MIREMOS DE NO CAER
MIREMOS DE NO CAER
Salmos 62:2
Él solamente es mi roca y mi salvación; Es mi refugio, no resbalaré mucho.
Nuestro Señor desea que siempre estemos firmes en él, pero al transcurrir los días vamos lidiando con nuestra propio deseo corrupto y corazón engañoso, Jesús lo sabe y nos advierte sobre una posible caída.
Hoy conoceremos un poco más a Pedro, veremos lo que lo llevo a negar a Jesús y por un tiempo apartarse del Dios vivo, veremos paso a paso su caída.
Jesús en una de sus últimas conversaciónes con sus discípulos en el Monte de los olivos, junto al huerto de Getsemaní, declara que al final de su ministerio ellos lo abandonarían:
Mateo 26:31
Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas.
La advertencia va directamente a Pedro, pero él responde con tanta seguridad y con el respaldo de los demás lo siguiente:
Mateo 26:33
Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.
Escandalizar biblicamente significa: hacer caer, ser para alguien ocasión de caída.
Escandalizar en primera persona es la acción de abandonar, apartarse, dudar de; por causa de algo.
Ahora ¿Cuántas veces nos hemos encontrado con la seguridad que tenia Pedro, pensando que jamás fallariamos a el Señor?
Amadas:
¡La autosuficiencia nos lleva a la caída!
Porque pensamos quizás que lo podríamos lograr en nuestra propia fuerza.
Otros discípulos de Jesús también experimentaron está seguridad en ellos mismos:
Juan 6:66
Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.
Vemos a Pedro que en su desesperación de quedar bien con Su maestro estaba dispuesto a morir por Él, quería que Jesús sepa lo mucho que lo amaba y de lo que era capaz de hacer por Él por eso le contesto que jamás lo abandonaría.
Pedro era impulsivo, siempre estaba adelante de los demás como líder.
Si recordamos una vez, Pedro quería salvar a Jesús regañándole por una declaración que Jesús había hecho, veamos la cita:
Mateo 16:22
Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.
Ustedes ya saben lo que le respondió Jesús sobre esto.
Continuando con la conversación de Jesús y sus discípulos.
Vemos que Pedro no quería abandonar a su Maestro, él aún no entendía el plan de Jesús, estaba actuando en forma terrenal.
Su autoconfianza lo hizo caer, era de esperar, era cuestión de tiempo.
Pedro quería mostrar a los demás que era el mejor, que era el más espiritual, el más fiel, y que era el más fuerte en todo,
Hago un paréntesis para recordar una cita sobre ello que escribió el Apóstol Pablo:
1 Corintios 10:12
Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
Continuemos:
Jesús conocía muy bien el corazón de Pedro y lo que haría después, nuestro Señor le advierte, pero a la vez Pedro lo contradice:
Mateo 26:34-35
Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré y todos los discípulos dijeron lo mismo.
Pedro contradijo a Jesús, contradijo Su palabra, olvidando que Él sabe el futuro y que conoce nuestra debilidad.
Hermanas el orgullo en el corazón nos hace reaccionar de esta manera y pensamos que tenemos todo bajo control.
Cómo vamos viendo al transcurrir el tiempo hacia la hora final para Jesús, vemos la decadencia de Pedro, él se quedó dormido en un momento crucial, en el momento de la prueba, en un momento de oración:
Mateo 26:40
Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?
Amadas Jesús oraba en Getsemaní y así Él se fortaleció como hombre,
para enfrentar lo que venía y estar firme, Jesús la lucha lo llevó en Getsemaní en cambio Pedro y los demás dormían.
Hermanas si Jesús tuvo que orar más lo debemos hacer nosotras, para actuar en espíritu en el momento de la prueba.
Ahora vemos la reacción de Pedro una vez más usando su esfuerzo natural como defensa ante los enemigos:
Mateo 26:51
Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja.
Tratar de liberarse de una prueba con la fuerza, esto solo traerá consecuencias dolorosas. Pedro atacó con espada a Malco el siervo del sumo sacerdote y cortó su oreja, pero Jesús reparó ese daño para evitar que apresen a Pedro, los planes de Dios siempre prevalecen.
Jesús tenía que beber de la copa que Él Padre le había dado.
