios

  1. Amén, glorioso Señor, gracias por tu favor y gracia inmerecida. Solo con creer en tí, recibimos todo, y su salvación es eterna🙏🙏

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