¿DISTRAÍDAS?

 👇Canal de Youtube 
¿Distraidas?

Colosenses 3:1-2 
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

Mis amadas doy gracias a Dios por poder estar en un encuentro más con ustedes, con el mensaje de hoy deseo en el nombre de Jesús ayudarte a enfocar tu mirada en él y no distraerte como por ejemplo con vanidades que también puede ser, moda, fama, éxito y en la  tecnología.
La tecnología es muy provechosa sabiendola usar, es un buen recurso para ganar almas para Cristo, pero si perdemos el verdadero enfoque está nos distraerá.

La distracción es un enemigo silencioso que nos impide enfocarnos en lo que realmente importa. En la Biblia, encontramos varios ejemplos de personas que se dejaron distraer y perdieron de vista Sus objetivos y propósitos.

En Mateo 14:22-33, vemos a Pedro experimentando algo sobrenatural en su vida, el caminaba por el agua influenciado por el poder de Cristo, pero se distrajo por las olas del mar y comenzó a hundirse. Si Pedro se hubiera mantenido enfocado en mirar a Jesús, no habría sucumbido a la distracción.

Otro caso vemos 
En Lucas 10:38-42 
Cuando Marta se deja distraer por las tareas domésticas y pierde la oportunidad de sentarse a los pies de Jesús y escuchar sus enseñanzas. María, por otro lado, elige lo mejor y se enfoca en Jesús.
Y así podemos enumerar más casos pero sin ir más lejos, también nos sucede a nosotras, es verdad.
Muchas veces nos encontramos muy distraídas en los afanes de la vida y nos identificamos con Marta muy sumergidas en los quehaceres de la casa.
Pero la palabra de Dios dice que no debemos afanarnos.
¿Qué es el afán según la Biblia? 
La palabra "afanéis" viene de la palabra griega merinnao, de merizo, que significa: dividir en partes. Esta palabra connota distracción, una preocupación por cosas que producen ansiedad, tensión y presión. Esta palabra bien describe a una persona que tiene la mente dividida.
En Mateo 6:25 
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir.

Hermanas en este mundo caido somos muchas veces débiles y corremos en pos de sus deleites y nos distraemos de lo que tiene valor, es así, soy honesta y lo admito, así que lo que diré hoy lo aplicaré primero a mi vida.

Pablo nos deja bien claro en
1 Corintios 7:35 leída en la traducción DHH lo siguiente:
Les digo esto, no para ponerles restricciones, sino en bien de ustedes y para que vivan de una manera digna, sirviendo al Señor sin distracciones.

Amadas la distracción puede llevarnos a perder de vista nuestros objetivos, a descuidar nuestras relaciones y a desviar nuestra atención de lo que realmente importa. Pero si nos mantenemos enfocadas en Dios y en sus propósitos para nuestras vidas, podremos superar la distracción y alcanzar todo lo que Él tiene planeado para nosotras.

Mayormente además de las preocupaciones, lo que nos distraen son las vanidades, a veces ser vanidosa no es tan malo, pero si lo llevamos al extremo nos hace descuidar nuestro enfoque hacia Dios.
Veamos un pequeño ejemplo que siempre nos pasa a nosotras un domingo por la mañana:
Nos tardamos mucho alistándonos para ir a la Iglesia (en la ropa, en el peinado, maquillaje, etc) 
¡preparamos el cuerpo! 
nos preocupamos de como vamos a lucir, pero descuidamos lo primordial: ¡preparar el corazón!

Esta manera de actuar revela lo que hay en nuestro corazón y vemos que este, está inclinado a la vanidad a lo temporal y no a lo eterno.

Amadas detengámonos un momento y analicemos sobre esta distracción:
¿Qué es vanidad?
Es algo vano, vacío, que no tiene sustancia, es irreal o sin valor material o moral.
Atenta a este contraste:
El mundo tiene placeres temporales que nos empujan hacia nuestros propios deseos todo el tiempo.
En cambio la palabra de Dios tiene placeres eternos, duraderos, reales, útiles y lleno de valor.

Estas cosas sin valor, son cosas que roban nuestro afecto por Dios, son afectos equivocadas, prioridades equivocadas, estos afectos dejan sin efecto lo real, lo pleno y lo que tiene valor y nos lleva a la ruina sino enfocamos nuestro corazón en su palabra, leamos:
Lucas 8:14
La que cayó entre espinos, estos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.

Amadas seamos sinceras, que a veces sin darnos cuenta nos encontramos en estas distracciones, desenfocadas y amando las cosas que están en el mundo, pero las sagradas escrituras nos exhorta:
1 Juan 2:15
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

Que terrible realidad cuando estamos amando la vanidad, ¿se dan cuenta?
¡El amor del Padre no existe en ese deseo temporal, en las vanidades, él no está presente!