Nuestro Padre nos dejó una palabra que debemos tener en cuenta para estos casos:
Zacarías 4:6
No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Siguiendo con el relato en estos últimos momentos de Jesús, cómo era de esperarse se concretó lo que él les había dicho a sus discípulos, estos se escandalizaron y se apartaron de él dejándolo solo, y vemos a Pedro que lo seguía de lejos, el evangelista Lucas lo describe:
Lucas 22:54
Y prendiéndole, le llevaron, y le condujeron a casa del sumo sacerdote. Y Pedro le seguía de lejos.
Vemos que a Pedro le ganó el temor y esto lo hizo apartarse del Señor, es un error en momento de la prueba separase del Señor ya que sin Él nada podemos hacer.
Jesus les había advirtió sobre esto momentos antes en la cena que tuvieron con él:
Juan 15:5
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
Jesús no nos deja sin su cobsejo, pero amadas a ellos el miedo los asaltó y olvidamos lo que Jesús le había dicho.
Esto suele pasarnos a nosotras muchas veces, pensamos que no necesitamos de nadie pero no es verdad, necesitamos de Jesús de Su espíritu de la savia de la vid verdadera.
Siguiendo los pasos de Pedro, ahora lo vemos que se infiltró entre los enemigos de Jesús y eso fue lo que menos debió haber hecho: tuvo compañerismo con los que estaban en contra de Jesús.
Juan 28:18
Y estaban en pie los siervos y los alguaciles que habían encendido un fuego; porque hacía frío, y se calentaban; y también con ellos estaba Pedro en pie, calentándose.
Estar cerca de los enemigos en el momento de debilidad o en momento de prueba, muchas veces nos hace pensar como ellos, actuar como ellos, y estamos muy vulnerables y cometemos errores irreparables,
Pedro olvidó todo y la palabra de Jesús, fue más su temor de ser descubierto que era un discípulo de Jesús y que lo matarián, que pronto llegó la caída, negó a su Maestro.
Amadas toda palabra del Señor se cumple, Él es Fiel en todo lo que dice, Pedro lo negó hasta con maldición:
Mateo 26:14
Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo.
Oh amadas, me imagino a nuestro Señor juntandose con la mirada de Pedro después del canto del gallo.
A partir de ese entonces el canto de un gallo sería el mejor recordatorio de la debilidad de Pedro y este salió avergonzado y lloró amargamente.
Mateo 26:75
Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.
¿ Cómo está tu relación con Jesús?
¿Saldrás como Pedro avergonzado de Su presencia para llorar amargamente por haberle negado?
Nuestro Señor, en su bondad en Su palabra nos dice claramente como somos, muchas veces carnales vendidas al pecado, pero a la vez nos deja palabra de restauración cuando caemos, no, nos deja postradas sino que, nos busca para perdonarnos y restaurarnos.
Lo hizo con nuestro amado Pedro, ya que Jesús vio a Pedro llorar amargamente con el corazón arrepentido de haberle negado tres veces.
Dios conoce nuestro corazón y quiere sanarnos, perdonarnos restaurando la comunión con Él cuando pecamos, cuando caemos, dándonos luego oportunidad para servirle durante la restauración, lo hizo con Pedro y sin duda lo hará con nosotras si venimos en lloró y arrepentimiento genuino:
Juan 21:17
Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.
Que hermoso ver la misericordia de Dios en Pedro.
Entonces en conclusión con esta historia hemos aprendido que somos débiles, inestables y que necesitamos que Su Santo Espíritu nos ayude y nos de valor, firmeza para declar que Jesús es nuestro Señor y Salvador no siendo autosuficientes y mirando de no caer.
¡QUE NUESTROS HECHOS NO NIEGUEN, QUE CONOCEMOS A JESÚS!
¡Dios con nosotras!
Podemos ver la.fidelidad de Dios hacia personas tan imperfectas como nosotros, aún sin merecer nada El nos tiene compasión y nos restaura cuando muchas veces como Pedro nos precipitamos de muchas maneras. Gracias Señor por enseñarnos a través de tu Palabra que al igual que Pedro necesitamos tu gracia para volvernos otra vez al camino tuyo🙌😢
ResponderEliminarAmén, Gisela. Necesitamos Su gracia.
EliminarAmén...
ResponderEliminarBendito Señor..