También nos encontramos haciendo múltiples tareas, nuestra vista fuera de las cosas espirituales y estamos deleitándonos en la tecnología, tv, llamadas, redes sociales, etc. totalmente distraídas, quizás sea yo la única que se encuentre en esta situación.
¡Reflexionemos! ¡seamos honestas!
No vaya a ser que se convierta en un patrón en nuestras vidas y cuando vayamos a leer la palabra de Dios nuestra mente vague por muchas direcciones diferentes, y así no podremos escuchar la voz de Dios, ya que, ¡¡Él nos quiere hablar!!

Hermanas pensamos que las vanidades de la vida son simples cosas, pero no es así, debemos de cuidar de no dar cabida esta mentira en nuestro corazón, y con la ayuda del Espíritu Santo no anidar está distracción como lo hizo el salmista: 
Salmos 119:37 
Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.
Aquí el salmista se da cuenta que está siendo distraído por las cosas sin valor, y ora para que Dios le aparte de mirar cosas que no tienen vida, porque las distracciones nos pueden sacar del camino hacia la muerte espiritual.

La Biblia nos demanda que busquemos lo eterno, las cosas espirituales y no las terrenales con valor y determinación, leamos lo que Pablo escribió:
2 Corintios 4:18
No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Sepamos esto las cosas vanas nos distraen de Cristo, de sus cosas.

por otro lado las vanidades necesariamente no son cosas pecaminosas, sino simplemente sin valor, vacías sin sustancia, pensamos que nos hacen felices y las perseguimos pero en realidad impiden experimentar la vida real en Cristo.
Este es el trabajo del enemigo de nuestra alma que busca mantenernos tan ocupadas, tan distraídas, tan enamoradas de las cosas superficiales, que simplemente no tenemos el tiempo, el interés o el corazón para seriamente buscar a Cristo. La palabra de Dios nos advierte:
1 Pedro 5:8
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.

Amadas tengamos cuidado por qué de pronto sin darnos cuenta la palabra de Dios se vuelve aburrida para nosotras, nos llenamos con deleites del mundo que estropean nuestro apetito de la Palabra de Dios. 
Cuidado con esto el enemigo puede ganar terreno.
Ya que este nos quiere derribar para no deleitarnos en los placeres que da Cristo.
Recuerda que nosotras tenemos al Espíritu de Dios para poder discernir y ver lo que es bueno o malo, lo que distrae, lo que es vano y vacío. No permitamos que nuestro enemigo que muchas veces somos nosotras mismas, nos domine. El apóstol Pablo nos advierte en:
1 Corintios 6:12
Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.

Es tiempo de dejar estas distracciones modernas, apartar los ojos de ellas y estar llenas del conocimiento de la palabra de Dios para ponerla por obra.
Si lo hacemos nos llevará a una vida plena, victoriosa, dignas hijas de un Dios vivo, que se deleitan de Su presencia, en Su palabra, que anhelan estar a solas con Él y que disfrutan de la libertad que Cristo les da.
Gálatas 5:1
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

Aquí te dejo algunas estrategias bíblicas para superar la distracción de las vanidades del mundo.

Primero y principal debemos fijar nuestra mirada en Jesús, como se menciona en Hebreos 12:2
Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

Mantener nuestros ojos en Jesús nos ayudará a tener el enfoque en lo que es importante y no permitir que la distracción nos desvíe de nuestra carrera espiritual.

También debemos establecer prioridades para enfocarnos en lo que es realmente importante. Como dijo Jesús en Mateo 6:33 
Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Otro clave para evita las distracciones sería: Identificar las cosas que te distraen y evítalas. Pablo escribe: 
2 Timoteo 2:22 
Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor, la paz, con los que invocan al Señor de corazón puro.

Amadas cuándo veamos que estamos distraídas, la disciplina es esencial para mantener el enfoque en las cosas eternas. 

No quiero olvidar decir que la oración es muy importante y esencial para pedir ayuda constantemente para mantener nuestro enfoque en Dios y evitar la distracción. 

Como creyentes, estamos en una batalla espiritual diaria y no podemos permitir que la distracción nos desvíe de nuestro propósito.
En Proverbios 4:25-27 se nos advierte: 
Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.

Esta escritura nos enseña a mantener nuestro enfoque en lo que es importante y a evitar las distracciones que nos llevan al mal.

Mis amadas ya Dios nos dio nueva vida, nos resucitó junto con Cristo. Por eso, dediquemos toda nuestra vida a hacer lo que a Dios le agrada. Debemos pensar en las cosas del cielo, donde esta Cristo gobernando a la derecha del Padre y a no, pensar en las cosas terrenales. 

Amadas le pido a Dios que este pequeño mensaje pueda ser de ayuda y seas bendecida, te animo a compartirlo y que la palabra de Dios corra para que su reino venga.

LAS DISTRACCIONES Y EL PECADO SON EFICACES PARA MANTENERNOS ALEJADAS DE DIOS, CAMBIEMOS ESTO SIENDO OBEDIENTES A SU VOZ.

¡Dios con nosotras!

Comentarios

Entradas populares de este blog

VASIJAS LLENAS DE DIOS

El plan perfecto

VESTIDAS DE SU JUSTICIA